El vengador tóxico 2. Michael Herz y Lloyd Kaufman







Ficha técnica:

Título original  The toxic avenger part II.
País: Estados Unidos.
Año: 1989.
Duración: 90 minutos.
Dirección: Michael  Herz y Lloyd Kaufman
Guión: Lloyd Kaufman y Gay  Partington Terry, basado en una historia de Lloyd Kaufman.
Dirección de Fotografía: James  London.
Música:  Barrie Guard.
Edición: Michael  Schweitzer.
Coordinador efectos especiales: Pericles  Lawnes .
Producción: Lloyd Kaufman y Michael Hertz.
Diseño de producción: Alexis Grey.
Productores asociados: Jeffrey W.Sass.
Troma Films asociado con Lorimar

Intérpretes:

Ron Fazio: El  Vengador Tóxico,
Phoebe Legere: Claire,
John Altamura
Rick Collins: Jefe de la Corporación Apocalipsis,
Rikiya Yauoka: Big Mac,
Tsutomu Sekine: Announcer,
Lisa Gaye:  Malfaire,
Shinoburyu: Sockkikuyama,
Mayako Katsuragi: Masami


Sinopsis:

Han pasado varios años desde que Toxie acabara con el malvado alcalde de Tromaville y terminara con toda la delincuencia y la corrupción de la ciudad. Por ello, nuestro héroe se dedica ahora a labores de mantenimiento en el centro para ciegos. Sabedores de su imposibilidad de instaurar su imperio en Tromaville, la compañía Apocalypse Inc. planea la forma de sacar al superhéroe de la ciudad, y así tener vía libre para sus fechorías. Consiguen convencer a Toxie de que su padre sigue con vida en Japón, por lo cual abandona la ciudad.


Comentario:

Parece un poco chocante acabar el año con una saga como la de El vengador tóxico (The toxic avenger) pero cuando acaba un tiempo y comienza otro, por muy convencional que resulte todo intento de fragmentar una magnitud que es continua, equivale a conceder al ser humano  un instante para reflexionar sobre lo que ha venido ocurriendo desde la última vez que se dio este respiro. Decía Iñaki Gabilondo al hacer balance del año 2012 que estamos sometidos a la dictadura de los mercados y que los presupuestos ideológicos de la socialdemocracia, el antiguo (lo podemos decir así) welfare o estado del bienestar, estaban  de facto  prohibidos, a pesar de que se dejara andar por ahí a algún que otro político socialdemócrata, para hacer creer que nada ha cambiado. Poco a poco habían sido sustituídos por el sálvese el que pueda, que generalmente se cree que es el mejor, sobre todo si ha estudiado en Harvard o Cambridge, y no becado.

La saga de El vengador tóxico es de la década de los ochenta, y si nos paramos a verla con detenimiento no sólo es cutre técnica y formalmente, sino que, como no podía ser de otra manera, también lo es ideológicamente. Si atendemos al discurso  audiovisual, llevamos ya mucho tiempo  descalificando a la clase política, a la que se tilda en su conjunto de corrupta, mientras se difunde en los medios de comunicación, las viñetas cómicas, el cine y la telivisión la estética de los chav's, jóvenes ingleses que acceden a ropa de marca pero no a  la cultura o a un trabajo digno, los white trash norteamericanos, o los cani y las chonis españolas, que aunque tienen diferencias  ligadas a la idiosincrasia de los diferentes países, se asocian en los doblajes de películas como 'Ted' de  Seth McFarlane.  Si recordamos, Melvin es un joven poco agraciado por la fortuna, que tiene que soportar las burlas de otros  jóvenes, clientes del gimnasio en el que trabaja fregando suelos con su mocho, de cuerpos atléticos y conductas malvadas; por azar y en una peligrosa persecución, cae en un bidón de productos tóxicos,  que contiene tromatrones (nombre de la compañía productora y de la ciudad que inventa, Tromaville), que le deforma el rostro pero le dota de grandes poderes; no debe preocuparse quien teme que se confunda un mal remedo de cómic de superhéroes con un alegato medioambiental. La fuerza de 'El  Vengador Tóxico' procede de la basura tóxica en la que se reboza, y no al contrario. En esta segunda entrega los malos son los de la Compañía Apocalipsis Corporación, cuyos jerarcas y matones  sienten un especial placer en contaminar su propio pueblo y hacer pasar a los habitantes por el aro.

Ciegas medio desnudas, de cuerpos perfectos, ancianos, niños, y cualquiera que se tropiece en el camino de los bandos en contienda,- todos los perversos de un lado y el vengador con su mocho por bandera en otro-, salen malparados, ante la ceguera de las agresiones; la mejor es la del motorista negro que no se comprende qué hace además de correr a velocidades supersónicas perseguido por el monstruo de la fregona. Sólo ha cambiado algo desde la década de los ochenta hasta el año 2012 en que nos hallamos: Japón no es la potencia que  iba a desplazar a los Estados Unidos y a donde había que ir a buscar la tecnología. La crisis de 1992, un desastre inmobiliario que pronosticaba el que ahora sufrimos, la detuvo en seco y le hizo perder el rumbo de la historia en pro de  otro país asiático, China.

Nos gusta mucho reirnos de los demás , porque para eso nos han enseñado con tanto esfuerzo todos los medios al alcance de los poderosos, que en esta saga no son precisamente los malos. Los cutres están en los dos bandos, porque en definitiva y como dice Cameron a sus 'súbditos' ingleses:  no importa de dónde venimos, sino hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde va 'El Vengador Tóxico' ? Lo veremos en la siguiente entrega.

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