La conspiración del silencio. Giulio Ricciarelli
Ficha técnica:
Título original: Im Labyrinth des Schweigens
País: Alemania.
Año: 2014.
Duración: 123 minutos.
Dirección: Giulio Ricciarelli.
Guión: Elizabeth Bartel, Giulio Ricciarelli
Casting: An Dorrie Braker.
Dirección de fotografía: Elisabeth Bartel, Giulio Ricciarelli.
Música: Niki Reiser y Sebastian Pille.
Edición: Andrea Mertens.
Diseño de decorados: Manfred Döring.
Diseño de sonido: Frederich M.Dosch.
Diseño de Vestuario: Peter Dress. Aenne Plaumann.
Maquillaje: Verena Weissert.
Productores: Uli Putz, Jacob Glaussen.
Productor ejecutivo: Jens Obermeiter
Compañías. Productoras: Beta Cinema presenta a Laberinth The Lyes, asociada con Claussen Böbke Putz Filmproduktion; distribuidora: De APlaneta Home Entertainment.
Intérpretes:
Alexander Fehling: Johann Radmann,
Johannes Krisch: Simon Kirsch.
Hansi Joschmann: Secretaria Schmittchen
Andre Szymanski, Gert Voss...
Sinopsis:
El joven fiscal Johann Radmann (Alexander Fehling) encuentra unos documentos que le permiten poner en marcha un proceso judicial contra algunos miembros de las SS que sirvieron en Auschwitz. Pero los horrores del pasado y la hostilidad hacia su trabajo lo llevan cerca del colapso, pues le resulta casi imposible abrirse paso a través de un laberinto en el que todo el mundo parece estar implicado o ser culpable. Drama sobre la conspiración de instituciones alemanas y distintas ramas del gobierno para encubrir los crímenes de los nazis durante la II Guerra Mundial.
La crítica europea y norteamericana ha valorado muy positivamente 'La conspiración del silencio', dirigida por Giulio Ricciarelli: Boyd van Hoeij (The Hollywood Reporter) la considera una aproximación inteligente a un hecho desconocido, hecho que Joe Leydon (Variety) define como la ambición de un joven fiscal que le empuja a llevar a los criminales de guerra nazis ante la justicia.
En España, Javier Ocaña, aunque rebaja su puntuación, le atribuye valores para él incontestables, aunque se parte de una premisa falsa, cuando a mitad de película alguien se pregunta: " ¿Es que quieres que todos los niños alemanes empiecen a preguntarse si sus padres son unos asesinos?”. Esto sucede cada vez que se relativiza la historia y se manipula la realidad: las víctimas de los nazis también fueron alemanes, que bien tuvieron que huir del país, bien fueron asesinados en él o mientras huían; mucho judíos eran alemanes...; al terminar la guerra todos mostraban ignorancia, a pesar de que los hornos crematorios y las cámaras de gas estuvieran cerca de sus casas, porque uno se puede engañar como el protagonista de 'El niño del pijama de rayas" (Johnn Boyne, 2006); todo discurso que permita demonizar a colectivos enteros (políticos, sindicalistas ...) está sentando las bases de un posible genocidio. Javier Ocaña señakla que en el llamado Segundo Juicio de Aushwitz, y el proceso de Adolf Eichmann en Jerusales, en el que participó como testigo Hannah Arendt, tanto jueces y acusadores como acusados eran alemanes. Para el crítico de 'El País' la película es "algo añeja en la forma (parece un buen simulacro de gran producción de principios de los noventa), y demasiado mecánica en determinados recursos de guion mil veces utilizados (la forma en la que se revela la pista de las facturas del gas Zyclon B), la película se aleja sin embargo de cualquier maniqueísmo, y su carácter excesivamente expositivo tiene una innegable contrapartida: se convierte en profundamente didáctica. (Responsabilidad colectiva. Diario 'El País', 22 de enero de 2015).
LL.Bonet del diario 'La Vanguardia es más preciso: un joven fiscal (Alexander Fehling, visto en Malditos bastardos) que en la Alemania de 1958 investiga a antiguos miembros de las SS vinculados con Auschwitz. Pero sólo encuentra obstáculos y mentiras en su tenaz investigación. La desmemoria histórica parece ser completa. Salvando las distancias, algo parecido a lo que sucede aquí respecto al franquismo," (La conspiración del silencio': Olvido sin perdón, Diario 'La Vanguardia 23 de enero de 2015).
Críticas:
La crítica europea y norteamericana ha valorado muy positivamente 'La conspiración del silencio', dirigida por Giulio Ricciarelli: Boyd van Hoeij (The Hollywood Reporter) la considera una aproximación inteligente a un hecho desconocido, hecho que Joe Leydon (Variety) define como la ambición de un joven fiscal que le empuja a llevar a los criminales de guerra nazis ante la justicia.
En España, Javier Ocaña, aunque rebaja su puntuación, le atribuye valores para él incontestables, aunque se parte de una premisa falsa, cuando a mitad de película alguien se pregunta: " ¿Es que quieres que todos los niños alemanes empiecen a preguntarse si sus padres son unos asesinos?”. Esto sucede cada vez que se relativiza la historia y se manipula la realidad: las víctimas de los nazis también fueron alemanes, que bien tuvieron que huir del país, bien fueron asesinados en él o mientras huían; mucho judíos eran alemanes...; al terminar la guerra todos mostraban ignorancia, a pesar de que los hornos crematorios y las cámaras de gas estuvieran cerca de sus casas, porque uno se puede engañar como el protagonista de 'El niño del pijama de rayas" (Johnn Boyne, 2006); todo discurso que permita demonizar a colectivos enteros (políticos, sindicalistas ...) está sentando las bases de un posible genocidio. Javier Ocaña señakla que en el llamado Segundo Juicio de Aushwitz, y el proceso de Adolf Eichmann en Jerusales, en el que participó como testigo Hannah Arendt, tanto jueces y acusadores como acusados eran alemanes. Para el crítico de 'El País' la película es "algo añeja en la forma (parece un buen simulacro de gran producción de principios de los noventa), y demasiado mecánica en determinados recursos de guion mil veces utilizados (la forma en la que se revela la pista de las facturas del gas Zyclon B), la película se aleja sin embargo de cualquier maniqueísmo, y su carácter excesivamente expositivo tiene una innegable contrapartida: se convierte en profundamente didáctica. (Responsabilidad colectiva. Diario 'El País', 22 de enero de 2015).
LL.Bonet del diario 'La Vanguardia es más preciso: un joven fiscal (Alexander Fehling, visto en Malditos bastardos) que en la Alemania de 1958 investiga a antiguos miembros de las SS vinculados con Auschwitz. Pero sólo encuentra obstáculos y mentiras en su tenaz investigación. La desmemoria histórica parece ser completa. Salvando las distancias, algo parecido a lo que sucede aquí respecto al franquismo," (La conspiración del silencio': Olvido sin perdón, Diario 'La Vanguardia 23 de enero de 2015).
Los valores de esta cinta son innegables, pero para mí tiene una esencia de telefilm desde la primera escena (bochornosa como comienzo 'dramático') que me dificulta el disfrute de su visionado... Un saludo.
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