Pollock. Ed Harris.





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Ficha técnica:

Título original: Pollock
País:Estados Unidos.
Año: 2000.
Duración: 119 minutos.

Dirección: Ed Harris,
Guión: Barbara Turner y Susan J.Em,shwiller., basado en el libro "Jackson Pollock: An American Saga" de Steven Naifeh y By Gregory White Smith,
Casting: Todd  Thaler.
Dirección de Fotografía: Lisa Rinzler.
Música: score original: Jeff Beal.; supervisor: Dondi Bastone.
Editor: Kathryn Himoff.
Entrenador de la pintura: Lisa Lawley.
Director artístico: Peter Rogness.
Decorador del set: Caroly Cartwright, s.d.s.a.

Diseño de Vestuario: David C.Robinson.
Estilista de peluquería: Jeffrey Sacino,
Maquillaje: Marilyn Carbone


Productores: Fred Berner, Ed Harris, Jon Kilik., James Francis Trezza.
Co-Productor: Cecilia Kate Roque.
Productor asociado: Candy Trabucco.
Productores ejecutivos: Peter M.Brant y Joseph Allen.
Diseño de producción: Mark Friedberg.

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Intérpretes:

Ed Harris: Jackson Pollock.
Robert Knott: Sande Pollock,
Molly Regan: Arñoie Pollock,
Marcia Gay Harden: Lee Krasner,
Sada Thompson: Stella Pollock,
Matthew Sussman: Reuben Kadish,
Bud Cort: Howard Putzel,
Amy Madigan: Peggy Guggenheim,
Everett Quinton: James Johnson Sweeney,
Annabelle Gurwitch: May Rosenberg,
John Rothman: Harold Rosenberg,
John Heard: Tony Smith,
Kenny Scharf: William Baziotes,
Tom McGuinness: Franz Kline,
Val Kilmer:Willem Dekooning,
Jeffrey Tambor: Clem Greenberg,
Katherine Wallach; Barbara Kadish,
Tom Bower: Dan Miller,
Sloane Shelton: Dot Miller.
Eduardo Machado: Alfonso Osorio.


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Sinopsis:

La pareja de pintores formada por Jackson Pollock y Lee Krasner es el centro de la vida artística del New York de 1940. Poco a poco Krasner va olvidando su carrera para impulsar la de Pollock, mientras que éste comienza a desarrollar un carácter cada vez más conflictivo. Buscando la tranquilidad Pollock y Krasner se casan y se van al campo, donde Pollock crea las obras que le convierten en el pintor americano más famoso de su  época. Pero con la fama y la fortuna llengan las dudas y la enseguridad.

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Comentario:

Ed Harris  realiza un film ad usum ipsius ( al servicio de sí mismo), en el que no sólo desempeña el papel de protagonista, ni más ni menos que Jackson Pollock, el pintor que desarrolló un modo de hacer, de crear, propio del nuevo mundo, la action painting, cuando, perdidos los prejuicios culturales, rompió con sus referentes, sus padres artísticos, en especial Picasso, (al que imita en la forma de vestir al final de su vida,al menos en la película que suponemos bien documentada), y el surrealismo de Miró, que se situaba en un terreno intermedio entre el cubismo analítico del malagueño y el surrealismo en el umbral de la consciencia del catalán, marcando las distancias con el grosero surrealismo onírico  de Dalí, mezcla asquerosa de lo lúbrico y lo sagrado (hay que ver su obra completa) de que habla Giulio Carlo Argan en su Historia del Arte moderno.. Diga lo que diga el protagonista del film, que no niega la improvisación pero sí la casualidad, lo más importante en este movimiento, que parte de Kandinsky, es la conversión del cuadro en un campo de acción, en el que los movimientos del pintor que juega con pinturas acrílicas irán definiendo una obra que no tiene un esquema prefijado. Veremos constantemente a Harris lanzar una tela al suelo y dejar gotear sus pinceles de acuerdo con su intuición y lo que va apareciendo poco a poco ante su vista.

Dice Javier Ocaña que la película es tanto mejor cuanto más se aleja de las complejidades de la mente humana, que, según él, quedan algo dispersas, y se acerca a las complejidades de una obra de arte. Pero es en este campo en el que menos profundiza el film, que se limita a meter unos personajes del mundo de la crítica y la creación, como Alfonso Osorio, Harold Rossenberg, el primero en bautizar lo que hacían estos innovadores americanos como action painting, a los que, con excepción del propio Pollock, mira de lejos, como ocurre con Willen de Kooning, interpretado por Val Kilmer;  las pocas veces que nos lo muestra lo hace en planos medios o enteros, rodeado de otros personajes del momento. Un papel especial desempeña Peggy Guggenheim, esposa del surrealista Max Ernst, hija del potentado Benjamin Guggenheim muerto en el naufragio de 'El Titánic'; su tío Solomo R.Guggenheim fue el creador de la fundación que todo el mundo conoce, por los edificios emblemáticos que construye para sus sedes, muchos de ellos teatros de películas de acción.


Peggy Guggenheim


Sin embargo, si tiene interés el calibre humano de aquellos hombres y mujeres que cambiaron el mundo, una tarea que les debió pesar tanto que acabó con ellos de la forma más dramática.Todos recuerdan la suerte de Van Gogh, pero pocos conocen los tormentos de Samuel Beckett, premio nobel de literatura y autor de 'Esperando a Godot' (1952), que sufría horribles sofocos y profundas crisis, cuando se acordaba de los terribles momentos en que estaba en el vientre de su madre, Tampoco muchos saben que más de uno, entre ellos Pollock o el primer marido de  Peggy pegaban a sus mujeres, se emborrachaban cuando les venía en gana, incluso delante de su madre, y convertían la convivencia en pareja en un infierno demoledor para la esposa. El éxito no los aplacaba, ni las infidelidades tampoco, y el deseo de vengar a la amante que lo separó de su mujer tuvo consecuencias desastrosas. Ed Harris demuestra precisamente eso, la complejidad del ser humano, anticipándose al triste papel que desempeñó en 'Las Horas', un film constituido por cuatro relatos cortos, dirigido por Stephen Daldry en 2002, uno de los cuales gira en torno a un escritor enfermo de SIDA, que estaba a punto de recibir el premio Carrouthers cuando decide quitarse la vida, ya que el premio le llega junto con la degradación física, lo que le hace pensar que se le otorga por esta razón.

La imposibilidad de cambiar la deriva de su vida hacia un fin fatídico, de hacerle sentir que no está solo en medio de tanta gente, (compañeros, amigos, familiares), transmite a la perfección la idea de la impotencia, de la imposibilidad de salvar a quien no quiere ser salvado y que se obnubila con frecuencia. Quizá lo menos creíble es el trabajo de Ed Harris, mucho menos convincente que en 'Las Horas', así como la contextualización del film en un periodo de entreguerras, en las que el actor/director ha dejado huérfanos y sin raíces a sus protagonistas. Los personajes van desfilando sin que se profundice en ellos, lo que sería aceptable si fuera deliberado, si Harris hubiera querido mostrar a través de ellos su indiferencia ante el arte, el éxito y todo lo que conlleva. Cada crisis lo apartaba de su trabajo y parecía obsesionado con casarse por la iglesia y tener hijos. Pero, aun pensando que es precisamente ésto lo que quería hacer el actor convertido en cineasta, la reiteración de las situaciones, siempre en el mismo contexto y casi con la misma gente, y con el único motivo de interés de las camorras que montaba cuando había cinco o seis personas juntas, acaba deprimiendo y aburriendo al espectador. El resultado es que la máxima representación del arte moderno americano se muestra al espectador como un insatisfecho, un borracho, un maltratador de mujeres y un maleducado con la gente de la pequeña localidad en la que vive, un excesivo y , en definitiva, una mala persona. En su momento, a un tal Omar Khan le pareció una película  sabia, conmovedora y fidedigna. Es curioso la facilidad con la que algunos reparten el título de sabio, y parece cierto que al principio los críticos no distinguían el arte surrealista del abstracto, y que ni siquiera De Kooning abandonó nunca la representación de formas reconocibles por el hombre.Pero mantener la discusión y negar el azar en el resultado final, por mucho que se hable de representar materias, debiera ser objeto de un debate académico y no cinematográfico, aunque podemos decir aquí que cuando un pintor utiliza el color de cuerdo con un criterio, el que sea, no se puede hablar de casualidad. A lo sumo de improvisación, la máxima aportación de los americanos al arte moderno, no sólo en la pintura, sino en el cine (no hay quien los iguale) o en la música que prescinde de la partitura y pasa a depender del estado de ánimo, la creatividad o el dominio del instrumento de cada músico.

Quien se acerque a esta película con el objetivo de conocer el significado de Jackson Pollock en el arte modernos y la participación de los norteamericanos en la renovación de las artes pictóricas, es posible que se lleve un desengaño, porque si sabía poco cuando empezó, no sabrá mucho más cuando acabe.



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