La Milla Verde.Frank Darabont.
Ficha técnica:
Título original: The Green Mile.
País: EE.UU.
Año: 1999.Duración: 181 minutos aproximadamente.
Guión y dirección: Frank Darabont, basado en una novela de Stephen King.
Producción: David Valdes & Frank Darabont.
Diseño de producción: Terence Marsh.
Director de fotografía: David Tattersall, BSC.
Edición: Richard Francis-Bruce ACE.
Música: Thomas Newman.
Diseño Vestuario: Karyn Wagner.
Casting: Mali Finn, CSA.
Compañías: Castle Rock Entertainment, Time Warner Company, Darwoods Producciones.
Ficha artística:
Reparto:
Tom Hanks: Paul Edgecomb.
Dabbs Gree: Paul Edgecomb de viejo.
David Morse: Brutal Howell.
Bonnie Hunt: Jan Edgecomb.
Michael Clarke Duncan: John Coffey.
James Cromwell: Warde Hall Moores.
Dough Hutschison: Percy Wetmore.
Sam Rockwell: Willy Bid.
Dean Stanton: Barry Pepper.
Patricia Clarkson: esposa de Werde Hall Moores,
Harry Dean Stanton: Warthon.
Graham Greene: preso ejecutado.
Eve Brent: compañera y confidente de Paul Edgecomb en la residencia de ancianos.
William Sadler: Klaus Petterick, padre de las niñas brutalmente asesinadas.
Premios:
4 nominaciones a 4 Oscars de la Academina, incluyendo la de Mejor Película.
Sinopsis oficial:
Los milagros pueden ocurrir en los lugares más insospechados, incluso en la Milla Verde, el pasillo de linóleo verde que los condenados recorren hasta llegar a la silla eléctrica en el corredor de la penitenciería de Cold Mountain. Allí John Coffey (cuyo nombre se escribe igual que el del café, pero no se pronuncia de la misma forma), un gigante convicto de asesinar brutalmente a dos hermanas, esconde un prodigioso don sobrenatural.
Tom Hanks encabeza un magnífico reparto que incluye a Michael Clarke Duncan, interpretando a Coffey, en esta emocionante historia que refleja la lucha por la vida que libran guardianes, prisioneros y un notable ratón llamado Mr. Jingles.
Comentario:
La milla verde es una película realizada por un gran storyteller, Frank Darabont, recomendable para un espectador que aún conserve la inocencia y crea que hay hombres buenos y que la 'magia' es posible; el film es pragmático, y lo peor es que sus personajes cumplen su destino, conocedores de su impotencia para cambiar las cosas, pero sin perder la humanidad y la solemnidad que exige el ejercicio de su función; esos primeros planos de las piernas de los guardias de prisiones que recorren el último tramo que ha de transitar el convicto hacia su destino fatal son francamente impresionantes. Pero además el film confirma el axioma de nuestras madres y abuelas: "Ni están todos los que son (en cárceles y manicomios), ni son todos los que están".
El guión está basado en una novela del más humanista Stephen King, que crea espíritus imperfectos, pero buenos en general, salvo alguna excepción notable que no siempre está en el mismo lado, sino que se reparte equitativamente entre los delincuentes y los agentes encargados de preservar el orden y hacer cumplir la Ley. El escritor sostiene que en la Milla verde existe el sentimiento de que el espíritu humano está vivo, incluso en las circunstancias más adversas y de que cuanto más difícil es la vida más posibilidades tiene de brillar. Todos llevamos el demonio dentro, al que sólo se puede hacer frente con el amor, la tolerancia, la comprensión y la compasión. Es inevitable que todos corramos nuestra milla verde hacia la muerte, pero a veces el camino es largo y difícil.
Darabont crea una fantasía en un tono que recuerda el optimismo de Steven Spielberg, pero sus milagros representan una denuncia, con un bellísimo envoltorio visual y cinematográfico, del sistema judicial norteamericano, cuyos jueces no parecen necesitar demasiadas investigaciones ni muy meticulosas cuando se topan con un sospechoso negro. A Coffey le mata el amor al prójimo, su impulso de ayudar a los demás y la imposibilidad de soportar más el odio y las injusticias de este mundo. Frente a él , Percey es un hombre de uniforme, tras el que se esconde para realizar los crímenes más horrendos, protegido por la ley y su tío el gobernador, pero que se mea en los pantalones si debe enfrentarse sólo a cualquier peligro. Un auténtico 'perro de paja'.
Magníficas actuaciones de la estrella Tom Hanks y del recientemente saltado a la fama Sam Rockwell en la película Moon de Duncan Jones , y de otros que hasta ahora han realizado papeles secundarios como David Morse (magnífico) o Michael Clarke Duncan, en un film en cierta medida coral. La complicidad entre el 'Jefe Edgecomb' y Coffey es conmovedora, apoyada en la del 'Jefe Howell'.
Con estos miembres se podría hacer realidad el lema de que otro mundo mejor es posible, lo que resulta paradójico en cuatro hombres cuya profesión consiste en aplicar penas de muerte, espectáculo al que asisten familiares de las víctimas, prensa y otras personas, que recuerdan las ejecuciones públicas en la Place de la Concorde durante la Revolución Francesa, y cuya hipocresía les impide observar la horrible muerte de Delacroix, gracias a un sabotaje del malvado Percy, que Paul Edgecomb (Tom Hanks) no quiere suspender por dos razones: porque el reo, que se ha quemado vivo, aún no ha muerto y sería una crueldad innecesaria hacerle sufrir más, y porque quiere que el público observe, sin edulcorar, las medidas que defiende.
Percy acaba donde siempre se jactaba que iba a terminar, en el manicomio de Briar Bridges, pero no cómo torturador de almas en pena, sino como inquilino. Edgecomb y el Señor Jingles, el ratón, reciben una herencia de Coffey : una vida demasiado larga, que les lleva a desear transitar su milla verde.
El film contiene un emocionado y emocionante homenaje al cine: el último deseo del 'magico' Coffey es asistir por primera vez a una proyección de un film, y sus humanos guardianes, conocedores de su inocencia, le proyectan Sombrero de copa. En un impresionante primer plano vemos al gigante negro,enmarcado por los haces que salen del proyectos y la pantalla, fuera de campo, llorando emocionado al ver bailar a Fred Astaire y Ginger Rogers bailar Cheeck to Cheeck, que me veo impulsada a repetir, gracias a la magia del cine que nos permite volver a ver a unos personajes que ya han recorrido su milla verde.
Tom Hanks encabeza un magnífico reparto que incluye a Michael Clarke Duncan, interpretando a Coffey, en esta emocionante historia que refleja la lucha por la vida que libran guardianes, prisioneros y un notable ratón llamado Mr. Jingles.
Comentario:
La milla verde es una película realizada por un gran storyteller, Frank Darabont, recomendable para un espectador que aún conserve la inocencia y crea que hay hombres buenos y que la 'magia' es posible; el film es pragmático, y lo peor es que sus personajes cumplen su destino, conocedores de su impotencia para cambiar las cosas, pero sin perder la humanidad y la solemnidad que exige el ejercicio de su función; esos primeros planos de las piernas de los guardias de prisiones que recorren el último tramo que ha de transitar el convicto hacia su destino fatal son francamente impresionantes. Pero además el film confirma el axioma de nuestras madres y abuelas: "Ni están todos los que son (en cárceles y manicomios), ni son todos los que están".
El guión está basado en una novela del más humanista Stephen King, que crea espíritus imperfectos, pero buenos en general, salvo alguna excepción notable que no siempre está en el mismo lado, sino que se reparte equitativamente entre los delincuentes y los agentes encargados de preservar el orden y hacer cumplir la Ley. El escritor sostiene que en la Milla verde existe el sentimiento de que el espíritu humano está vivo, incluso en las circunstancias más adversas y de que cuanto más difícil es la vida más posibilidades tiene de brillar. Todos llevamos el demonio dentro, al que sólo se puede hacer frente con el amor, la tolerancia, la comprensión y la compasión. Es inevitable que todos corramos nuestra milla verde hacia la muerte, pero a veces el camino es largo y difícil.
Darabont crea una fantasía en un tono que recuerda el optimismo de Steven Spielberg, pero sus milagros representan una denuncia, con un bellísimo envoltorio visual y cinematográfico, del sistema judicial norteamericano, cuyos jueces no parecen necesitar demasiadas investigaciones ni muy meticulosas cuando se topan con un sospechoso negro. A Coffey le mata el amor al prójimo, su impulso de ayudar a los demás y la imposibilidad de soportar más el odio y las injusticias de este mundo. Frente a él , Percey es un hombre de uniforme, tras el que se esconde para realizar los crímenes más horrendos, protegido por la ley y su tío el gobernador, pero que se mea en los pantalones si debe enfrentarse sólo a cualquier peligro. Un auténtico 'perro de paja'.
Magníficas actuaciones de la estrella Tom Hanks y del recientemente saltado a la fama Sam Rockwell en la película Moon de Duncan Jones , y de otros que hasta ahora han realizado papeles secundarios como David Morse (magnífico) o Michael Clarke Duncan, en un film en cierta medida coral. La complicidad entre el 'Jefe Edgecomb' y Coffey es conmovedora, apoyada en la del 'Jefe Howell'.
Con estos miembres se podría hacer realidad el lema de que otro mundo mejor es posible, lo que resulta paradójico en cuatro hombres cuya profesión consiste en aplicar penas de muerte, espectáculo al que asisten familiares de las víctimas, prensa y otras personas, que recuerdan las ejecuciones públicas en la Place de la Concorde durante la Revolución Francesa, y cuya hipocresía les impide observar la horrible muerte de Delacroix, gracias a un sabotaje del malvado Percy, que Paul Edgecomb (Tom Hanks) no quiere suspender por dos razones: porque el reo, que se ha quemado vivo, aún no ha muerto y sería una crueldad innecesaria hacerle sufrir más, y porque quiere que el público observe, sin edulcorar, las medidas que defiende.
Percy acaba donde siempre se jactaba que iba a terminar, en el manicomio de Briar Bridges, pero no cómo torturador de almas en pena, sino como inquilino. Edgecomb y el Señor Jingles, el ratón, reciben una herencia de Coffey : una vida demasiado larga, que les lleva a desear transitar su milla verde.
El film contiene un emocionado y emocionante homenaje al cine: el último deseo del 'magico' Coffey es asistir por primera vez a una proyección de un film, y sus humanos guardianes, conocedores de su inocencia, le proyectan Sombrero de copa. En un impresionante primer plano vemos al gigante negro,enmarcado por los haces que salen del proyectos y la pantalla, fuera de campo, llorando emocionado al ver bailar a Fred Astaire y Ginger Rogers bailar Cheeck to Cheeck, que me veo impulsada a repetir, gracias a la magia del cine que nos permite volver a ver a unos personajes que ya han recorrido su milla verde.
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