En fuera de juego. David Marqués.
Ficha técnica:
Título original:
País: España y Argentina.
Año: 2011.
Duración: 106 minutos.
Dirección: David Marqués.
Guión: Rafael Calatayud Cano.
Dirección de Fotografía: Federico Ribes.
Música: Nico Cota y Nacho Mañó.
Montaje: Iván Aledo.
Dirección artístico: Papick Lozano.
Producción: Kiko Martínez, Carlos Mentasti, Claudio Rocca, Hernán Musaluppi y Natacha Cervi.
Vestuario: Irene Orts y Manuel Bonillo.
Distribución: A Contracorriente Films.
Interpretación:
Fernando Tejero :Javi,
Diego Peretti :Diego,
Patricia Montero :Lourdes,
Pepe Sancho :don Julio,
Hugo Silva :Hugo,
Laura Pamplona :Gemma,
Carolina Peleritti :Ana,
Carmen Ruiz :Mónica,
Ricardo Darín :entrenador,
Carlos Chamarro :López,
Chino Darín :Gustavo César.
Sinopsis:
Diego es un médico argentino traumatizado por el fútbol desde pequeño que no está contento con su vida. Javi es un representante español de tercera que sueña con el pelotazo que cambie su suerte. Cuando el destino llame a sus puertas en forma de joven crack argentino, las circunstancias unirán a Javi y Diego en un camino lleno de giros, sorpresas, mentiras y picaresca, que cambiará para siempre sus vidas.
Viendo películas como ésta uno sólo puede incrementar su pesimismo y empezar a sentir que le duele España, como le sucedió a la Generación del 98. Hace algunos años el control del deporte rey, el fútbol, se convirtió en una guerra sin cuartel de los medios contra el gobierno de turno, y, hoy, cuando nuestro país está sufriendo la realidad que se esconde tras la palabra 'recorte' y que afecta a capas más amplias de lo que se pronosticaba en principio, una película como En fuera de juego se ve como absolutamente desafortunada. Veamos lo que dice Almudena Muñoz en su crítica para La Butaca.net, "En fuera de juego". Balonazos sin rumbo : " (...) enésimo ejemplo del cine español encasillado, adherido a un humor sin gusto ni chispa, recalcitrante en la táctica de parodiarse a sí mismo, que no en reírse de sí con agudeza e inteligencia. Y más adelante concluye lapidariamente: "(...) Vana energía para un guión paupérrimo, que no beneficia en ningún instante a unos personajes grises, antipáticos o directamente peleles, como esa joven promesa del fútbol que es motivo de todo el entuerto y que propicia una subtrama romántica tan sonrojante como prescindible.
Los calificativos que utiliza la crítica española son deprimentes: película aburrida y triste, actores condenados por sus propios arquetipos, lastre televisivo...Triste, a pesar de haber sacado la artillería de ambos países para atraer al espectador a los cines, como Fernando Tejero o Ricardo Darín. Si somos capaces de mantener un poco de esperanza, podemos hacernos la ilusión de que la crisis puede al final funcionar como un viento fuerte y purificador que se lleve para siempre todo aquello que ha lastrado la creatividad de quienes, por falta de oportunidades, han sido apartados del sistema.
Comentario:
Viendo películas como ésta uno sólo puede incrementar su pesimismo y empezar a sentir que le duele España, como le sucedió a la Generación del 98. Hace algunos años el control del deporte rey, el fútbol, se convirtió en una guerra sin cuartel de los medios contra el gobierno de turno, y, hoy, cuando nuestro país está sufriendo la realidad que se esconde tras la palabra 'recorte' y que afecta a capas más amplias de lo que se pronosticaba en principio, una película como En fuera de juego se ve como absolutamente desafortunada. Veamos lo que dice Almudena Muñoz en su crítica para La Butaca.net, "En fuera de juego". Balonazos sin rumbo : " (...) enésimo ejemplo del cine español encasillado, adherido a un humor sin gusto ni chispa, recalcitrante en la táctica de parodiarse a sí mismo, que no en reírse de sí con agudeza e inteligencia. Y más adelante concluye lapidariamente: "(...) Vana energía para un guión paupérrimo, que no beneficia en ningún instante a unos personajes grises, antipáticos o directamente peleles, como esa joven promesa del fútbol que es motivo de todo el entuerto y que propicia una subtrama romántica tan sonrojante como prescindible.
Los calificativos que utiliza la crítica española son deprimentes: película aburrida y triste, actores condenados por sus propios arquetipos, lastre televisivo...Triste, a pesar de haber sacado la artillería de ambos países para atraer al espectador a los cines, como Fernando Tejero o Ricardo Darín. Si somos capaces de mantener un poco de esperanza, podemos hacernos la ilusión de que la crisis puede al final funcionar como un viento fuerte y purificador que se lleve para siempre todo aquello que ha lastrado la creatividad de quienes, por falta de oportunidades, han sido apartados del sistema.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!