Thérèse. Alain Cavalier.
Una ola de misticismo recorre Europa alimentada por los filmes de Xavier Beauvois, De dioses y hombres, y la recuperación de la película de Alain Cavalier, Thérèse. Cansados de luchar y desorientados, los europeos nos hemos puesto a 'meditar'. Cavalier nos cuenta la historia de Thérèse Martín, conocida como Santa Thérèse Lisieux, que entró en el Carmelo tras convencer al Papa y murió en él, víctima de la tuberculosis a los veinticuatro años. Más que criticar los férreos métodos de la clausura, señala sus contradicciones: la inadaptación, la ausencia de amor y la sublimación del sufrimiento. Según Ángel Quintana (Cahiers du Cinema,enero 2011) sabe encontrar una poética en la vida fraternal de las monjas, y muestra incluso sus pequeñas ilusiones. Planifica la película como un conjunto de retratos entrelazados por bruscas elipsis que pretenden buscar la esencialidad.
El film ha sido recuperado después de 24 años, en los que según Quintana, había sido injustamente olvidado, y supone para todas aquellas generaciones educadas en colegios religiosos un poderoso revival. El articulista reseña, como una de las mejores, una secuencia en la que unas monjas acarician una imagen del niño Jesús, mientras celebran la festividad de la Navidad, como si quisieran mostrar su frustración ante una maternidad imposible.
El film ha sido recuperado después de 24 años, en los que según Quintana, había sido injustamente olvidado, y supone para todas aquellas generaciones educadas en colegios religiosos un poderoso revival. El articulista reseña, como una de las mejores, una secuencia en la que unas monjas acarician una imagen del niño Jesús, mientras celebran la festividad de la Navidad, como si quisieran mostrar su frustración ante una maternidad imposible.
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