La teoría del todo. James Marsh.
Ficha técnica:
Título original: The Theory of Everything.
País: Gran Bretaña.
Año: 2014.
Duración: 122 minutos.
Dirección: James Marsh
Guión: Anthony McCarten, basado en el libro de Jane Hawking.
Casting: Nina Gold.
Dirección de Fotografía: Benoît Delhomme, a.f.c. Color.
Música: Jôhan Jóhannsson.
Edición: Jinx Godfrey.
Diseño de Vestuario: Steven Noble.
Maquillaje y caracterización: Jan Sewell.
Productores: Tim Bevan, Lisa Bruce, Eric Fellner y Anthony McCarten.
Co-Productor: Richard Hewitt.
Productores ejecutivos: Emilia Granger, Liza Chasin, David Kosse.
Diseño de producción: John Paul Kelly.
Compañías. Productoras: Focus Features presenta a Working Title Production.
Intérpretes:
Eddie Redmayne: Stephen Hawking,
Felicity Jones: Jane Hawking,
David Thewlis: Dennis Sciama,
Emily Watson: Beryl Wilde,
Tom Prior: Robert Hawking a los 17 años,
Sophie Perry : Lucy Hawking a los 14 años,
Finlay Wright-Stephens: Timothy Hawking a los 8 años.
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Sinopsis:
El film cuenta la historia de Stephen Hawking y su primera esposa, en la época en la que el célebre astrofísico comenzó a manifestar los primeros síntomas y se le diagnosticó la enfermedad degenerativa que lo postró de por vida en una silla de ruedas.
Género: biopic.
Premios (Filmaffinity):
2014: Globos de Oro: 4 nominaciones incluyendo Mejor película - Drama
2014: Premios BAFTA: 10 nominaciones incluyendo Mejor película
2014: Satellite Awards: 5 nominaciones incluyendo Mejor película
2014: Sindicato de Actores (SAG): 3 nominaciones incluyendo Mejor reparto
2014: Critics Choice Awards: 5 nominaciones incluyendo Mejor película
2014: Críticos de Chicago: Nominada a Mejor actor (Eddie Redmayne)
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Críticas y Comentario:
En un momento en el que sectores de la población, afectados por una crisis económica que dura ya demasiado tiempo, comienzan a mirar con recelo a las clases privilegiadas, bajando mucho el listón de quienes son objeto de sus iras y situándolo por debajo de las clases trabajadoras que han accedido a un buen empleo, los conservadores ingleses sacan sus mitos a pasear y nos llenan las pantallas de biopics elegantes, bien confeccionados, sin asumir riesgos innecesarios, conscientes de que los High School y las Universidades privadas, (Oxford y Cambridge), donde se han educado sus élites, de aspecto severo, que invita a la disciplina, sobrio y , en cierta medida, gótico, por el tono neutro de los colores de sus paredes enfundadas en clásicas chapas de madera, y esta puesta en escena que los reproduce epatan y deslumbran a amplios sectores de las clases medias, que sueñan con poder educar a sus vástagos en estas instituciones y ponerlos en contacto con estos jóvenes exquisitos y obedientes.
En ocasiones alguien se encarga de recordarnos que no es oro todo lo que reluce, como Gregory J.Read , guionista y director de Mente criminal (Versus)/Like Minds, cuyo papel protagonista está desempeñado por Eddie Redmayne, que ahora representa al joven Stephen Hawkings. un muchacho con una imagen tan poderosa como la de Benedict Cumberbatch, aunque más frágil y de apariencia más vulnerable, lo que lo convierte en el actor adecuado para llevar a la pantalla la etapa de la juventud del famoso astrofísico, al que todos hemos conocido en su estado de postración.
El film ha sido recompensado con las mismas nominaciones y galardones que han favorecido a The imitation Game (otro biopic), y que otorgan jurados prestigiosos, que preceden y condicionan la decisión de los premios de la Academia de Cine Norteamericana, los preciados Oscar que han. Así pues, se nos devuelve a un escenario pre-crisis y se nos recuerda, como en otro tiempo hiciera Visconti con la nobleza, la distancia que todavía separa a las distintas clases sociales vigentes en la sociedad actual, abrumando a quienes están generando otro tipo de discurso, pero les falta dinero, formación, educación y distinción. Lo que tenemos delante y gusta tanto a la crítica no puede ser revolucionario y novedoso, ni tan siquiera en la forma, sino una buena ejecución de la manera de hacer más conservadora. El biopic es un buen género para cumplir este objetivo.
Israel Paredes Badía, el mísmo crítico que se encarga del análisis de The imitation game, que se estrena unos días antes en España, concluye que "La teoría del todo funciona de forma extraña porque Marsh es capaz de imprimir a la narración de un magnífico ritmo, su puesta en escena es perfecta, impecable,con un toque académico muy inglés, pero tan elegante y tan bien construida, con muy buenos momentos, que se aleja de la frialdad británica." El crítico concluye casi de la misma forma que en la crítica del film de Morten Tyldum, realizado por él mismo para 'Dirigido por...' que es "una película, decíamos, que funciona de forma extraña, porque nada en ella, en realidad, molesta demasiado, pero tampoco consigue atrapar constantemente al espectador (...) las grandes virtudes de la película acaban convirtiéndose en sus defectos, tanta corrección y perfección, en ocasiones, acaba dando como resultado, si no una mala película, que no lo es, si una obra insulsa y sin mordiente." (La fórmula del " biopic", Dirigido por..., enero 2015, página 34.
Habría que añadir que tan británicos o ingleses, da igual la denominación, son estos personajes, como los que llevan a sus pantallas Mike Leigh, Stephen Frears, Edgar Wright o Joe Cornish, que retratan a sectores populares. que les permiten una mayor libertad en el uso del lenguaje y de los tropos cinematográficos, lo que al fin se traduce en la renovación de la imagen asociada a un discurso más libre y diversificado (recordemos Attack the block); lo máximo que permiten estos colegios clásicos es llenarlos de magos, que vuelan en sus escobar, preservando en todo momento la disciplina 'inglesa', como ocurre con la popular saga de Harry Potter. La disquisición intelectual sobre los caballeros templarios de Mente criminal (Versus) se aleja demasiado de las inquietudes de las masas que acuden a los cines, y las acaban aburriendo con un discurso que no acaban de asimilar.
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