El planeta de los simios. Franklin J, Schaffner.
Ficha técnica:
Título originaL: Planet of the Apes.
Título: El Planeta de los simios.
Dirección: J. Schaffner
Año: 1968.
País: EE.UU.
Duración: 112 minutos.
Música: Jerry Goldsmith.
Fotografía: Leon Shamroy.
Montaje Hugh S.Fowler.
Producción: Mort Abraham, Arthur P.Jacobs.
Guión: Michael Wilson.
Distribución: 20th Century Fox.
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Ficha artística:
Reparto: Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter, Maurice Evans, Linda Harrison, James Whitmore, James Daly.
Una cámara descontrolada , tanto como la nave ' procedente de la Tierra' , que cae sobrevolando un paisaje que recuerda el Monumental Valley, anegado por el agua, hasta sumergirse en un lago de un planeta desconocido, despierta a sus tripulantantes, hibernados, en un viaje que ha durado más de dos mil años, amerizando en el 3978 . Los astronautas, al mando del coronel George Taylor (Charlton Heston) inspeccionan los alrededores y descubren que en este planeta hay seres inteligentes y la especie dominante son unos simios que comparten características físicas con los chimpancés (científicos), gorilas (militares) y orangutanes (religiosos y políticos) de la Tierra, pero que han desarrollado una civilización antropizada y militarizada y hablan inglés. Estos datos, y el hecho de que haya humanos en un sistema solar desconocido, resultan incomprensibles para el espectador hasta la secuencia final.
Los científicos/simios están dirigidos por el sectario Dr. Zaius,(Maurice Evans), de espíritu medieval e inquisidor, que amenaza las investigaciones de dos jóvenes: Zira (Kim Hunter), psicóloga animal, y su compañero Cornelius (Roddy McDowall). A diferencia de los extraños humanos que habitan el planeta, Taylor sabe hablar y escribir. Gracias a la joven pareja de investigadores que buscan el eslabón perdido, se libra de ser tratado como un animal examinado por veterinarios, emparejado como una 'hembra', soportar un bozal, y otra serie de tormentos que infringimos a los animales. Todos los abusos que el hombre ha cometido se nos hacen insoportables visualizados en un simio.
El film se realizó en plena guerra fría, cuando el hombre llegó a la luna, lo que explica el interés de los cineastas por los viajes extraplanetarios en busca de la existencia de vida en otros lugares. El planeta de los simios es una distopía futurista que, contaminada por el espíritu de la época, utiliza como vehículo para expresar el disgusto de los sectores sociales humanistas y denunciar la tensión entre las superpotencias los viajes en el tiempo, basándose en la dilatación-contracción del espacio-tiempo a velocidades cercanas a la luz, predichas en la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Se ha objetado que esto no es posible, pues en este proceso la tripulación habría envejecido rápidamente y muerto antes de detenerse. Pero las teorías científicas suelen ser la excusa para levantar la ficción, en la que todo es posible.
El film ataca la ideología conservadora creacionista, que afirma la superioridad y hegemonía de la especie humana, y plantea una evolución a la inversa, en la que, tras una guerra nuclear, el hombre vuelve al estado de los monos, creando una nueva especie dominante, más atrasada culturalmente, conservando, eso si, la lengua inglesa. No están lejanos los tiempos en los que en el documento de identidad de nuestro país la mujer era calificada como 'hembra', reservando para el hombre el apelativo de 'varón' y no el de 'macho'. Pero también intenta recoger el temor de la población al enfrentamiento de las dos superpotencias, Rusia y EE.UU. y a la tercera emergente, China. El protagonista, Taylor, acaba maldiciendo las guerras y a los seres humanos en su conjunto.
Los científicos/simios están dirigidos por el sectario Dr. Zaius,(Maurice Evans), de espíritu medieval e inquisidor, que amenaza las investigaciones de dos jóvenes: Zira (Kim Hunter), psicóloga animal, y su compañero Cornelius (Roddy McDowall). A diferencia de los extraños humanos que habitan el planeta, Taylor sabe hablar y escribir. Gracias a la joven pareja de investigadores que buscan el eslabón perdido, se libra de ser tratado como un animal examinado por veterinarios, emparejado como una 'hembra', soportar un bozal, y otra serie de tormentos que infringimos a los animales. Todos los abusos que el hombre ha cometido se nos hacen insoportables visualizados en un simio.
El film se realizó en plena guerra fría, cuando el hombre llegó a la luna, lo que explica el interés de los cineastas por los viajes extraplanetarios en busca de la existencia de vida en otros lugares. El planeta de los simios es una distopía futurista que, contaminada por el espíritu de la época, utiliza como vehículo para expresar el disgusto de los sectores sociales humanistas y denunciar la tensión entre las superpotencias los viajes en el tiempo, basándose en la dilatación-contracción del espacio-tiempo a velocidades cercanas a la luz, predichas en la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Se ha objetado que esto no es posible, pues en este proceso la tripulación habría envejecido rápidamente y muerto antes de detenerse. Pero las teorías científicas suelen ser la excusa para levantar la ficción, en la que todo es posible.
El film ataca la ideología conservadora creacionista, que afirma la superioridad y hegemonía de la especie humana, y plantea una evolución a la inversa, en la que, tras una guerra nuclear, el hombre vuelve al estado de los monos, creando una nueva especie dominante, más atrasada culturalmente, conservando, eso si, la lengua inglesa. No están lejanos los tiempos en los que en el documento de identidad de nuestro país la mujer era calificada como 'hembra', reservando para el hombre el apelativo de 'varón' y no el de 'macho'. Pero también intenta recoger el temor de la población al enfrentamiento de las dos superpotencias, Rusia y EE.UU. y a la tercera emergente, China. El protagonista, Taylor, acaba maldiciendo las guerras y a los seres humanos en su conjunto.
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