007 al servicio secreto de Su Majestad. Peter Hunt (1969)
Ficha técnica:
Título original: On Her Majesty's Secret Service.
País: Gran Bretaña.
Año: 1969.
Duración: 142 minutos.
Dirección: Peter Hunt.
Guión: Richard Maibaum y Simon Raven, según la novela de Ian Fleming.
Dirección de Fotografía: Michael Reed. Tecnicolor.
Música: John Barry.
Montaje: John Glen.
Productores: Harry Saltzman y Albert R.Broccoli.
Diseño de producción: Syd Cain.
Compañías: Eon Productions, Danjaq para United Artists.
Intérpretes:
George Lazenby: James Bond,
Diana Rigg: Tracy Draco,
Telly Savalas: Ernst Stavros Blofeld,
Ilse Steppat: Irma Bunt,
Gabriele Ferzetti,
Marc Ange Draco: Yuri Borienko: Grunther,
George Baker: Sir Hilary Bray,
Bernard Lee: M,
Lois Maxwell: Miss Moneypenny,
Desmond Llewellyn: Q,
Angela Scoular: Ruby,
Catherine Schell: Nancy.
Considerado por algunos el mejor intérprete de Bond, a pesar de haber protagonizado una sola película de la franquicia, George Lazenby, modelo y tipo duro como Connery, fracasó porque, según Antonio José Navarro, interpretó a un espía demasiado humano, y no al playboy ligeramente siniestro al que nos acostumbró su predecesor . En 007 al servicio de Su Majestad (...) se enamora, se casa y enviuda, todo de golpe, zarandeado por sus sentimientos-cosa que no había ocurrido antes-, sin saber diferenciar el trabajo de cuestiones puramente personales. (Sex Bond.007 y la liberación sexual maculina. Dirigido por...Octubre 2012).
Sinopsis:
el actor australiano George Lazenby toma el relevo a Sean Connery en esta nueva aventura del agente británico 007, que en esta nueva aventura de acción se asocia a un mafioso, con cuya sensual hija Tracy Di Vicenzo (Diana Rigg) se casa, para unir sus fuerzas en la lucha contra la malvada organización Spectra. Ambientada en los Alpes suizos, el malvado Stavro Blofeld -Savalas- amenaza al mundo entero con un malvado plan: desarrollar y lanzar una peligrosa bacteria que podría acabar con millones de personal en todo el planeta.
Crítica y comentarios:
El cambio de actor coincidió con una profunda transformación intelectual de la sociedad a causa de la gran transformación de la Contracultura, surgida de la reacción frente a la Guerra de Vietnam, el recrudecimiento de la Guerra Fría, los movimientos anticolonialistas, y en especial, el auge del feminismo, el derecho a una sexualidad propia y como consecuencia el derecho al aborto. En este contexto Antonio José Navarro concluye afirmando que "El James Bond de George Lazenby era u macho ideal para las mujeres, no para los hombres: habían emasculado su fantasía".
Tonio L.Alarcón constata una realidad: cada vez que se ha intentado relanzar la franquicia para captar nuevos espectadores se ha redistribuido el equilibrio entre el planteamiento más pulp y desenfadado de las novelas originales de Ian Fleming y su adaptación cinematográfica, en general echando un vistazo más serio y más circunspecto a las aventuras de su protagonista. Esto es precisamente lo que ocurre con la última entrega de la franquicia, Skyfall, en la que el protagonista muestra cierto cansancio, no se esconden sus debilidades y toman cuerpo los villanos que han conducido a la humanidad a la Gran Depresión, permaneciendo en un túnel más oscuro que el que emblematiza al personaje, de cuya salida todavía no se ve la luz.
El intento de devolver al espía a sus orígenes, se materializa despojando al héroe de los sofisticados gadgets, que poco a poco irán perdiendo autonomía y dependiendo más de controles remotos hasta llegar al film de Sam Mendes en el que el agente dispone tan sólo de una pistola, adaptada al uso exclusivo de Bond, y una mini radio para contactar con la base.
Tonio L.Alarcón, (Dirigido por...Octubre 2012) entre otros comentaristas, ve muy positiva la aportación de un director y un actor que aportan una historia alternativa, menos masculina, de la saga, opción en la que radica su originalidad, cuya única objeción fue el interés de los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman de mantener a su público masculino, adicto a las aventuras del intrépido agente.
Cmrl
Tonio L.Alarcón constata una realidad: cada vez que se ha intentado relanzar la franquicia para captar nuevos espectadores se ha redistribuido el equilibrio entre el planteamiento más pulp y desenfadado de las novelas originales de Ian Fleming y su adaptación cinematográfica, en general echando un vistazo más serio y más circunspecto a las aventuras de su protagonista. Esto es precisamente lo que ocurre con la última entrega de la franquicia, Skyfall, en la que el protagonista muestra cierto cansancio, no se esconden sus debilidades y toman cuerpo los villanos que han conducido a la humanidad a la Gran Depresión, permaneciendo en un túnel más oscuro que el que emblematiza al personaje, de cuya salida todavía no se ve la luz.
El intento de devolver al espía a sus orígenes, se materializa despojando al héroe de los sofisticados gadgets, que poco a poco irán perdiendo autonomía y dependiendo más de controles remotos hasta llegar al film de Sam Mendes en el que el agente dispone tan sólo de una pistola, adaptada al uso exclusivo de Bond, y una mini radio para contactar con la base.
Tonio L.Alarcón, (Dirigido por...Octubre 2012) entre otros comentaristas, ve muy positiva la aportación de un director y un actor que aportan una historia alternativa, menos masculina, de la saga, opción en la que radica su originalidad, cuya única objeción fue el interés de los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman de mantener a su público masculino, adicto a las aventuras del intrépido agente.
Cmrl
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