Buenos días, noche. Marco Bellocchio.
Ficha técnica:
Tñitulo original: Buongiorno, notte,
País:Italia.
Año: 2003
Duración: 106 minutos.
Guión y Dirección: Marco Belocchio. Inspirado en el libro 'Il prigionero' de Anna Laura Braghetti y Paola Tavella.
Casting: Beatrice Kruger (U.I.C.)
Organizador general: Luigi Lagrasta.
Fotografía: Pasquale Mari (A.I.C.)
Música: Riccardo Giagni.
Montaje: Francesca Calvelli.
Escenografía: Marco Dentici.
Vestuario: Sergio Ballo.
Producción: Marco Bellocchio y Sergio Pelone.
Producción: Marco Bellocchio y Sergio Pelone.
Director de producción: Sandra Bonacchi.
Montaje de sonido: Emanuela di Giunta, Fabio Cerretti (A.A.M.C.)
Compañías: 01 Distribution, FilmAlbatros ,Rai Cinema, Ski.
Intérpretes:
Maya Sansa :Chiara,
Luigi Lo Cascio :Mariano,
Pier Giorgio Bellocchio :Ernesto,
Giovanni Calcagno :Primo,
Paolo Briguglia :Enzo,
Roberto Herlitzka :Aldo Moro.
Sinopsis:
Roma, 1978. La joven Chiara se muda a un nuevo apartamento con su novio. A simple vista tiene una vida normal, pero su amigo Enzo empieza a sospechar que no todo es lo que parece. De hecho , su verdadera identidad está relacionada al movimiento terrorista italiano Las Brigadas Rojas que está planeando secuestrar y asesinar al antiguo Primer Ministro italiano.
Comentario.
Escribir sobre un film como Buenos días, noche de Marco Bellocchio es muy difícil en un mundo sin matices que se ha ido generando inadvertidamente desde el atentado terrorista contra el Trade World Center. En el film del italiano, un paradigma de cine político y social reflexivo, serio y sin demagogías, nada es blanco o negro, todo está tamizado y nada escapa al escrutinio de la cámara. La responsabilidad y dureza del tema tratado exige el marco minimalista y el ambiente opresivo y claustrofóbico en que se desarrolla la historia; el secuestro se produce el día de Nochevieja, y los jóvenes brigadistas, encerrados en el apartamento alquilado con el siniestro fin de asestar un golpe a un símbolo de la democracia cristiana italiana, sienten la pulsión de celebrar el tránsito a un año nuevo como el común de los mortales, situación que reproduce John Madden en La deuda en 2011. La diferencia radica en la calidad del secuestrado: la víctima de Belocchio es un hombre pacífico, intelectual y muy familiar, mientras que la de Medden es un nazi que asesinó a numerosas personas en pro de delirantes experimentos.
La mirada de la cámara observa a los jóvenes que constituyen el comando terrorista de las Brigadas Rojas, que rezan, tienen crucifijos encima de las camas, flaquean y comienzan a replantearse moralmente el secuestro, tras el contacto y debates políticos con Aldo Moro, aunque finalmente se impone la disciplina comunista que se han autoimpuesto: Antes de la ejecución fortalecen sus ánimos con cintas de vídeo en las que se ven masivas e injustas ejecuciones. Enzo Passoscuro, un joven de izquierda moderada, contrario al uso de la violencia, que escribe un libro llamado 'Buenos días, noche' y que entabla relación con Chiara, será encarcelado el primero, simplemente porque un día entró, sin advertirlo, en un ascensor en el que un brigadista había pintado una estrella, símbolo del grupo terrorista.
Aldo Moro y Chiara son observados con complacencia, enfatizando en los sentimientos humanitarios de ambos, que contagian, aunque sea tímidamente a algún otro compañero del grupo, sin embargo es incisiva con los co-religionarios de Aldo Moro, que se limitan a hacer sesiones de espiritismo con el fin de que un fantasma les indique dónde ocultan al político, al tiempo que imponen su férrea defensa de una autoridad inquebrantable. Las últimas imágenes, francamente demoledoras, las dedica al Pontífice Romano, que había apoyado al gobierno en su actitud de rendición incondicional, paseado por la Plaza del Vaticano en su áurea silla, a los políticos del partido celebrando los funerales en la Basílica de San Juan deLtrán, mientras una voz en off informa al espectador de que la familia había celebrado las honras fúnebres en privado. Chiara sueña constantemente que Moro convive con ellos, hojea sus libros y finalmente sale libre a la calle, con algún episodio onírico de gran crudeza, como aquella en la que los miembros del comando le informan de su próxima ejecución y se quitan los pasamontañas.
Bellocchio, como no podía ser de otra manera, censura a los jóvenes comunistas que privan al hombre de lo esencial, la vida, y lo separan de sus seres queridos con crueldad, pero no es condescendiente con los miembros de la democracia cristiana italiana. Es difícil interpretar con justeza lo que ocurrió en esta época en Italia, aunque el cine del país muestra el rechazo ante la actitud de firmeza del partido del destacado político y del gobierno ante el secuestro . Un ejemplo posterior al de Bellocchio es la película de Paolo Sorrentino, Il Divo, un biopic sobre Giulio Andreotti (2008), que muestra las secuelas que dejó el caso en la sociedad italiana.
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