Princesa. Comentario
Ficha técnica, sinopsis, crítica (Pincha aquí).
Comentario:
Princesa de Lee Su-jin es una de las denuncias más serias de un sistema educativo exitoso, que da los mejores resultado en los informes Pisa, inspirados en un espíritu empresarial, pero carente de formación humanística que provoca que se produzcan, con demasiada frecuencia violaciones en las que participan bandas de adolescentes que ejercen su violencia sobre una o dos chicas inocentes y desprevenidas, a las que se acusa de fomentar estos actos por sus contactos indiscriminados realizados por internet, sin control e los adultos. La protagonista Gong-Hu, fue violada, junto con una compañera por 43 jóvenes . Una voz en off sirve de fondo a los créditos iniciales e intenta colocar al espectador ante los sentimientos que embargan a estas jóvenes, aunque es muy difícil, para cualquiera, ponerse en la situación de estas chicas:
"Si dibujo una melodía en mi mente, todo en mí se convierte en notas. Y entonces empieza la canción.El sonido de la respiración, de los pasos, del viento. Hasta el sonido del rasgueo de metal. Y entonces digo: está bien, de acuerdo. Luego, por un instante, olvido la soledad o la tristeza. Para tí cantar es una religión, Gong-ju."
Gong-Ju procede de una familia desestructurada (un padre borracho y una madre que se prostituye), y no tiene quien se encargue de ella. Solo un profesor se apiada y la mete en casa de su madre, que le llega a tomar cariño, hasta que la situación se reproduce y de nuevo es objeto de los abusos sexuales por parte de los amigos del hijo del amante de la dueña de la casa, que acaba queriéndola como una hija. Una joven que reune todos los requisitos para ser feliz, -juventud, inteligencia, capacidad para ejercer de líder musical de un grupo-, tiene unas obsesiones desde el principio: que nadie la filme jamás y aprender a nadar por si alguna vez decide suicidarse, se arrepiente y decide volver a empezar.
Narrada de la forma más poética, la que acerca al público a la protagonista y la ve sufrir pero también disfrutar, ser incomprendida, pero también querida, Lee Su-jin nos hace sentir durante casi dos horas el riesgo en que se encuentra esta joven que a su edad debía ser inocente y despreocupada; la tensión llega a un punto máximo cuando la amiga le pregunta si le ha besado un chico alguna vez. Como dice Tonio L.Alarcón la situación de los colegios e institutos de Corea del Sur ha llegado a tal extremo de gravedad que los alumnos no solo abandonan las aulas en proporciones exageradas, sino que el grado de decepción de la vida a edad muy temprana produce un alto índice de suicidios. Chun Woo-hee carga sobre sus espaldas la mayor responsabilidad, siempre presente en la pantalla, cambiando de registro con facilidad, aunque su actitud se caracteriza por el silencio, la desconfianza y una contención antinatural en una casi-niña. En casa de una amiga ve la foto de una perra que murió a los catorce años. Gong-Ju se lamenta, pero su compañera le dice que no sienta tristeza, que ya ha vivido muchos años. Un advertencia que adquiere caracteres premonitorios.
Un film trágico que nadie debiera dejar de ver, porque de una forma u otra, todos somos responsables de la educación de los jóvenes, orientada a construir una sociedad cada vez mejor y no una historia cargada de culpas, remordimientos, miedos y complejos.
Narrada de la forma más poética, la que acerca al público a la protagonista y la ve sufrir pero también disfrutar, ser incomprendida, pero también querida, Lee Su-jin nos hace sentir durante casi dos horas el riesgo en que se encuentra esta joven que a su edad debía ser inocente y despreocupada; la tensión llega a un punto máximo cuando la amiga le pregunta si le ha besado un chico alguna vez. Como dice Tonio L.Alarcón la situación de los colegios e institutos de Corea del Sur ha llegado a tal extremo de gravedad que los alumnos no solo abandonan las aulas en proporciones exageradas, sino que el grado de decepción de la vida a edad muy temprana produce un alto índice de suicidios. Chun Woo-hee carga sobre sus espaldas la mayor responsabilidad, siempre presente en la pantalla, cambiando de registro con facilidad, aunque su actitud se caracteriza por el silencio, la desconfianza y una contención antinatural en una casi-niña. En casa de una amiga ve la foto de una perra que murió a los catorce años. Gong-Ju se lamenta, pero su compañera le dice que no sienta tristeza, que ya ha vivido muchos años. Un advertencia que adquiere caracteres premonitorios.
Un film trágico que nadie debiera dejar de ver, porque de una forma u otra, todos somos responsables de la educación de los jóvenes, orientada a construir una sociedad cada vez mejor y no una historia cargada de culpas, remordimientos, miedos y complejos.
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