Cinco metros cuadrados.
Ficha técnica:
Tñitulo original: Cinco metros cuadrados.
País: España.
Año: 2011.
Duración: 86 minutos.
Dirección: Max Lemcke.
Guión: Pablo Remón y Daniel Remón.
Fotografía: José David Montero.
Música: Fernando Velazquez.
Sonido: José Manuel Sospedra.
Edición: Laurent Dufreche y Ascen Marchena.
Vestuario: Helena Sanchis.
Maquillaje y peluquería: Ana Caballero.
Dirección artística: Javier Fernandez.
Dirección de producción: Nicolás Tapia.
Dramedia.
Intérpretes:
Alex: Fernando Tejero.
Virginia: Malena Alterio.
Montañés: Emilio Gutierrez Caba.
Arganda: Manuel Morón.
Toño: Jorge Bosch.
Nacho: Secun de la Rosa.
Sinopsis.
Alex y Virginia invierten todos sus ahorros y se hipotecan durante cuarenta años por la compra de una vivienda en las afueras de la ciudad,con dos habitaciones y salón con chimenea. Adquieren su habitat sobre plano, y lo que más entusiasma a Alex es la terraza de cinco metros cuadrados con maravillosas vistas. Cuando la construcción del edificio está a punto de terminar, precintan la zona y comienza una pesadilla para la pareja.
Los damnificados constituyen una plataforma, que poco a poco se va desinflando, quedando sólo Toño, un trabajador de la construcción y Alex. La tensión que le produce al protagonista comienza a incidir en su vida privada y sus relaciones con Virginia, y en la esfera pública, especialmente en su productividad laboral.
Comentario.
Es notorio el esfuerzo que están realizando los cineastas americanos para ilustrar a sus espectadores sobre las causas y las consecuencias de la crisis que estamos padeciendo y que han reducido a amplios sectores de la población mundial a plantearse la clásica cuestión de primum vivere deinde philosophari. Títulos como Up in the air (Jason Raitman), Inside job ( Charles Ferguson), Wall Street (Oliver Stone), The Company men (John Wells) o Margin call (J. C. Chandor), abordan el tema desde el momento en que se dedice hacer paquetes financieros que incluyen acciones-basura, hasta que se pincha la burbuja inmobiliaria y comienzan las fusiones, los despidos y la desesperación de muchos seres humanos. Esta contribución a la explicación de temas económicos, vedados para el gran público, es de tal envergadura que incluso se cita en los debates electorales de diferentes países. El cine está cumpliendo la función que le atribuía Chabrol: abrir ventanas a mundo.
España es uno de los países más castigados por la especulación inmobiliaria y tocaba alguna reflexión sobre una crisis que ha destrozado los sueños de un desarrollo ininterrumpido y sostenible.Parece ser que vamos a tener que seguir esperando que un realizador español de un paso al frente; Max Lemcke afirma que él no hace cine social, por lo que prefiere centrarse en el aspecto humano de la frustración que padece una pareja a punto de casarse, que revolver en las causas de la quiebra de las inmobiliarias. Es lo que hay.
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