House, una casa alucinante, 1. Steve Miner.










Ficha técnica:

Título original: House: Ding. dong, you're Dead.
País: Estados Unidos.
Año: 1986.
Duración: 93 minutos.
Dirección: Steve Miner.
Guión: Ethan Whiley, basado en una historia de Fred  Dekker.
Casting: Melissa Skoff.
Dirección de Fotografía: Mac Ahlberg.
Música: Harry Manfredini.
Edición: Michael N. Knue.
Producción: Sean S. Cunningham.
Productor asociado: Patrick Mrkey.
Diseño de producción: Gregg Fonseca.
New World Pictures, Sean S.Cunningham


Intérpretes:

William Katt: Roger Cobb,
George Wendt : Harold Gorton,
Richard Moll: Big Ben,
Kay Lenz: Sandy,
Mary Stavin: Tanya,
Susan French: Tía Elizabeth,
Jim  Calbert: Chico de los recados.


Sinopsis:

Roger Cobb es un exitoso escritor de novelas de terror. Su hijo Jimmy desapareció misteriosamente durante una visita a casa de su tía, y desde entonces lo busca obsesivamente. Tras la trágica muerte de su tía, Roger se instala en su casa para escribir, pero terribles visiones y otros fenómenos sobrenaturales le hacen intuir que su hijo está prisionero en algún lugar de la casa. Empieza entonces a luchar contra fuerzas diabólicas. (Filmaffinity).

Comentario:

Como veis hemos comenzado 2013 con películas de terror ochenteras, de bajo  presupuesto, música inspirada en el 'giallo' italiano, festiva en las ocasiones más truculentas, guiones  bizarros y actores de apariencia  macarra,  precursores de ' los vigilantes de las playas'. La imagen del protagonista con un jersey de cuello de pico que deja al descubierto gran parte de su pecho y la erótica y prescindible vecina, Tanya, que le envaina a su hijo y lo convierte en canguro por un día sin preguntar, son paradigmáticos de estos clichés hollywoodienses que invadieron las pantallas de televisión y esta especie de cine de explotación que  presenta escenarios eróticos o violentos de manera irreal. Muy interesante la utilización de múltiples  cámaras con valor constativo de los fenómenos que  Roger Cobb percibe como 'reales', con el objetivo de  demostrar  su cordura ante la sociedad.

Steve Miner parece haber querido tratar todos los temas tabús, utilizando como vehículo de transición de unos a otros un portal:  la casa. A través de armarios el joven escritor de moda transita por todos los traumas que han marcado su vida: la guerra, la pérdida de un hijo, la ruptura de su matrimonio, la atracción sexual por la vecina, el miedo a la locura, etc., pero lo hace de forma torpe, sin lógica ni hilo conductor que le de coherencia, al menos hasta el final, aunque vaya dosificando indicios a lo largo del relato, como su obsesión por los temas militares y su indumentaria castrense. En el bakground la Guerra de Vietnam que destruyó a tantos jóvenes y que se instaló en el imaginario del famoso escritor de relatos de terror, dominando todos los aspectos de su vida y  haciéndole portador de una culpa que lo atormentó y le impidió ser feliz; el problema reside en la espectativa que genera la casa en sí misma como  portadora  de los conflictos, lo que en absoluto resulta convincente.

A pesar de sus incoherencias y  debilidades, son películas atractivas, divertidas y te hacen pasar un buen rato, si estás un tanto alicaído y apático.

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