Mustang. Deniz Gamze Ergüven.
Ficha técnica:
Título original: Mustang.
País: co-producción Francia/Alemania/Turquia.
Año:2015.
Duración: 97 minutos.
Dirección: Deniz Gamze Ergüven.
Guión: Deniz Gamze Ergüven.
Dirección de Fotografía: Ersin Gok y David Chizallet.Color.
Música: Warren Ellis.
Montaje:Mathilde Van de Moortel.
Dirección artística:Turker Isci.
Productor: Charles Gillibert.
Compañías. Productoras: CG Cinima, Vistamar Filmproduktion, Uhlandfilm, Bam Films.Distribuidora en España: A Contracorriente Films.
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Intérpretes:Günes Sensoy: Lale,
Doga Zeynep Doguslu : Nur,
Tugba Sunguroglu : Selma,
Elit Iscan : Ece,
Ilayda Akdogan : Sonay,
Nihal G. Koldas :abuela,
Ayberk Pekcan : Erol,
Bahar Kerimoglu : Dilek,
Burak Yigit: Yasin,
Erol Afsin: Osman,
Suzanne Marrot : Tía Manife,
Serife Kara: la tía-abuela,
Aynur Komecoglu: Tía Emine,
Sevval Aydin: Erin
Enes Sürüm: Ekin,
Todos los créditos en Imdb.
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Sinopsis:
Una de las grandes triunfadoras en la 60 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), con
seis premios, incluida la Espiga de Plata. Narra la historia de un grupo de cinco hermanas huérfanas que tienen entre 12 y 16 años. La vida de las adolescentes es un oasis donde todo son risas y alegría, viven en un pequeño pueblo cercano al Mar Negro, en el norte de Turquía. Los chicos del colegio al que van las miran de forma curiosa. Pero esa felicidad no va a durar mucho. Ser mujer en un país como Turquía no es fácil y las habladurías se ciernen sobre las cinco pequeñas. Al ser tachadas de obscenas, su única familia (su abuela y su tío) decidirán ponerle una solución rápida al problema. Ambos no tardarán en resolver estos rumores preparándolas y obligándolas a comportarse como buenas esposas cuyo destino no es otro que contraer matrimonio.(Cines Lys de Valencia.
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Críticas y comentario del blog.
'Mustang', la ópera prima de Deniz Gamze Ergüven, una actriz reconvertida en cineasta a los 37 años de edad, es un claro reboot de 'Las Vírgenes uicidas', una película de Sophia Coppola, basada en la novela de Jeffrey Eugenides, que ha recibido varios premios y una buena crítica, con alguna excepción, como la de Jordi Costa, con el que estaremos de acuerdo en alguna de sus aseveraciones, pero disentimos francamente de otras. Dice el crítico que: " Hay algo sospechoso en la apuesta de Gamze Ergüven por una fotogenia —sexualizada y publicitaria— que resulta escasamente justificable en términos narrativos: en serio, si los familiares estaban a un palmo del integrismo, ¿las hermanas nunca habían tenido problemas por vestir de tal guisa en ese opresivo entorno? Una elipsis brusca y un estudiado fuera de campo cobran la forma de rutinarios protocolos para gestionar los dos elementos más escabrosos de la trama, colocados con una delatora debilidad por el trazo sensacionalista. Mustang es una de esas películas que plantean problemas constantes a sus protagonistas, pero ninguno a sus espectadores: no hay matiz, ni ambigüedad, ni, en el bando opresor, ningún personaje digno de tal nombre, sólo arquetipos al servicio de una idea." (Maniqueísmo acorazado. Diario 'El País', 11 de marzo de 2016). Hombre, si un tío, hermano del padre de las niñas, usando y abusando de su situación de privilegio en una sociedad patriarcal, que somete a las mujeres y las va recluyendo paulatinamente en el interior de sus casas, levantando cada vez rejas más altas, viola a una de las menores y maltrata a las cinco, no merece el título de opresor, pues sinceramente no se sabe que tiene que hacer un individuo para ser considerado como tal. Si es cierto que choca la libertad de que gozan las chicas, que visten con descuido y mostrando gran parte de su cuerpo, pero esto sucede en la intimidad de sus cuartos o cuando se escapan sin ser vistas, porque no podemos pasar por alto que han sido educadas en un colegio laico de la urbe, Estambul.
Tampoco estamos de acuerdo con Israel Paredes Badía cuando afirma que : "Al ver Mustang parece complicado no establecer relaciones/resonancias con 'Las Vírgenes suicidas' , si bien la distancia entre ambas en el plano formal es bastante evidente." O bien entendemos de forma diferente lo que significa 'plano formal', o es precisamente en la forma en la que se establece el dejà-vu más impactante con la película de Sophia Coppola: desde que vemos en la primera secuencia a las cinco chicas en la playa, jugando en el agua con compañeros de clase con los que necesariamente se rozan; será su aislamiento el que producirá la fascinación en los chicos del pueblo, que irá in crescendo paralelamente con el ascenso de los muros que las aíslan de ellos y las rodean de un halo de misterio. Cinco vírgenes de cutis terso y piel morena frente a las cinco adolescentes pálidas y rubias enclaustradas por una madre fundamentalista de la América profunda; en ambas cineastas se da la idealización onírica de las jóvenes y no sólo en la norteamericana, al tiempo que es muy discutible que los hechos que se narran en'Las Vírgenes Suicidas' sean irreales, si tenemos en cuenta que en los países desarrollados se prohibe la publicación en la prensa de los suicidios de los adolescentes por la seducción que producen estos hechos fatales en la edad en la que la personalidad se está forjando, y es de eso precisamente de lo que habla Coppola, tanto en relación con las chicas, como con los chicos del barrio que se sienten atraídos por ellas desde que la más joven se cortó las venas. Esta misma fascinación sienten los jóvenes del pequeño pueblo de la provincia de Kastamonu por el encierro de, precisamente, cinco niñas, hecho que las hace más apetecibles y que justifica el tratamiento fotográfico cargado de onirismo. También es lógico que, si la cineasta quería implicar al público occidental en la tragedia de unas muchachas que en nada se diferencian de las nuestras, lo ha hecho de la forma mejor posible, cambiando tan sólo el color del pelo y la resolución del conflicto, que adquiere más matices en la película de Deniz Gamze, adaptando la historia a su país.
Podemos aceptar la afirmación de que la realizadora " ha optado por un acercamiento a medio camino entre el drama y la comedia , entre el discuro directo y la sugerencia. Y, sobre todo, asentando el relato en un punto de vista casi único, respetado de principio a fin, el de la hermana menor (...) Gamze Ergüven consigue transmitir el mundo que rodea a las hermanas mediante esa mirada infantil, inocente, aunque no carente de cierta madurez (...) si no son mostrados ciertos sucesos es porque acontecen fuera de su mirada y, por tanto, lo que ella ve es lo que vemos nosotros." (Escapar. Israel Paredes Badía. Dirigido por...Marzo, 2016).No podemos estar más de acuerdo con Israel Paredes Badía no sólo con lo anterior sino con su interpretación de la secuencia final, que evidencia sin palabras la importancia de la educación en la liberación de los pueblos.
Jordi Batlle Caminal siente que : " La cineasta señala y critica, pero no condena a nadie a la hoguera. Mustang es cine de denuncia social reacio a enarbolar banderas o al fácil y siempre molesto subrayado. Permanece en todo momento una loable ecuanimidad, una calidez y una delicadeza muy humanas. Salvo una (Elit Iscan), las jóvenes actrices protagonistas son también debutantes, pero sus composiciones son espléndidas en su espontaneidad y frescura.(Mustang: enjauladas. Una película dura, pero no áspera. Diario 'La Vanguardia, 11 de marzo de 216). Yo más bien diría que la película hace una crítica dura, pero no rutinaria. El ser humano se habitúa a ver cuerpos destrozados cada día en las televisiones, e incluso a gente grosera exhibiendo su lado más oscuro, por lo que puede llegar a ser más revulsivo, como ya evidenció Sophia Coppola, mostrar a unas jóvenes, casi niñas, frescas y lozanas, obligadas a vivir como ancianas, a impedir que el viento esparza y desordene sus cabellos sueltos, sin ninguna pañuelo que los cohiba, y comunicarse con normalidad con los chicos de su edad, con independencia de su sexo. Cualquier acción que reprima estas necesidades vitales es una auténtica tragedia, que puede resolverse de muy diferentes maneras, como demuestra Deniz Gamze, y casi todas ellas con independencia del credo religioso de cada cual. De nuevo estamos ante lo que parece una obra en la que se dan demasiadas coincidencias con otras como señala Giulio Carlo Argan en su 'Historia del arte moderno', Es evidente que Deniz Gamze Ergüven conoce la opera prima de la joven cineasta americana, hija de Francis Ford Coppola, pero no la copia, sino que le da la vuelta, la adapta a su cultura, y, reuniendo al mismo número de chias entre 12 y 16 años y presentandolas en grupo,soñando juntas, jugando juntas, riendo y llorando juntas, las hace mucho más visibles, al tiempo que denuncia la idiosincrasia agobiante, que puede llegar a ser, en algunos casos, criminal en la intimidad, de un país que ha conseguido avanzar en las grandes ciudades, como Estambul, el Xanadú de las adolescentes, que corre el riesgo de volver a la Edad media en medio de una civilización tan avanzada como la occidental, si el mundo entero no pone remedio. Una buena llamada de atención con un lenguaje funcional y formal gemelo al utilizado por otra joven realizadora en el corazón del mundo más desarrollado. Un gran acierto.
Tampoco estamos de acuerdo con Israel Paredes Badía cuando afirma que : "Al ver Mustang parece complicado no establecer relaciones/resonancias con 'Las Vírgenes suicidas' , si bien la distancia entre ambas en el plano formal es bastante evidente." O bien entendemos de forma diferente lo que significa 'plano formal', o es precisamente en la forma en la que se establece el dejà-vu más impactante con la película de Sophia Coppola: desde que vemos en la primera secuencia a las cinco chicas en la playa, jugando en el agua con compañeros de clase con los que necesariamente se rozan; será su aislamiento el que producirá la fascinación en los chicos del pueblo, que irá in crescendo paralelamente con el ascenso de los muros que las aíslan de ellos y las rodean de un halo de misterio. Cinco vírgenes de cutis terso y piel morena frente a las cinco adolescentes pálidas y rubias enclaustradas por una madre fundamentalista de la América profunda; en ambas cineastas se da la idealización onírica de las jóvenes y no sólo en la norteamericana, al tiempo que es muy discutible que los hechos que se narran en'Las Vírgenes Suicidas' sean irreales, si tenemos en cuenta que en los países desarrollados se prohibe la publicación en la prensa de los suicidios de los adolescentes por la seducción que producen estos hechos fatales en la edad en la que la personalidad se está forjando, y es de eso precisamente de lo que habla Coppola, tanto en relación con las chicas, como con los chicos del barrio que se sienten atraídos por ellas desde que la más joven se cortó las venas. Esta misma fascinación sienten los jóvenes del pequeño pueblo de la provincia de Kastamonu por el encierro de, precisamente, cinco niñas, hecho que las hace más apetecibles y que justifica el tratamiento fotográfico cargado de onirismo. También es lógico que, si la cineasta quería implicar al público occidental en la tragedia de unas muchachas que en nada se diferencian de las nuestras, lo ha hecho de la forma mejor posible, cambiando tan sólo el color del pelo y la resolución del conflicto, que adquiere más matices en la película de Deniz Gamze, adaptando la historia a su país.
Podemos aceptar la afirmación de que la realizadora " ha optado por un acercamiento a medio camino entre el drama y la comedia , entre el discuro directo y la sugerencia. Y, sobre todo, asentando el relato en un punto de vista casi único, respetado de principio a fin, el de la hermana menor (...) Gamze Ergüven consigue transmitir el mundo que rodea a las hermanas mediante esa mirada infantil, inocente, aunque no carente de cierta madurez (...) si no son mostrados ciertos sucesos es porque acontecen fuera de su mirada y, por tanto, lo que ella ve es lo que vemos nosotros." (Escapar. Israel Paredes Badía. Dirigido por...Marzo, 2016).No podemos estar más de acuerdo con Israel Paredes Badía no sólo con lo anterior sino con su interpretación de la secuencia final, que evidencia sin palabras la importancia de la educación en la liberación de los pueblos.
Jordi Batlle Caminal siente que : " La cineasta señala y critica, pero no condena a nadie a la hoguera. Mustang es cine de denuncia social reacio a enarbolar banderas o al fácil y siempre molesto subrayado. Permanece en todo momento una loable ecuanimidad, una calidez y una delicadeza muy humanas. Salvo una (Elit Iscan), las jóvenes actrices protagonistas son también debutantes, pero sus composiciones son espléndidas en su espontaneidad y frescura.(Mustang: enjauladas. Una película dura, pero no áspera. Diario 'La Vanguardia, 11 de marzo de 216). Yo más bien diría que la película hace una crítica dura, pero no rutinaria. El ser humano se habitúa a ver cuerpos destrozados cada día en las televisiones, e incluso a gente grosera exhibiendo su lado más oscuro, por lo que puede llegar a ser más revulsivo, como ya evidenció Sophia Coppola, mostrar a unas jóvenes, casi niñas, frescas y lozanas, obligadas a vivir como ancianas, a impedir que el viento esparza y desordene sus cabellos sueltos, sin ninguna pañuelo que los cohiba, y comunicarse con normalidad con los chicos de su edad, con independencia de su sexo. Cualquier acción que reprima estas necesidades vitales es una auténtica tragedia, que puede resolverse de muy diferentes maneras, como demuestra Deniz Gamze, y casi todas ellas con independencia del credo religioso de cada cual. De nuevo estamos ante lo que parece una obra en la que se dan demasiadas coincidencias con otras como señala Giulio Carlo Argan en su 'Historia del arte moderno', Es evidente que Deniz Gamze Ergüven conoce la opera prima de la joven cineasta americana, hija de Francis Ford Coppola, pero no la copia, sino que le da la vuelta, la adapta a su cultura, y, reuniendo al mismo número de chias entre 12 y 16 años y presentandolas en grupo,soñando juntas, jugando juntas, riendo y llorando juntas, las hace mucho más visibles, al tiempo que denuncia la idiosincrasia agobiante, que puede llegar a ser, en algunos casos, criminal en la intimidad, de un país que ha conseguido avanzar en las grandes ciudades, como Estambul, el Xanadú de las adolescentes, que corre el riesgo de volver a la Edad media en medio de una civilización tan avanzada como la occidental, si el mundo entero no pone remedio. Una buena llamada de atención con un lenguaje funcional y formal gemelo al utilizado por otra joven realizadora en el corazón del mundo más desarrollado. Un gran acierto.
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