El día que murió Gracia Imperio. Francesc Betriu

 

Ficha técnica:

Título original: El día que murió Gracia Imperio,

País: España.

Año: 2012.

Duración: 88 minutos.

Guión y Dirección: Francesc  Betriu

Director de Fotografía: Natalia Pérez.

Montaje: Tomás Suárez.

Productor: Nuria  Puertos Ahuir.

Producción: Francesc Betriu P.C. Mat Media. Olwins Films.

Sinopsis:

 En noviembre de 1968, en Valencia, fueron hallados los cuerpos de la vedette Gracia Imperio y su amante. Cuarenta y dos años después, se investigan los hechos para descubrir los misterios que envolvieron el caso.

Comentario:

Francesc Betriu lleva a la pantalla la crónica negra de la muerte de una de las vedettes que en las décadas de los 50-60 conmovió a un sector del público valenciano, acostumbrado a las varietés de la época, que es ya muy viejo o ha muerto. La desaparición de esta mujer, Emmilia Argüelles Catalina,  de nombre artístico Gracia Imperio, controlada, aunque tolerada, por una estricta censura, causó hondo impacto  en la sociedad valenciana por la forma en que se produjo, intoxicada por gas en noviembre de 1968, y porque murió en compañía de su novio, un  muchacho  más joven que ella y perteneciente a la élite valenciana, Vicente Alberto Artal Suchs. Más de cuarenta años después de estos negros acontecimientos llega un documental que no interesa a casi nadie. Quienes conocieron y admiraron a esta mujer ya no están, y los jóvenes no saben quién es. No obstante el trailer puede hacer reflexionar a quien lo vea, conociera a esta mujer o no.


Rafel Miret realiza la reseña en Dirigido por, y  desvela el plano nostálgico de referencia al Paralelo, en la Ciudad Condal, un barrio que   nació en Barcelona con la  pretensión de  emular al famoso Pigalle de París, adoptando la forma de documental para dar la palabra  a los supervivientes de las antiguas compañías de revista, vedettes y boys cargados de lentejuela, plumas, pestañas postizas y rociados de sudor, y contribuir a la 'resurrección fílmia' de la Imperio, a la que en Valencia se le dedicó una falla,  a sus turbulentos amoríos, entre ellos Matías Colsada, que dirigió durante año el teatro Apolo de Barcelona.

La película  revela el lado oscurso del mundo del espectáculo y sus conexiones con la burguesía valenciana, en unos momentos en que las libertades democráticas eran una quimera, y las fuerzas del orden y la censura  coartaban a la población.