Eduardo Manostijeras. Tim Burton.





Ficha técnica:

Título original: Edward Scissorhands.
Año: 1990.
País; EE.UU.
Duración aproximada: 89 minutos.
Dirección: Tim Burton.
Guión: Caroline Thompson, basado en una historia de Tim Burton y Caroline Thompson.
Casting: Victoria Thomas.
Diseño de Vestuario: Collin Atwood.
Maquillaje y efectos especiales: Stan Wiston.
Efectos especiales: Michael Arbogast.
Música: Danny Elfman.
Mezclador de sonidos: Petur Hliddal.
Director de fotografia: Stefan Cza`sky.
Edición: Richard Hasley A.C.E.
Producción: Tim Burton, Denise Di Novi, Richard Hashimoto (productor ejecutivo), Caroline Thompson (productor asociado).




Ficha artística:

Edward Scissorhands: Jhonny Deep.
Kimba Boogs: Vinona Ryder.
Peggy Boogs: Dianne Wiest.
Alan Arkin: Billy Boogs.
Jim: Anthony Michael Hall.
Joyce: Kathy Baker.
Kevin: Robert Oliveri.
Helen: Conchata Ferrel.
Marge: Carolina Aaron.
Inventor: Vincent Price.


Sinopsis:

Erase una vez...un castillo donde vivía un inventor que dedicó parte de su vida a crear una criatura perfecta a la que llamó Eduardo. Pero el inventor murió de repente y dejó incompleta su creación, ya que en vez de dedos tenía unas horribles manos con hojas de tijeras. El joven Edward vivía solo en el castillo hasta que una encantadora joven, que trabajaba para la firma Avon, lo llevó a su casa junto con su familia. Pero un ser tan especial no estaba preparado para vivir en una ciudad tan extravagante y falsa como Suburbia.

Comentario:

El film de Tim Burton es en realidad un cuento gótico de talante caústico, atrabiliario y un tanto cínico, cuyos extravagantes personajes, que van desde la pánfila y bobalicona Peg, una especie de ángel que vende productos de la firma Avon y va de puerta en puerta, a la ninfómana y resentida Joyce; Eduardo es el personaje clásico de cuento que quiere sentir emociones. pero no puede tocar a nadie. Como es habitual en las películas del director, siempre reserva un pequeño papel para los mitos del cine de terror: Christopher Lee, Vela Lugosi, Boris Karloff, y en este caso Vincent Price, que personifica al inventor. La influencia de Dario Argento está presente en muchos momentos, y especialmente en la secuencia en la que Kim (Vinona Ryder) llega a su casa, comienza a desnudarse en su habitación y al mirarse en el espejo ve su rostro acompañado de la imagen del 'monstruo' formando una curiosa composición (Rosso profondo).

La historia se localiza en Florida, en los alrededores de Tampa, en una ciudad cuyo castillo responde a esa construcción que extienden su sombra amenazante sobre la cotidianeidad de las bajas residencias unipersonales y las domina, como ocurre con la factoría en Charlie la fábrica de chocolate, entre otras películas del imaginativo director ; fue reconstruido en la que Burton define como la colina más elevada de Florida, que apenas alcanza una altura de seis metros. La mirada cínica de Burton también planea sobre las casas multicolores, sin aliento ni vida, con colores planos, como un icono, un recortable, prefabricadas, en las que sus habitantes se aislan y sólo salen las mujeres, también con grotescos trajes multicolor a la calle a murmurar cuando ocurre algo excepcional, retirándose cuando cae la tarde y sus 'hombres' vuelven , formando una serpiente de coches, a sus hogares. No falta en el pequeño pueblo la fanática religiosa, cuyo habitat está repleto de cruces y velas, en un homenaje a la madre de Carrie (Brian de Palma), que ve al recién llegado como una materialización del demonio.

En los títulos de crédito se establece el tono visual del film, apoyado generalmente en la música del Danny Elfman, que siempre encuentra el equilibrio entre lo fantástico e irreal y lo real sugerido por Burton; Johny Deep es otra pieza fundamental en el trío, un hombre que proyecta algo sólo con la mirada, como si procediera del cine mudo, a pesar de su juventud. Esto es algo que subyace en la obra de Burton, que se desarrolló en una familia e la que se hablaba poco y se comunicaba sobre todo con el juego de miradas y gestos.

Eduardo es un recién llegado a la vida de los mortales, sin historia laboral , cuenta corriente, inversiones recientes, y a la vez un creador imaginativo, capaz de modelar figuras en los árboles, realizar cortes de pelo extravagantes, tanto a perros como a mujeres, pero incapaz de adaptarse a la sociedad pequeñoburguesa y vulgar de Suburbia. Es el tipo de personaje que cultiva Tim Burton, marginado, inadaptado. La mirada que proyecta sobre la América profunda, ignorante y resentida, es revulsiva; todos se aprovechan del 'raro' y cuando sus servicios no les son ya útiles lo recluyen de nuevo en su castillo que es su prisión; le enseñan a robar, por amor a Kim, a huir de la policía; abusan sexualmente de él y al no plegarse, le persiguen con su resentimiento y su rencor. Le hacen sentir el peso de la diferencia hasta no poderlo soportar, y, cuando escapa de nuevo a su guarida, a sus penalidades eternas, ya que ha sido creado de tal forma que no envejece, como no acaban nunca los movimientos de los pueblos, reinicia su actividad creativa y regala al grupo que le ha marginado la maravilla de ver nevar en Florida, aunque la nieve no es otra cosa que el polvo de hielo que se desprende de los bloques, que evidencia que él sigue vivo.

Kim es ahora una abuela que relata el cuento triste de la exclusión de un marginado a su nieta. La cámara penetra en el castillo del inventor y nos muestra a Eduardo Manostijeras en plena actividad creativa, joven como siempre, gótico, con cicatrices en su cara, como un poético homenaje a los marginados por la simpleza y la barbarie.



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