Mi amigo Mac




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Ficha técnica.

Título original:Mac & Me.
País Estados Unidos.
Año: 1988.
Duración: 101 minutos.

Dirección: Stewart Raffill.
Guión: Stewart Raffill, Steve KFeke.
Casting: Caro Jones, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Nick McLean.
Música: Alan Silvestri. Supervisor: Brooks Arthur.
Alien EHX : Martin J.Becker; diseño del alien: Ruben Aquino y Christopher Swift.
Editor: Tom Walls ; Editor asociado: John Rosenberg.
Coordinador especialistas: Fernando Celis.
Coreógrafo: Marla Blakey.
Decorador del set: John Anderson.

Maquillaje: John Elliot, Margaret Elliot.
Peluquería: Cheri Fuff.
Vestuario: Richard Bruno.

Productor: R. J. Louis.
Productores managers: lester Wm.Berke, William B.Kerr.
Productor ejecutivo: Mark Damon.William B. Kerr.
Diseño de producción: W.Stewart Campbell.
Compañías. Productoras: Metro Goldwyn Mayer, R.J.Louis Productions, Mac & Me, Joint Venture. Orion Pictures Release.

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Intérpretes: 

Christine Ebersole: Janet,
Jonathan Ward: Michael,
Katrina Caspary: Courtney,
Lauren Stanley: Debbie,
Jade Calegory: Eric,
Ronald McDonald: él mismo.

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Sinopsis:

Un alienígena se escapa de un laboratorio de la NASA y se hace amigo de un niño paralítico. El muchacho esconde al extraterrestre para que no lo encuentre la agencia espacial americana y lo vuelva a encerrar.

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Comentario:

Mi amigo Mac es un buen ejemplo de los estragos que hace la caridad y de la hipocresía de quienes la practican. Stewart Raffill, un realizador británico con una dilatada carrera como realizador en su país. aunque invisible en los demás, desembarcó en Estados Unidos, trabajó para Disney y en 1972 hizo su primer largometraje americano, Napoleón y Samantha, protagonizada por Michael Douglas y la entonces desconocida Jodi Foster. En 1988 realizó este bodrio que no parece que le quitó demasiado de su valioso tiempo, para una campaña de Caridad de Ronald McDonald para niños, una película que da vergüenza ajena en un país que está y estaba entonces en la vanguardia de los modos de representación más avanzados y que no justifica, bajo ningún concepto, unos extraterrestres que dan risa, una nave espacial americana que parece una batería (de música, no de cocina) y unos efectos especiales de espanto. Doce años después de que George lucas (lo diremos cada vez que venga al caso) hubiera reclutado ejercitos de seguidores entre hombres y mujeres de todas las edades (desde niños de tres años hasta adultos bien adultos) sorprendidos por su capacidad de crear un universo de ficción absolutamente nuevo, con un subtexto que muchos todavía no han entendido. Este hecho quizá se deba a que no se han parado a reflexionar sobre él y porque siguen considerando el cine como el 'teatro de los pobres', de acuerdo con la denominación de Noël Burch, y no el arte de su tiempo que reúne todas las manifestaciones de la necesidad de expresarse del ser humano que lo precedieron en el tiempo y que tienen que ver con el lenguaje audio-visual. Marshall MacLuhan, Umberto Eco y muchos otros se han encargado de mostrar al mundo las diferencias entre los distintos modos que tiene el hombre  de expresar sus inquietudes.

Viendo el  film, tras una secuencia inicial, previa a los títulos de crédito, en la que Saturno se ve como un satélite inmenso, con su anillo y todo, de un planeta desconocido en el que sus habitantes, buscadores de agua, dotados de una imagen propia de los dibujos animados pero marrones y cutres, beben alegres de un manantial hasta que la nave más bizarra que podamos imaginar les agúa la fiesta, succiona a tres o cuatro y se los lleva a la Tierra. Estos seres, ignorantes de que ya hacía tiempo que se había inventado la cámara digital por los terrícolas y de que cualquier niño, de la edad equivalente a la del más pequeño de los alienígenas es capaz de hacer un film mejor y con más gracia que éste, se encuentran con un realizador, que probablemente había estado escondido en alguna caverna recóndita y que mostraba la misma ignorancia que el extraterrestre. Bajo la apariencia de recaudar fondos para pobres niños indefensos, la compañía con el realizador al frente, presenta esta porquería indecente, que en realidad, -algo de lo que se quejan los espectadores que por azar han tenido acceso a este film-, es un producto claramente propagandístico de la cadena de comida-basura McDonald y de todas las que están detrás del sponsor. Son muchos los críticos que colocan la etiqueta, con carácter peyorativo, de blockbuster o mainstream a películas realizadas con grandes presupuestos, como lo fueron en su tiempo las grandes superproducciones hollywoodienses como 'Ben Hur', 'Los diez mandamientos' o Quo Vadis?, que tanto les satisfacen, y no vamos a negar su elevados costes de producción, pero no se entiende que no sean capaces de distinguir una película actual magistral de productos como éste, ante los que enmudecen, cuando esta cinta viene avalada, ni más ni menos que por la Metro Goldwyn Mayer y la empresa de distribución Orion.

Un doblete (no lo vamos a llamar plagio, porque qué más quisiera) de ET de Steven Spielberg,era una buena excusa para que los popes que dictan el gusto se hubieran pronunciado sobre este film realizado por MGM, McDonalds, Coca-Cola y todo el que pasaba por allí, que dejaron una buena muestra para la posteridad de lo poco que importan los niños en cuyo beneficio decían trabajar. Este pesado verano, largo y caluroso para quien no puede enfriar un poco sus hogares, cadenas de clase Z, que ignoramos por qué han seleccionado esta película para su público, la introducen en su programación. Pero no hay que preocuparse: si alguien, interesado en este producto 'tan interesante', se queda con ganas de disfrutar de él, no tiene por qué preocuparse: la película está disponible en YouTube. Cuando uno no tiene más elección que decidirse por lo malo o lo peor, al menos con esta película aprende 'lo que vale un peine'.


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