La teta asustada. Claudia Llosa.
Lo primero que he sentido al ver el film La teta asustada de Claudia Llosa, no ha sido ni la insoportable levedad del ser, ni la magia, ni imágenes cautivadoras, sino la verguenza infinita de que hayan seres humanos que vivan peor que los animales, que al fin y al cabo no están sujetos a normas y vagan libres de prejuicios. La miseria de Fausta y los suyos contamina a toda la sociedad peruana, aunque vivan en casas lujosas, sean concertistas de piano y tengan aparentes buenos modales. Carlos Boyero podía haber reservado sus maldades de enfant terrible para mejor ocasión.
El patetismo de unos indios quechuas que mezclan su tradición colorista auténtica con los productos más artificiosos, baratos y abominables de una sociedad industrial, que recuerdan a las cuentas de colores de los conqistadores, resulta estremecedor. Alguien ha visto aquí la alegría de vivir. Lo que este artificio, que resulta insultante llamar kitsch, esconde es una realidad tan terrible que no puede imaginar ni John Carpenter. Fausta Isidora (Magaly Solier) es hija de una india que fue violada estando embarazada y obligada a tragar el pene de su marido en la época en que el terrorismo asoló Perú, a finales del siglo XX, sin aclarar quien cometió este crimen. Las hijas de las mujeres que sufrieron estos abusos, adquirieron, según la creencia popular, una enfermedad que transmitían a sus hijas durante la lactancia, que los nativos llamaban la teta asustada, que consistía en que nacían sin alma porque ésta del susto se había escondido en la tierra, y cargaban toda su vida con un terror atávico, que ríete de la repulsión de Catherine Deneuve en la película de Polanski. En realidad no es otra cosa que un profundo rechazo de los hombres, que les lleva a introducir una patata en su vagina para impedir posibles violaciones. La frecuencia de estos casos explica que el médico ni siquiera recuerde, la segunda vez que va a verle por las infecciones derivadas de esta práctica, el motivo que la llevó en la primera ocasión a su consulta.
Cuando muere la madre la joven quiere enterrarla en el camposanto, y no en la fosa que el tío esta cavando en el poblado de chabolas. La escasez de recursos dilata el rito y la joven duerme con su madre envuelta en trapos, hasta que le va cayendo el pelo. No sé cómo llamar a estas imágenes. La fosa que cava el pariente se transforma en piscina, donde se bañan los niños y toman el sol las vecinas. Empleada como personal al servicio de una concertista de piano, comete un error: hablarle en el coche de su éxito, lo que tiene como consecuencia que la 'miserable señora' la deje en la calle en plena noche, despreciando su terror.
El tío intenta asfixiarla para demostrarle que quiere vivir, en una habitación en la que hay un letrero que reza: Un Perú que estudia es un Perú que triunfa. Fausta entiende la lección, le extirpan la patata quirúrgicamente, se acerca al mar, lugar digno en el que enterrar por fin a su madre y liberar su espíritu intranquilo , y recibe de un jardinero que prestaba sus servicio en la misma casa en la que ella había servido, una patata en flor, con un significato bastante distinto de la enraizada en su vagina. Durante su intervención Fausta, que había rechazado un presente, unos caramelos, del jardinero, mantiene el puño cerrado que contine en su interior unas perlas de la señora, a la que se le había roto el collar y le había regalado las que ella había ayudado a recoger. ¿Lo considera un pago a sus servicios ?
Es la denuncia más dura de la esclavización de un pueblo, su violación y su adormecimiento con baratijas, mientras se les deja en su mundo ancestral , sórdido y atávico, siempre que se mantengan en sus ghettos a una distancia prudencial, y sólo se acerquen a las mansiones , cerradas a cal y canto, a prestar sus baratos servicios. El resultado es una visión de una clase dominante que aún no ha salido de la caverna, y unos paises ricos hipócritas que nominan al premio Óscar la película y emiten opiniones tan frívolas sobre este film que te deja bien amargado. ¿Por qué llaman mágica a la sordidez de la ignorancia?
En la presencia hierática de Fausta, que apenas pronuncia alguna palabra y se comunica con su madre con cantos primitvos que inventa, en los festejos que marcan hitos vitales de los hombres, como las bodas y los embarazos, en los contrastes entre el barrio de chabolas y la Lima colonialista, predomina el cine documental, en el que sólo falta la cámara del reportero introduciéndose en las casas, en los hospitales, en los sistemas de iluminación, carreteras...Los escasos contactos físicos o verbales entre los hombres son suficientes para mostrar una realidad social tan sangrante. Creo que no volveré a comer patatas.
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