The Bunny Game. Adam Rehmeier






Ficha técnica:

Título original: The Bunny Game.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Duración: 76 minutos.
Dirección: Adam Rehmeier.
Guión: Adam Rehmeier y Rodleen Gestic, basado en una historia de ambos.
Dirección de Fotografía: Adam Rehmeier.
Música: Adam Rehmeier; Harassor.
Edición: Adam Rehmeier.
Productores asociados: Sarah Rehmeier.
Vestuario : Rodleen Gestic.
Death Mountain Productions. 

Intérpretes:

Rodleen Gestic: Bunny,
Jeff Renfro: Hog,
Drettie Page: Martir.
Coriander C.Womack: Víctima.
Loki: Belt Whip John.
Curtis J.Reynolds: Depredador John.

Sinopsis:

Narra la historia de una prostituta cocainomana hollywoodiense, ue es secuestrada por un camionera durante cinco días y sometida a todo tipo de humillaciones y torturas.

Comentario:

Filmada en blanco y negro para  relegar la imagen a lo más primario, filmada sin elementos que desvirtúen con connotaciones o significaciones complementarias la  historia descarnada que quieren  transmitir  el realizador y su guionista y actriz principal, en este mano a mano que se han montado, en el que unos pocos lo hacen y controlan todo, la película  advierte ya desde el primer fotograma de qué va la cosa, y el que sigue atento a la pantalla sabe ya a qué se expone. Sexo explícito no deseado, humillado, corrompido por el dinero necesario para volver a comprar cocaína, arreglarse un poco, mear en la esquina y volver a empezar.

En un primer momento estas imágenes impactan, pero en  su repetición ad infinitum pierden efectividad, agobian y cansan. Estoy de acuerdo con el propio Adam Rehmeier cuando afirma que al final importa poco cómo acabe la historia, el espectador, y al parecer él mismo, sólo desean que se acabe la tortura, en la ficción y en la realidad. Se debaten algunos  sobre  cómo llamar al género en que se debe encuadrar este film, -torture porn, gore psicológico...-; no importa, de verdad, lo que más escalofríos produce es la sensación que empieza a invadirte de que más que contar una historia los realizadores se están regodeando en  ella, extendiéndola más y más y torturando a un público desprevenido. Lo que si han conseguido Rehmeier y Gestic es llamar la atención, sobre su cine y  su música, usando algo que no es nuevo: el escándalo.

Implacable, así ve el director su obra; increíble e innecesaria son quizás dos  adjetivos más adecuados. Hay quien defiende que la vida es así, y no podemos vivir de espaldas a ella, pero si este aserto fuera cierto, perosonajes como Hog no hubieran llegado a edad tan avanzada, humillando y chuleando a mujeres desamparadas. Mucho antes hubieran encontrado en el camino la horma de su zapato, porque un colaborador necesario de sus salvajadas es la soledad y lugares donde puede tener malos encuentros, como le ha ocurrido a la chica.

Al parecer fue censurada en Reino Unido por La British Board of Film Classification (BBFC), que en principio se planteó suprimir alguna imagen o secuencia, pero dada la reiteración de estas imágenes hubieran tenido que cortar la cinta por la mitad.Sin apenas diálogos, toda la emoción se pretende conseguir pasando el mismo cuchillo mil veces por la misma cara o acercando  el mismo soplete y la misma marca de ganado por la espalda de la víctima. Y que nadie se preocupe por el spoliler, hay  muchos más  tics repugnantes y repetidos hasta incrustarse en el cerebro, entre los que se incluye el asqueroso reclamo sexual con la boca de un viejo de cuyo cuello cuelga un crucifijo.

Si lo que se pretende es dejar con mal cuerpo al espectador, hay múltiples films que no querrás olvidar nada más haberlos visto.  Con el trailer (YouTube) sobraba.

Cmrl.

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