Los verdugos también mueren. Fritz Lang.
Ficha técnica:
Título original: Hangmen also die.
País: USA
Año: 1943
Duración: 120 minutos.
Dirección y Producción : Fritz Lang.
Guión: John Wexley, adaptación de la historia original de Bert Brecht y Fritz Lang.
Director de Fotografía: James Wong Howe.
Productor Manager: Carley Harriman.
Director artístico: William Darling.
Editor: Gene Fowler, Jr.
Sonido: Fred Lau
Diseño set: Julie Heron.
Maquillaje: Blagoe Stephanoff.
Música: Hanns Eisler, dirigida por Arthur Gutmann.
Intérpretes:
H.H. V. Twardowsky: Reinhard Heydrich.
Brian Donlevy:: Dr. Franticek Svoboda.
Walter Brennan: Stepan Novotny, profesor de Historia.
Anna Lee: Nascha Novotny.
Nana Bryant: Mrs. Novotny.
Gene Lockhart : The Beerbrewer Emil Czaka.
Dennis O'Keefe: Jan Horak
Alexander Granach: Inspector de la Gestapo, Alois Gruber.
Margaret Wycherly: Ludmila Novotny.
Tonio Selwart
Jonathan Hale.
Sinopsis.
Praga, 1942. El Reichsprotector de Bohemia y Moravia (Checoeslovaquia), conocido por los ciudadanos como 'El Verdugo', por su implacable determinación a la hora de dictar sentencias de muerte, es asesinado. Inmediatamente la Getapo inicia sus acciones disciplinarias entre la población con el bjetivo de que el asesino salga a la luz, pero sus esfuerzos serán en vano frente al valor y el orgullo del pueblo checoeslovaco, decidido a incomodar en todo lo posible al opresor invasor.
Comentario.
Fritz Lang realizó esta película en plena guerra mundial, basada en un guión elaborado junto con Bertolt Brecht, una crónica del clima anti-nazi imperante en Checoeslovaquia. La combinación del expresionismo cinematográfico de Lang y los efectos de distanciamiento de Brecht, sin imágenes cruentas que provoquen la exaltación y la explosión de los sentimientos del espectador, permiten reflexionar sobre el éxito del Ministerio de Propaganda de Goebbels en el país invadido, que consiguió dividir al país entre los partidarios de entregar al asesino del Reichprotector, Reinhard Heydrich, al que los ciudadanos llamaban 'El Verdugo', y los que estaban dispuestos a dar su vida por la resistencia.
Filmada en 1943.cuando todavía no se conocían los horrores del holocausto nazi, está realizada por dos hombres que huyeron del país, Lang para no comprometerse con el régimen y Brecht para salvar su vida, y concibieron una historia, que a la luz de los acontecimientos y aún reflejando la crueldad que suponen los fusilamientos de rehenes masivos, resulta tibia, si la comparamos con otras producciones como La lista de Sindler. El film incide en la posición que adoptaron muchos checos, entre ellos la familia Novotny y el sacrificio del pater familias, distanciado de posiciones políticas desde hacía más de quince años, en pro de la decencia y dignidad humanas. Los primeros en caer, víctimas de la represión, fueron los intelectuales, (poetas, profesores, médicos, ingenieros...), sacerdotes, sindicalistas, obreros, y todos aquellos representantes del humanismo del momento. Los ejecutores del tirano fueron médicos, y el traidor, en torno al cual se gestó una conspiración de parte del pueblo checo, era un fabricante de cervezas.
Es un lujo poder contar con el testimonio de estos dos hombres como Lang y Brecht, que supieron ver la tragedia que se escondía tras ciudadanos aparentemente corrientes, imbuidos de las ideas nacionalsocialitas divulgadas por los periódicos; algunos intentaron evitar la muerte colaborando con la prensa, pero fue un gesto absolutamente inútil.
Filmada en 1943.cuando todavía no se conocían los horrores del holocausto nazi, está realizada por dos hombres que huyeron del país, Lang para no comprometerse con el régimen y Brecht para salvar su vida, y concibieron una historia, que a la luz de los acontecimientos y aún reflejando la crueldad que suponen los fusilamientos de rehenes masivos, resulta tibia, si la comparamos con otras producciones como La lista de Sindler. El film incide en la posición que adoptaron muchos checos, entre ellos la familia Novotny y el sacrificio del pater familias, distanciado de posiciones políticas desde hacía más de quince años, en pro de la decencia y dignidad humanas. Los primeros en caer, víctimas de la represión, fueron los intelectuales, (poetas, profesores, médicos, ingenieros...), sacerdotes, sindicalistas, obreros, y todos aquellos representantes del humanismo del momento. Los ejecutores del tirano fueron médicos, y el traidor, en torno al cual se gestó una conspiración de parte del pueblo checo, era un fabricante de cervezas.
Es un lujo poder contar con el testimonio de estos dos hombres como Lang y Brecht, que supieron ver la tragedia que se escondía tras ciudadanos aparentemente corrientes, imbuidos de las ideas nacionalsocialitas divulgadas por los periódicos; algunos intentaron evitar la muerte colaborando con la prensa, pero fue un gesto absolutamente inútil.
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