El Mexicano. Roberto Rodriguez.
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Ficha técnica:
Título original: Once upon a time in Mexico.
País: EE.UU.
Año: 2003.
Duración: 102 minutos.
Guión y Dirección: Robert Rodriguez.
Fotografía: Roberto Rodriguez.
Música: Roberto Rodriguez.
Edición: Eoberto Rodriguez.
Diseño de Vestuario: Graciela Mazón.
Producción: Roberto Rodriguez, Elizabeth Avellán y Carlos Gallardo.
Diseño de Producción: Roberto Rodriguez.
Compañías: Dimensión Films; distribuidora: Columbia Pictures.
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Intérpretes:
Antonio Banderas.
Salma Hayek
Johnny Depp
Willem Dafoe
Mickey Rourke
Eva Mendes
Danny Trejo
Enrique Iglesias
Marco Leonardi
Cheech Marin
Julio Oscar Mechoso
Rubén Valdés
Willem Dafoe.
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Sinopsis:
El Mexicano culmina la saga comenzada por Roberto Rodriguez en 1992 con su film El Mariachi; ahora el mariachi es interpretado por Antonio Banderas reclutado por el agente de la CIA Sheldon Sands (Depp) para cazar al gángster Barillo, que había asesinado a la esposa e hija del músico convertido en pistolero,y que ahora pretende atentar contra el Presidente mexicano.
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Comentario:
El mexicano es una prueba evidente de que en ocasiones productos independientes muy valorados por la crítica se convierten en un fiasco cuando se financian y se pretenden vender como mainstream o blockbuster. La escasez de recursos no es un valor en sí misma, ni al contrario. Todo depende de la excelencia del que dirige el equipo y de éste mismo.
La trama corrupta que intenta presentar en un país caciquil, como el México de Roberto Rodriguez, resulta totalmente enrevesada, con más sangre y carnicería que los mejores films del giallo italiano o de Tarantino, y el fraude parece extenderse al propio reparto, con el hijo de Julio Iglesias en un papel nada creíble, o un Mickey Rourke, emblematizado por su pequeño perro chihuahua, decrépito, cuya aparición sólo se justifica para dar brillo a la ficha artística. Ni tan siquiera se sabe qué quiere decir,- cuando lo puede hacer de forma clara -, 'el mariachi' al afirmar en una especie de monólogo interno que en su época combatía el mal desde abajo, pero ahora hay que comenzar desde arriba. Pierde una maravillosa oportunidad de analizar las condiciones en las que se dan frecuentes golpes de estado en el Cono Sur de América. Los asertos de los personajes resultan absolutamente risibles cuando pretenden ser trascendentes.
A muchos críticos lo único que les convence es la presencia de la bella Eva Mendes, sin embargo lo que entretiene, milagrosamente, es la actuación del inigualable Jhonny Deep, capaz de hacer de la necesidad virtud; las últimas imágenes del actor, al que le han arrancado los ojos y al que le discurre abundante sangre por debajo de las gafas, es una más de sus múltiples transformaciones. Sin embargo su personaje supone una trivialización del papel de la CIA en las asonadas militares que han padecido estos países.
Si en su primer film Roberto Rodriguez nos presenta a un joven que sólo quería ser mariachi, al que las circunstancias empujan a empuñar las armas, en este aparece transformado en un ser insípido y sin músculo, que colabora con la CIA para vengar a su mujer y su hija. La historia no se sostiene.
La trama corrupta que intenta presentar en un país caciquil, como el México de Roberto Rodriguez, resulta totalmente enrevesada, con más sangre y carnicería que los mejores films del giallo italiano o de Tarantino, y el fraude parece extenderse al propio reparto, con el hijo de Julio Iglesias en un papel nada creíble, o un Mickey Rourke, emblematizado por su pequeño perro chihuahua, decrépito, cuya aparición sólo se justifica para dar brillo a la ficha artística. Ni tan siquiera se sabe qué quiere decir,- cuando lo puede hacer de forma clara -, 'el mariachi' al afirmar en una especie de monólogo interno que en su época combatía el mal desde abajo, pero ahora hay que comenzar desde arriba. Pierde una maravillosa oportunidad de analizar las condiciones en las que se dan frecuentes golpes de estado en el Cono Sur de América. Los asertos de los personajes resultan absolutamente risibles cuando pretenden ser trascendentes.
A muchos críticos lo único que les convence es la presencia de la bella Eva Mendes, sin embargo lo que entretiene, milagrosamente, es la actuación del inigualable Jhonny Deep, capaz de hacer de la necesidad virtud; las últimas imágenes del actor, al que le han arrancado los ojos y al que le discurre abundante sangre por debajo de las gafas, es una más de sus múltiples transformaciones. Sin embargo su personaje supone una trivialización del papel de la CIA en las asonadas militares que han padecido estos países.
Si en su primer film Roberto Rodriguez nos presenta a un joven que sólo quería ser mariachi, al que las circunstancias empujan a empuñar las armas, en este aparece transformado en un ser insípido y sin músculo, que colabora con la CIA para vengar a su mujer y su hija. La historia no se sostiene.
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