X-Men. Primera generación. Matthew Vaughn.
Ficha técnica:
Título; X-M: Primera generación.
Título original: X-Men: First Class.
Año: 2011.
País:EE.UU.
Dirección: Matthew Vaughn.
Guión:Jane Goldman, Ashley Miller, Jamie Moss, Josh Schwartz, Zack Stentz (Historia: Bryan Singer).
Fotografía: John Mathieson.
Música: Henry Jackman.
Estudio: 20th Century Fox
Título; X-M: Primera generación.
Título original: X-Men: First Class.
Año: 2011.
País:EE.UU.
Dirección: Matthew Vaughn.
Guión:Jane Goldman, Ashley Miller, Jamie Moss, Josh Schwartz, Zack Stentz (Historia: Bryan Singer).
Fotografía: John Mathieson.
Música: Henry Jackman.
Estudio: 20th Century Fox
Ficha artística:
Reparto: James McAvoy, Michael Fassbender, Kevin Bacon, January Jones, Jason Flemyng, Rose Byrne, Oliver Platt, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Álex González, Lucas Till, Zoë Kravitz, James Remar, Matt Craven, Rade Serbedzija, Michael Ironside, Laurence Belcher, Bill Milner, Beth Goddard, Morgan Lily, Caleb Landry Jones, Edi Gathegi
Sinopsis:
Antes de que Charles Xavier y Erik Lensherr se convirtieran en el Profesor Xavier y Magneto, fueron dos jóvenes que descubrían sus poderes por primera vez. Antes de que fueran archienemigos, eran los mejores amigos, trabajando juntos y con otros mutantes (algunos conocidos, otros nuevos), para detener la mayor amenaza que el mundo haya conocido. En el proceso, una brecha se fue abriendo, comenzando la guerra entre la Hermandad de Magneto y los X-Men de Xavier.
Crítica:
Parafraseando a Woody Allen en una de sus reiteradas incursiones en el mundo surreal, resumiría mi impresión tras ver X-Men: Primera generación con las palabras que pronuncia en la cola de un cine, tras sacar de su chistera al propio MacLuhan: "¡Amigos míos, si la vida siempre fuera así!. En repetidas ocasiones expresamos la convicción de que el lenguaje ficticio permite abordar grandes ideas sin caer en la demagogia ni en el reduccionismo de lo concreto. Esto es lo que consiguen Matthew Vaughn y su formidable equipo.
Es difícil cuadrar el círculo, satisfacer a todos los sectores de público, a los frikis lectores de cómics de Marvel, a los seguidores de la saga y a los que buscan un guión inteligente, con buen ritmo, a unos actores en su papel y una historia que no decae. Trasladándose por la geografía mundial el film muestra la existencia de un poder por encima de los gobiernos que toma cuerpo en un nazi, un torturador en los campos de Aushwitz, Sebastian Shaw (Kevin Bacon), creador del monstruo de Frankenstein (como él mismo se llama),Erik, alias Magneto, inoculándole la ira, el dolor y el deseo de venganza. Frente a él el Profesor X, Charles Xavier, intelectual de la clase alta, cuyo poder reside en su inteligencia, más dispuesto a la evolución pacífica. Las sucesivas mutaciones o adaptaciones al medio han generado una clase de mutantes, no uniforme, que ha desarrollado aptitudes superiores a la media en su lucha contra la marginación, ya sea por la no aceptación de su físico, la exclusión social o el color de la piel. Su resistencia a la violencia estructural y social les hará fuertes, sólo es necesario canalizar sus energías para hacerlas más poderosas.
En el lado del mal no sólo está el monstruoso Shaw, superviviente nazi refugiado en Argentina, sino banqueros suizos, militares ambiciosos, potentados, e incluso masas indiferentes al sufrimiento de los desfavorecidos, a los que intentan destruir. Cuando dos alemanes le preguntan a Magneto por su nombre, tras presentarse como criadores de cerdos y sastres, les responde que carece de él porque se lo han quitado hombres como ellos. Esta anécdota me trae a la memoria la conclusión a la que llega Sueeney Todd (Tim Burton): "Hay dos tipos de hombres, los que ponen la zancadilla y los que se la dejan poner". Todos son igual de culpables.
El film se localiza en la crisis de los misiles de Cuba, con diversas apariciones de John F. Kenndy en la pantalla de televisores todavía de tubos catódicos y en blanco y negro. Concluida la batalla los mutantes se dividen en dos bandos: los que optan por cambiar las cosas pacíficamente, mediante la enseñanza y formación de los individuos, y los que deciden seguir la lucha armada y no desvincularse de ella, entre los que se encuentra Magneto.
A su bien construido argumento añade una magnifica realización visual, con efectos especiales imaginativos y bien realizados, que no defraudan a los que buscan emoción y aventura en la saga.
Es una de las mejores películas de la temporada y animo a los que se resisten a acudir a una sala de proyecciones a ver un film de ciencia-ficción que derriben esa barrera y se decidan a pasar un buen rato y reflexionar al mismo tiempo, en ese tremendo espectáculo que es el cine.
Crítica:
Parafraseando a Woody Allen en una de sus reiteradas incursiones en el mundo surreal, resumiría mi impresión tras ver X-Men: Primera generación con las palabras que pronuncia en la cola de un cine, tras sacar de su chistera al propio MacLuhan: "¡Amigos míos, si la vida siempre fuera así!. En repetidas ocasiones expresamos la convicción de que el lenguaje ficticio permite abordar grandes ideas sin caer en la demagogia ni en el reduccionismo de lo concreto. Esto es lo que consiguen Matthew Vaughn y su formidable equipo.
Es difícil cuadrar el círculo, satisfacer a todos los sectores de público, a los frikis lectores de cómics de Marvel, a los seguidores de la saga y a los que buscan un guión inteligente, con buen ritmo, a unos actores en su papel y una historia que no decae. Trasladándose por la geografía mundial el film muestra la existencia de un poder por encima de los gobiernos que toma cuerpo en un nazi, un torturador en los campos de Aushwitz, Sebastian Shaw (Kevin Bacon), creador del monstruo de Frankenstein (como él mismo se llama),Erik, alias Magneto, inoculándole la ira, el dolor y el deseo de venganza. Frente a él el Profesor X, Charles Xavier, intelectual de la clase alta, cuyo poder reside en su inteligencia, más dispuesto a la evolución pacífica. Las sucesivas mutaciones o adaptaciones al medio han generado una clase de mutantes, no uniforme, que ha desarrollado aptitudes superiores a la media en su lucha contra la marginación, ya sea por la no aceptación de su físico, la exclusión social o el color de la piel. Su resistencia a la violencia estructural y social les hará fuertes, sólo es necesario canalizar sus energías para hacerlas más poderosas.
En el lado del mal no sólo está el monstruoso Shaw, superviviente nazi refugiado en Argentina, sino banqueros suizos, militares ambiciosos, potentados, e incluso masas indiferentes al sufrimiento de los desfavorecidos, a los que intentan destruir. Cuando dos alemanes le preguntan a Magneto por su nombre, tras presentarse como criadores de cerdos y sastres, les responde que carece de él porque se lo han quitado hombres como ellos. Esta anécdota me trae a la memoria la conclusión a la que llega Sueeney Todd (Tim Burton): "Hay dos tipos de hombres, los que ponen la zancadilla y los que se la dejan poner". Todos son igual de culpables.
El film se localiza en la crisis de los misiles de Cuba, con diversas apariciones de John F. Kenndy en la pantalla de televisores todavía de tubos catódicos y en blanco y negro. Concluida la batalla los mutantes se dividen en dos bandos: los que optan por cambiar las cosas pacíficamente, mediante la enseñanza y formación de los individuos, y los que deciden seguir la lucha armada y no desvincularse de ella, entre los que se encuentra Magneto.
A su bien construido argumento añade una magnifica realización visual, con efectos especiales imaginativos y bien realizados, que no defraudan a los que buscan emoción y aventura en la saga.
Es una de las mejores películas de la temporada y animo a los que se resisten a acudir a una sala de proyecciones a ver un film de ciencia-ficción que derriben esa barrera y se decidan a pasar un buen rato y reflexionar al mismo tiempo, en ese tremendo espectáculo que es el cine.
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