Akira Kurosawa. Kagemusha
Akira Kurosawa (1910-1996), ejerció una tremenda influencia sobre cineastas occidentales que, desde American Zoetrope, revolucionarían la industria cinematográfica. Entre ellos se encontraban nada menos que George Lucas, Francis Ford Coppola, Steven Spielberg o Scorsese, que financiaron parte de su obra. Estos directores aún no han sido comprendidos en nuestra sociedad, que confunde el uso de recursos con la mediocridad; la realidad nos devuelve una imagen distinta, la de la incapacidad de otros de manejar estos recursos.
Muchas de sus obras tuvieron remake en América, como "Los siete samuráis", que llevó a la pantalla Sturges en "Los siete magníficos"; al propio Lucas, según el mismo reconoce, le influyó "La fortaleza escondida" en el hilo argumental de "La guerra de las galaxias", que renovó para siempre el séptimo arte. Este intercambio fue muy favorable para ambos mundos, aunque Kurosawa fue acusado en su país por esta occidentalización.
Durante la guerra se sumergió en la belleza del Japón tradicional; Rasohmon (1951) obtuvo el Primer Premio del Festival de Venecia. En 1974, tras un intento de suicidio realizó "Dersu Uzala". En 1980 , con la ayuda financiera de George Lucas y Francis F.Coppola, ´ejecutó "Kagemusha" que obtuvo la Palma de Oro de Cannes y que es de una gran belleza. Una de las cosas que más impresiona es el amor que muestra por los caballos, a los que representa en plena agonía sobresaliendo sobre las montañas de cadáveres. ¡Impresionante!. Martin Scorsese, financió "Sueños de Akira Kurosawa.
En "La fortaleza escondida" toma un protagonismo especial, en un mundo de héroes masculinos que representan a señores feudales del siglo XVI, una princesa dotada de todos las virtudes épicas propias del hombre y que tendrá su réplica en la princesa Leia y la reina Midala de las sagas de Lucas, que manejan armas y poseen poder sobre los que las rodean. Es una imagen engrandecida de la mujer. Hasta ese momento éstas aparecen representando el papel de concubinas, con los pies deformados, vendados, que dificultan sus movimientos y las hace sufrir, fiel reflejo de la mujer de su época y ocupando escasos minutos en filmes de larga duración.
En "El ángel ebrio", un entrañable médico, que intenta curar a un gángster que parece salido del cine norteamericano, protege y acoge en su consulta a una mujer que ha sido maltratada por su marido y que teme su salida de la cárcel. A su lado gozará del privilegio de ejercer una profesión digna, en un mundo en el que las mujeres se prostituyen en garitos frecuentados por delincuentes, situados en medios insalubres en los que reina la tuberculosis. Está protagonizada por su actor favorito, Thoshiro Mifune.
Su estilo es muy personal y logra un esteticismo que impresionó a todos. Utilizaba lentes de teleobjetivo que ampliaba el alcance de las tomas y aplanaban el cuadro; usaba todas las gamas cromáticas y especialmente el azul en los momentos en que predominaba la muerte, que nunca filmaba por respeto a la suya propia, y el rojo en los momentos de acción. Pero su fuerte es la puesta en escena y el montaje, auténtico narrador, con bellísimo planos fijos, ante los que pasan los ejércitos y los soldados luciendo banderas con los colores de su señor, la lluvia, los coros de personajes secundarios y las elipsis de las imágenes escabrosas. Cuando vemos los instrumentos que tenía en su mano para poder realizar estas obras maestras, crece nuestra admiración
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!