Tron Legacy. Joseph Kosinski.
Ciencia-ficción
Imagen cedida por BMA House a cinelodeon.com
Ficha técnica:
Título original: Tron Legacy.
País: USA.
Año: 2010
Duración: 125 minutos.
Dirección: Joseph Kosinski.
Guión: Edward Kitsis y Adam Horowitz, basado en una historia de Edward Kitsis, Adam Horowitz, Brian Kluckman y Lee Sternthal. Basado en personajes creados por Steven Lisbercer y Bonnie MacBird.
Casting: Sarah Halley Finn, C.S.A
Dirección de Fotografía: Claudio Miranda, A.S.C
Música: Daft Punk
Supervisor efectos especiales: Eric Barba. . .
Producción: Sean Bailey, Jeffrey Silver., Steven Lisbercer.
Productor ejecutivo: Donald Kushner.
Co-Producción: Justin Sprincer. Co.producción: Steve Gaub. .
Diseño de producción: Darren Gilford. Edición: James Haycood, A.C.E.
Compañías productoras: Walt Disney Pictures, Sean Bailey Production.
Intérpretes:
Jeff Bridges: Kevin Flynn,/Clu
Olivia Wilde: Quorra
Bruce Boxleitner: Alan Bradley/Tron,
Beau Garrett: Gem
James Frain: Jarvin
Sinopsis:
Sam Flynn (Garrett Hedlund), un joven rebelde de 27 años, traumatizado por la muerte de su padre Kevin Flynn (Jeff Bridges), el creador de videojuegos más grande de la historia. Sam recibe una misteriosa señal enviada desde la misteriosa oficina abandonada de su padre,unos recreativos, iniciando la aventura más grande de su vida. Con la ayuda de la intrépida Quorra (Olivia Wilde), Sam lucha por salvar la vida de su padre en un increíble cyber universo y participará en una gran batalla del bien contra el mal.
Comentario.
La nueva entrega de Tron, dirigida por Joseph Kosinski, se hace no una pregunta, sino la pregunta: ¿Cómo se mueven por la red, una frontera digital que redefinirá la condición humana, los paquetes de información, qué aspecto tienen, cómo son los circuitos? Y no es una pregunta inocente. Las nuevas tecnologías han cambiado el mundo, han destruido y siguen destruyendo sectores productivos, y como ocurre en toda época de transición, la confusión es tan grande como la que algunos críticos creen percibir en el film, La decadencia y la modernidad se combinan visualmente en espacios con paredes desconchadas, suelos abandonados, vestidos con muebles futuristas; oficinas modernas, donde residen las compañías que cotizan en la bolsa contrastan con locales sórdidos, abandonados, que albergan antiguas máquinas tragaperras en desuso, cubiertas de plásticos que acentúan su estado de abandono. La importancia de la desaparición de Flynn se representan con una serie de antiguos televisores de tubos catódicos, dispuestos como en un museo, que emiten la noticia. Pero hay algo que es incuestionable y no tiene vuelta atrás: el conocimiento es irreversible y el hombre no puede operar como si la inteligencia artificial no fuera un hecho, y los avances tecnológicos en la captación y reproducción de imágenes fueran obra de una minoría de extravagantes.
Joseph Kosinski plantea la lucha entre programas y usuarios, y como hiciera en otro tiempo Stanley Kubrick en 2001, una odisea del espacio con su antiguo ordenador Hal. El film actual crea una distopía en la que la obra se rebela contra su creador. El legado de Tron habla un lenguaje que debiera ser reconocible por todos nosotros, que lo sufrimos de una u otra forma. El desarrollo de internet ha favorecido el surgimiento de grandes millonarios como Bill Gates, Steve Jobs, Zuckerberg, y otros muchos creadores de programas, llamados usuarios en la película, pero ha hundido económicamente otras actividades creativas, incrementando las diferencias entre los hombres, como ha sucedido en todas las revoluciones que han derivado del avance de la ciencia. Flynn entiende que se abre la posibilidad de un mundo nuevo en el futuro, libre y perfecto, con un software libre, una utopía que fracasa pronto, repitiendo esquemas culturales, y generando sistemas de protección que los perpetúan, aunque sufran los ataques constantes de los hackers.
A su llegada al cyber-espacio Sam se convierte en el centro de un espectáculo que recuerda al de los gladiadores romanos, incluso en la indumentaria modernizada y recorrida por tubos de neón; el público está constituido por programas, que disfrutan martirizando a los usuarios-humanos-no-virtuales. La nostalgia del mundo que se ha perdido y no se ha sabido actualizar está emblematizada por unos cuantos volúmenes de Tolstoi, Dostoievski, o La Isla misteriosa de Julio Verne, muy apreciada por los creadores de ficción; los muebles luminosos de estilo isabelino,las l.amparas recargadas, los perros vulgares callejeros...La utopía de Flynn de un mundo perfecto, basado en la ciencia, la filosofía y las ideas del universo, puestas a disposición del hombre merced a la magia digital, se frustran ante el golpe de estado de un programa, Clu (copia lógica del usuario), libre y gratuito, pero no imaginado para enfrentarse a un hombre imperfecto, que no tiene posibilidad de sobrevivir en la red, como no lo tiene la igualdad, representada por los isos.
La posibilidad de transitar del mundo real al virtual y viceversa a través de un portal pertenece a la ficción de un universo construido por un arquitecto, Joseph Kosinski, en el que el protagonista principal es la luz, que emana del suelo, de los trajes de los personajes, de los muebles o las piscinas, como emana de nuestro ordenador. No es extraño que nos confundamos en un mundo confundido, en el que no sabemos hacia dónde orientar nuestros esfuerzos para sobrevivir como seres humanos que engrosan cada día los ejércitos de desempleados, expulsados de trabajos que no resurgirán jamás. Sam es el socio mayoritario de Encon, una industria de videojuegos creada por su padre, que se dedica al ataque de los sistemas informáticos a través de ZacAttack, Flyn live. ¿Es çeste el futuro? ¿Crear programas o boicotearlos? ¿Quién podrá dedicarse a escribir novelas como Julio Verne? Hoy el mundo no tiene estas respuestas que algunos buscamos en las modernas realizaciones.
Abundan los cameos a George Lucas y su Guerra de las Galaxias, producto aún no asimilado por ciertos sectores a pesar del tiempo transcurrido, pero que se ha convertido en referente del género de ficción. Se puede cuestionar la eficacia del rejuvenecimiento digital de Jeff Bridges, la puesta en escena, la intensidad de la acción, la iconografía y el impacto visual de un film que conecta con el videojuego, pero no de la inteligibilidad del discurso, contradictorio sin duda como lo es la sociedad actual desorientada.La perfección puede que no exista, pero todo desarrollo tecnológico ha acabado con los vestigios de la sociedad en que nació, y el desarrollo de la inteligencia artificial no tiene precedentes científicos. Todos debiéramos estar reflexionando sobre ello. La música de Daft Punk contribuye a crear un clima de virtualidad.
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