Romeo + Julieta de William Shakespeare. Baz Luhrmann.
Baz Luhrmann realiza una atrevida adaptación del texto de William Shakespeare,Romeo y Julieta, en el que los partidarios de Montescos y Capuletos se convierten en travesties, punkies o macarras de playa, y se combinan las músicas de la época (1996) con espirituales negros. Todas las razas tienen cabida en la adaptación, y las armas de fuego relucen en lugar de las dagas para transmitir un mensaje: peleas por viejos odios manchan manos de ciudadanos con sangre de ciudadanos. Mercucio muere maldiciendo a las dos familias, que conducen con sus rencores a los enfrentamientos violentos de la sociedad.
Curiosa mise en scène con bombillas, tubos de neón, piscinas, coches llenos de jóvenes y carreras suicidas, que rinden tributo a American Graffity. En este caso el dotado de tobelookedatnees es el hombre, un jovencísimo y bellísimo Leonardo DiCaprio, un juguete de la fortuna, al que el religioso que une en matrimonio advierte de que el goce violento tiene un fin violento. El niño de entonces se ha convertido en el sólido actor que es ahora, fetiche directores como Martin Scorsese o Cristopher Nolan. Preciosos planos cenitales de Julieta aparentemente muerta, e innumerales cruces luminosas en su tumba, que cierran con un broche adolescente y joven una historia de adolescentes y jóvenes, y quedan incorporadas en el recuerdo del espectador. La historia está narrada como un publireportaje televisivo; el cine toma como referencia al tan discutido medio.
El director nos habla de sus intenciones: "(...) crear un lenguaje cinematográfico que enganchara, arrastrara, animara y comprometiera a nuestro variado público de los cines. Realizamos traslaciones directas desde un mundo donde religión y política estaban mezcladas y los caballeros iban armados, hasta una Verona post-moderna creada para hacer destacar la historia. Un mundo creado a partir de un collage de imágenes del siglo XX, como los pantalones de estilo militar y camisas hawaianas de los Montescos extraídos de películas como De aquí a la eternidad y el tiroteo de la gasolinera de Sergio Leone... La influencia de Leone se hace patente en los primerísimos primeros planos y en las pantallas panorámicas compartidas entre lo onírio y lo real.
Curiosa mise en scène con bombillas, tubos de neón, piscinas, coches llenos de jóvenes y carreras suicidas, que rinden tributo a American Graffity. En este caso el dotado de tobelookedatnees es el hombre, un jovencísimo y bellísimo Leonardo DiCaprio, un juguete de la fortuna, al que el religioso que une en matrimonio advierte de que el goce violento tiene un fin violento. El niño de entonces se ha convertido en el sólido actor que es ahora, fetiche directores como Martin Scorsese o Cristopher Nolan. Preciosos planos cenitales de Julieta aparentemente muerta, e innumerales cruces luminosas en su tumba, que cierran con un broche adolescente y joven una historia de adolescentes y jóvenes, y quedan incorporadas en el recuerdo del espectador. La historia está narrada como un publireportaje televisivo; el cine toma como referencia al tan discutido medio.
El director nos habla de sus intenciones: "(...) crear un lenguaje cinematográfico que enganchara, arrastrara, animara y comprometiera a nuestro variado público de los cines. Realizamos traslaciones directas desde un mundo donde religión y política estaban mezcladas y los caballeros iban armados, hasta una Verona post-moderna creada para hacer destacar la historia. Un mundo creado a partir de un collage de imágenes del siglo XX, como los pantalones de estilo militar y camisas hawaianas de los Montescos extraídos de películas como De aquí a la eternidad y el tiroteo de la gasolinera de Sergio Leone... La influencia de Leone se hace patente en los primerísimos primeros planos y en las pantallas panorámicas compartidas entre lo onírio y lo real.
El film recibió múltiples galardones, entre ellos el BAFTA (Academia Británica de las Artes Escénicas y la Televisión ) al mejor texto adaptado. Este es el mejor premio concedido por los británicos a la adaptación de un autor que los representa como nadie: William Shakespeare. Se equivocaron quienes minusvaloraron a Leonardo DiCaprio.
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