Alps. Giorgos Lanthimos.
Ficha técnica:
Título original:Alpeis.
País: Grecia
Año: 2011.
Duración: 93 minutos.
Dirección: Giorgos Lanthimos.
Guión: Giorgos Lanthimos y Efthimis Filippou.
Dirección de Fotografía: Christos Voudouris. Color
Montaje: Yorgos Mavropsaridis.
Producción: Giorgos Lanthimos y Athina Rachel Tsangari.
Compañías: Haos Films, ERT, Faliro House Productions, Feelgood Entertainment, Mami Film, Avion Films.
Intérpretes:
Aris Servetalis,
Johnny Vekris,
Aggeliki Papoulia,
Ariane Labed,
Stavros Psyllakis.
Premios (Filmaffinity):
2011: Festival de Venecia: Mejor guión
2011: Festival de Sevilla: Sección oficial de largometrajes a concurso.
Sinopsis:
Una enfermera que trabaja por las noches en un hospital se ocupa de atender las necesidades de las familias que han perdido a sus seres queridos. Forma parte de un grupo llamado "Alps", una sociedad secreta compuesta por cuatro miembros (una enfermera, un conductor de ambulancia, una gimnasta adolescente y su entrenador, que se ofrece para sustituir a las personas fallecidas a fin de ejercer de dobles humanos que suplan en la medida de lo posible la ausencia del difunto. Cada uno de ellos toma el nombre de uno de los montes más emblemáticos de los Alpes, insustituibles, como lo son ellos mismos para sus clientes.
Comentario y crítica:
El enfant terrible del cine griego ha recibido una crítica desigual, en la que abundan calificativos como cóctel cerebral, film bizarro. viaje divertido y desnortado...Rafel Miret (Dirigido por...mayo de 2012) aporta una visión no muy positiva del film, al que conecta con matices con El discreto encanto de la burguesía (Le charme discret de la bourgeoisie, 1972) de Luis Buñuel en cuanto a la inversión o subversión de los 'roles' familiares, de los hábitos y las costumbres sociales, y con el austriaco Michael Haneke, por la sensación de desconcierto y extrañeza.
Con un lenguaje formal sobrio, natural, sin buscar la belleza del encuadre, pretende hacernos reflexionar sobre lo solos que estamos, la dificultad de sustituir lo que perdemos y no volveremos a recuperar. El contenido, no así la forma, es original y provoca grandes entusiasmos y rechazos igual de radicales. Rafel Miret concluye que es un lugar común afirmar que en tales casos la cinta no deja indiferente, pero tampoco deja indiferente pillarse los dedos en la puerta, y no por ello resulta una experiencia recomendable.
Con un lenguaje formal sobrio, natural, sin buscar la belleza del encuadre, pretende hacernos reflexionar sobre lo solos que estamos, la dificultad de sustituir lo que perdemos y no volveremos a recuperar. El contenido, no así la forma, es original y provoca grandes entusiasmos y rechazos igual de radicales. Rafel Miret concluye que es un lugar común afirmar que en tales casos la cinta no deja indiferente, pero tampoco deja indiferente pillarse los dedos en la puerta, y no por ello resulta una experiencia recomendable.
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