Las aventuras del Baron Munchausen. Terry Gilliam.
Ficha técnica, sinopsis, trailer. (Pinchad aquí)
Comentario.
Terry Gilliam, un viejo Monty Phyton, representa en su famosa obra Las aventuras del Barón Munchausen la visión del mundo anglosajona, liberal e individualista, frente al racionalismo francés, que dio lugar a una revolución que cambió el mundo, la francesa de 1789, cuyos presupuestos ridiculiza y opone al triunfo final de la imaginación y las emociones. El británico hace suya la reflexión del decepcionado pintor de Zaragoza, Goya: "El sueño de la razón crea monstruos'" Pero el pesimismo del pintor, muy bien analizado por Giulio Carlo Argan, es hijo de la frustración, de la derrota de los ideales afrancesados de los sectores ilustrados del pueblo español, que padecieron la reinstauración monárquica y la resurrección del Tribunal de la Inquisición, es decir, el triunfo de la Muerte, la única a la que no puede derrotar el Barón Munchausen, al que siempre persigue y seguirá persiguiendo.
En un contexto de guerra, unos cañones turcos (formas fálicas, que simbolizan la ambición masculina) disparan su carga mortífera sobre una población imaginaria, en la que tienen el poder los ilustrados de aspecto francés.
El film está encabezado por un rótulo que anuncia: "La edad de la razón". En la plaza, escondidos en la cabeza del caballo del Barón, los sectores desempoderados (viejos, mujeres y niños ) de la pequeña célula social, se refugian de la matanza, mientras pasquines pegados en las paredes ridiculizan al nuevo sistema, con anuncios de esta índole: "Reservas bajas de alimentos"; "Defensa de la República"; "Ahorre comiendo menos". Junto a ellos el anuncio de una obra de teatro, elemento de evasión de las masas, manejado por los 'políticos' (demagogia muy al uso), para distraer al mundo: "Las aventuras del Barón Munchausen, con la compañía de Harry Last e hijo". Desde el primer instante aparece el personaje más significativo del film: una niña, que se empecina en corregir el anuncio de la representación teatral, ya que donde pone Compañía de Henry Salt e Hijo, debía poner hija, que es lo que en realidad es, pero que iba contra las costumbres de la época, en la que las mujeres eran representadas por hombres, ante la prohibición de la participación de éstas.
A pesar de lo dicho, y tras el triunfo de la revolución, en la obra ya hay mujeres, pero el padre de Sally continúa con la inercia del ancien régime. En medio de una representación aparece el Barón auténtico, símbolo del citado antiguo régimen, y comienza a contar sus aventuras, que, como es lógico atraerán más a la niña, en un momento en el que en pleno desarrollo de su autoconciencia y formación de su ego está más capacitada para entender el mundo por medio de imágenes míticas, que conceptos abstractos como lógica, ciencia, progreso...En ella sí hay lugar aún para la fantasía, y para combatir el monstruo del enemigo creado para someter mejor a las masas: el inefable turco, el enemigo territorial y religioso, el fantasma de la manipulación. Pero lo que hace más interesante a este personaje es que se encuentra en el umbral entre lo imaginativo, lo ficticio y lo real, y, aunque se enrola en el mundo fantástico del Barón, lo empuja constantemente a actuar para salvar la vida de su familia 'de verdad', la que sufre el asedio por todas partes: el hambre, el sometimiento, la humillación y la fascinación del enemigo exterior, creada por sus nuevos amos: los burgueses, emergidos como nueva clase dominante tras la revolución.
Ideales aristocráticos versus ideales pragmáticos burgueses. Los ingleses siempre han nadado entre estas dos aguas, y si bien su revolución fue más pacífica, aunque no exenta de conflictos sangrientos (decapitación de Carlos I, ejecutado por orden de puritano Oliver Cromwell), su pensamiento ha conducido al desarrollo del individualismo y el liberalismo, hoy dominantes; mientras los racionalistas franceses, más peligrosos en el fondo, condujeron a doctrinas colectivistas, bajo el signo de la razón a la que llegaron a elevar templos. No olvidemos que Marx y Engels participaron físicamente en la Revolución francesa de 1848. En Dos inglesas y el amor, Truffaut pone en boca de las jóvenes británicas el apodo de 'el continente' al muchacho francés, del que ambas están enamoradas, pero del que les separan sus ideales y enseñanza puritana.
La niña se enrola en las fantasías del Barón Munhausen, y parten de la ciudad en un globo hecho con la ropa interior de las mujeres, usada como fetiche por el director ( las pasiones y el amor, sentimientos del individuo, frente a los ideales de la ciencia o el progreso, monstruos de la razón); inician un viaje por todos los tópicos que nutren los cuentos y los mitos religiosos o paganos. El mundo asiático con su sultán y su harén, ridiculizando la crueldad oriental y la belleza de unas mujeres, que nos muestra gordas y poco atractivas; viaje a la luna, cuyos reyes operan según les conviene, unas veces con el bajo vientre, donde residen las pasiones más vulgares, otras con la cabeza ( que se desenrosca del cuerpo), depositaria de pensamientos más nobles; el reino de Vulcano, esposo de Venus, que atrae con su belleza a Munchausen y lo distrae, como Dido a Eneas, de su misión trascendental de salvar a un pueblo.
Gilliam no pierde ocasión y ridiculiza las negociaciones sindicales por aumentos salariales, jubilaciones...con unos cíclopes que amenazan con la huelga, a un patrón desaprensivo, traficante de armas y representante del terrorismo de estado. Por último serán devorados por la ballena, como Jonás, y expulsados de ella frente a las costas de su 'tierra prometida'. En cada uno de estos escenarios el Barón irá reclutando a sus antiguos colaboradores, ya viejos (Bertold, Albert, Adolfus y Gustavus), que reúnen cualidades físicas fantásticas, que les permiten derrotar a ejércitos enteros. Vencido el turco y restaurada la imagen equestre del noble por la 'chusma', la Muerte se presenta de nuevo, pero en el sepelio del Barón Munchausen, éste renace, como el Ave Fenix, de sus cenizas, y vuelve a cabalgar a lomos de su caballo, Bucéfalo, homónimo del de Alejandro Magno. Vueltos de nuevo al 'mundo real' sólo una cosa importante se ha conseguido: Salt cambia el rótulo que anuncia su función, por el de La Compañía de Henry Salt e Hija.
Tras múltiples batallas muchos han comprendido que la única revolución que ha hecho dar un paso de gigante a la humanidad, es la llevada a cabo por las mujeres. En este caso están representadas por un niña, un ser todavía inocente, capaz de creer en las utopías y luchar hasta el agotamiento por alcanzarlas. Éste es el mejor significado que nos transmite el film, que tuvo muchas dificultades presupuestarias y fue una ruina de taquilla, especialmente porque los productores se molestaron con Terry Gilliam y no le hicieron publicidad. Yo soy continental-europea, y, aunque reconozco el valor del individuo y el derecho de éste a soñar todas las utopías, el camino seguido por el mundo anglosajón ha llevado a la desvertebración de todo movimiento solidario, considerado dogmático y opresor, y hoy, el hombre se encuentra, en la crisis más grande que ha conocido el mundo, sólo,vulnerable y muy desorientado. Por otro lado, a veces, como decía Pierre Vilar, la libertad del hombre es simplemente, si carece de todo recurso, la libertad de morirse de hambre. En este debate estamos. La Muerte es la única verdad incontestable a uno y otro lado del Canal de la Mancha.
Terry Gilliams modela una representación de la realidad, una diégesis, en la que todos los elementos contribuyen a crear esa evocación de un mundo naïf, del mundo del juguete de los tiempos en que aún no había irrumpido el plástico y la nuevas tecnologías . Sus decorados son como los de los teatros de cartón y papel, que alimentaban la imaginación de los niños, aún a comienzos del siglo XX, y en ellos el burócrata racional suena a postizo, sobra. Sólo la niña, en el umbral de la transición al mundo de los adultos, disfruta de las aventuras del Barón, pero no pierde de vista las amenazas 'reales' de su pueblo y su familia, y su objetivo, que es lograr el lugar que como ser humano, independiente de su sexo, le corresponde en la sociedad. En esto, el inglés, ha logrado un tanto a su favor.
El film está encabezado por un rótulo que anuncia: "La edad de la razón". En la plaza, escondidos en la cabeza del caballo del Barón, los sectores desempoderados (viejos, mujeres y niños ) de la pequeña célula social, se refugian de la matanza, mientras pasquines pegados en las paredes ridiculizan al nuevo sistema, con anuncios de esta índole: "Reservas bajas de alimentos"; "Defensa de la República"; "Ahorre comiendo menos". Junto a ellos el anuncio de una obra de teatro, elemento de evasión de las masas, manejado por los 'políticos' (demagogia muy al uso), para distraer al mundo: "Las aventuras del Barón Munchausen, con la compañía de Harry Last e hijo". Desde el primer instante aparece el personaje más significativo del film: una niña, que se empecina en corregir el anuncio de la representación teatral, ya que donde pone Compañía de Henry Salt e Hijo, debía poner hija, que es lo que en realidad es, pero que iba contra las costumbres de la época, en la que las mujeres eran representadas por hombres, ante la prohibición de la participación de éstas.
A pesar de lo dicho, y tras el triunfo de la revolución, en la obra ya hay mujeres, pero el padre de Sally continúa con la inercia del ancien régime. En medio de una representación aparece el Barón auténtico, símbolo del citado antiguo régimen, y comienza a contar sus aventuras, que, como es lógico atraerán más a la niña, en un momento en el que en pleno desarrollo de su autoconciencia y formación de su ego está más capacitada para entender el mundo por medio de imágenes míticas, que conceptos abstractos como lógica, ciencia, progreso...En ella sí hay lugar aún para la fantasía, y para combatir el monstruo del enemigo creado para someter mejor a las masas: el inefable turco, el enemigo territorial y religioso, el fantasma de la manipulación. Pero lo que hace más interesante a este personaje es que se encuentra en el umbral entre lo imaginativo, lo ficticio y lo real, y, aunque se enrola en el mundo fantástico del Barón, lo empuja constantemente a actuar para salvar la vida de su familia 'de verdad', la que sufre el asedio por todas partes: el hambre, el sometimiento, la humillación y la fascinación del enemigo exterior, creada por sus nuevos amos: los burgueses, emergidos como nueva clase dominante tras la revolución.
Ideales aristocráticos versus ideales pragmáticos burgueses. Los ingleses siempre han nadado entre estas dos aguas, y si bien su revolución fue más pacífica, aunque no exenta de conflictos sangrientos (decapitación de Carlos I, ejecutado por orden de puritano Oliver Cromwell), su pensamiento ha conducido al desarrollo del individualismo y el liberalismo, hoy dominantes; mientras los racionalistas franceses, más peligrosos en el fondo, condujeron a doctrinas colectivistas, bajo el signo de la razón a la que llegaron a elevar templos. No olvidemos que Marx y Engels participaron físicamente en la Revolución francesa de 1848. En Dos inglesas y el amor, Truffaut pone en boca de las jóvenes británicas el apodo de 'el continente' al muchacho francés, del que ambas están enamoradas, pero del que les separan sus ideales y enseñanza puritana.
La niña se enrola en las fantasías del Barón Munhausen, y parten de la ciudad en un globo hecho con la ropa interior de las mujeres, usada como fetiche por el director ( las pasiones y el amor, sentimientos del individuo, frente a los ideales de la ciencia o el progreso, monstruos de la razón); inician un viaje por todos los tópicos que nutren los cuentos y los mitos religiosos o paganos. El mundo asiático con su sultán y su harén, ridiculizando la crueldad oriental y la belleza de unas mujeres, que nos muestra gordas y poco atractivas; viaje a la luna, cuyos reyes operan según les conviene, unas veces con el bajo vientre, donde residen las pasiones más vulgares, otras con la cabeza ( que se desenrosca del cuerpo), depositaria de pensamientos más nobles; el reino de Vulcano, esposo de Venus, que atrae con su belleza a Munchausen y lo distrae, como Dido a Eneas, de su misión trascendental de salvar a un pueblo.
Gilliam no pierde ocasión y ridiculiza las negociaciones sindicales por aumentos salariales, jubilaciones...con unos cíclopes que amenazan con la huelga, a un patrón desaprensivo, traficante de armas y representante del terrorismo de estado. Por último serán devorados por la ballena, como Jonás, y expulsados de ella frente a las costas de su 'tierra prometida'. En cada uno de estos escenarios el Barón irá reclutando a sus antiguos colaboradores, ya viejos (Bertold, Albert, Adolfus y Gustavus), que reúnen cualidades físicas fantásticas, que les permiten derrotar a ejércitos enteros. Vencido el turco y restaurada la imagen equestre del noble por la 'chusma', la Muerte se presenta de nuevo, pero en el sepelio del Barón Munchausen, éste renace, como el Ave Fenix, de sus cenizas, y vuelve a cabalgar a lomos de su caballo, Bucéfalo, homónimo del de Alejandro Magno. Vueltos de nuevo al 'mundo real' sólo una cosa importante se ha conseguido: Salt cambia el rótulo que anuncia su función, por el de La Compañía de Henry Salt e Hija.
Tras múltiples batallas muchos han comprendido que la única revolución que ha hecho dar un paso de gigante a la humanidad, es la llevada a cabo por las mujeres. En este caso están representadas por un niña, un ser todavía inocente, capaz de creer en las utopías y luchar hasta el agotamiento por alcanzarlas. Éste es el mejor significado que nos transmite el film, que tuvo muchas dificultades presupuestarias y fue una ruina de taquilla, especialmente porque los productores se molestaron con Terry Gilliam y no le hicieron publicidad. Yo soy continental-europea, y, aunque reconozco el valor del individuo y el derecho de éste a soñar todas las utopías, el camino seguido por el mundo anglosajón ha llevado a la desvertebración de todo movimiento solidario, considerado dogmático y opresor, y hoy, el hombre se encuentra, en la crisis más grande que ha conocido el mundo, sólo,vulnerable y muy desorientado. Por otro lado, a veces, como decía Pierre Vilar, la libertad del hombre es simplemente, si carece de todo recurso, la libertad de morirse de hambre. En este debate estamos. La Muerte es la única verdad incontestable a uno y otro lado del Canal de la Mancha.
Terry Gilliams modela una representación de la realidad, una diégesis, en la que todos los elementos contribuyen a crear esa evocación de un mundo naïf, del mundo del juguete de los tiempos en que aún no había irrumpido el plástico y la nuevas tecnologías . Sus decorados son como los de los teatros de cartón y papel, que alimentaban la imaginación de los niños, aún a comienzos del siglo XX, y en ellos el burócrata racional suena a postizo, sobra. Sólo la niña, en el umbral de la transición al mundo de los adultos, disfruta de las aventuras del Barón, pero no pierde de vista las amenazas 'reales' de su pueblo y su familia, y su objetivo, que es lograr el lugar que como ser humano, independiente de su sexo, le corresponde en la sociedad. En esto, el inglés, ha logrado un tanto a su favor.
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