Un trabajo en Italia. (In Italian Job). Peter Collinson.







Ficha técnica: Año: 1969. Dirección: Peter Collinson. País: Gran Bretaña. Guión: Troy Kennedy Martin. Música: Quincy Jones. Fotografía: Douglas S.Locombe. Productor. Michael Deeley.

Ficha artística: Michael Caine, Nöel Coward, Benny Hill, Raf Vallone, Tony Beckeley, Rossano Brazzi, Maggie Blye, Irene Handi, John Le Mesurier, Fred Emney, Robert Powell.



Crítica:




Un trabajo en Italia es un film noir, de ladrones y policías, y de acción bufa e irónica que gira en torno a los nacionalismos europeos anteriores al nacimiento de la Unión y el enfrentamiento especialmente de los británicos con un país de los llamados pigs (Portugal, Italia, Grecia y España). El protagonista Charlie Crocke (Michael Caine) va a realizar un trabajo en Italia, ideado por un tal Beckerman asesinado en una secuencia magistral cargada de cinismo (primer plano de una corona de flores a la salida de un túnel). La ciudad elegida es Turín, una de las urbes industriales más modernas del viejo continente, en la que no era difícil organizar un atasco y en la que todavía se podía ver ropa tendida y muebles abandonados en la vía pública.

La operación se basa en la provocación de un atasco de tráfico saboteando el Centro de Control de Tráfico de Turín, sin armas, muy británico, pero con la mafia pisándoles los talones. Charlie Croker está rodeado de un equipo muy particular, y él es el típico hombre vivaz, carismático, que tan pronto se enfuenda en un elegante traje Dougie Hayward (creador inglés), como en un mono de trabajo; viaja con su compañera sentimental, Lorna (Maggie Blye). Para dar el golpe necesita el apoyo del gángster inglés Bridger (Nöel Coward), que vive en la cárcel como un auténtico lord inglés, con batín de seda y zapatillas; imbuido de un patriotismo británico es fácil de convencer vendiéndole el asunto como un modo de equilibrar la balanza de pagos después del acuerdo entre chinos e italianos, y amenazándole con la venta del plan a los americanos más preparados para apreciar los nuevos talentos. Para construir una diégesis más aproximada a la realidad del momento se inserta en la historia una partido de fútbol entre Italia e Inglaterra que llena Turín de hooligans ingleses. Las amenazas entre mafiosos adquieren carácter nacional, y finalmente estaba equivocado el mafioso italiano Altabani (Raf Vallone) cuando afirmaba que Bridger no podía dominar Europa desde la cárcel, donde es vitoreado por los demás presos como un héroe nacional.

Lo más emblemático del film, equiparable a la carrera de cuádrigas de Ben-Hur es la huida de los ladrones en minis, perseguidos por la policía italiana en sus fiat por los lugares más insólitos y con las maniobras más rocambolescas, bajando y subiendo escaleras y trepando por tejados de edificios vanguardistas al estilo de Foster. Los ingleses se sentían muy orgullosos de ese pequeño vehículo, fabricado por primera vez en 1959 como sustituto de los coches pequeños, las motos y los sidecares, que se popularizó e influyó en los deportes de motor. El mini era el coche perfecto porque formaba parte de la visión de los años 60, con una multitud de jóvenes optimistas, sin grandes diferencias de clase, en el que la mayoría eran obreros con un coche barato, no como los de los niños pijos de ahora; era atrevido y muy británico, corría mucho y tenía carácter. En el film son de color rojo, blanco y azul, como la bandera del país. Esta espectacular exhibición del pequeño vehículo fue la inspiración pra un remake del film en 2003.

El film representa una época que parecía felizmente superada, pero que el referendum para su constitución y la crisis global ha llenado de nubarrones el horizonte europeo.Encuadramos la película de Peter Collinson dentro del cine negro, que hoy incluye todas las películas policíacas y de aventuras, así como melodramas juveniles, road movies desatadas o cine gore, según Nóel Simsolo.

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