Belle.Amma Asante
Ficha técnica:
Título original:
País: Estados Unidos
Año: 2014
Duración: por confirmar
Género: drama histórico.
Dirección: Amma Asante
Guión: Misan Sagay
Director de casting: Toby Whale, c.d.g.
Dirección de Fotografía: Ben Smithard, b.s.c.
Música: Rachel Portman; supervisor musical: Maggie Rodford
Editores: Pia Di Ciaula, Victoria Bodydell
Mezclador de sonido: Alistair Crocker AMPS
Diseño de Vestuario: Anushia Nieradzik
Diseñadora de peluquería y maquillaje: Marese Langan
Productores: Damian Jones (La Dama de Hierro)
Productores ejecutivos: Steve Christian, Julie Goldstein, Steve Norris, Ivan Dunleavy, Phil Hunt, Comptom Ross, Christopher Collins
Co-Productores: Jane Robertson, Robert Norris
Diseño de producción: Simon Bowles
Fox Searchlight Pictures, Isle of Man Film y Pinewood Pictures y BFI presentan en asociación con Head Geard Films y Metrol Technology una producción de DJ Films
Intérpretes.
Gugu Embatha Raw: Dido Elisabeth Belle
Sarah Gadon: Lady Elisabeth Murray
Mirnanda Richardson: Ladfy Ashford
Tom Wilkinson: Lord Mansfield
Sam Reid: John Davinier
Penelope Wilton: Lady Mary Murray
Tom Felton: James Ashford
James Norton: Oliver Ashford
Matthew Goode: Sir John Linsday, padre de Dido
Emily Watson : Lady Mnsfield
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Sinopsis:
BELLE está basada en la historia real de Dido Elizabeth Belle (Gugu Mbatha-Raw), la hija mestiza ilegítima de un almirante de la Royal Navy. Criada por su tío abuelo Lord Mansfield (Tom Wilkinson) y su esposa (Emily Watson), el linaje del que procede Belle le ofrece ciertos privilegios, aunque el color de su piel le impida participar plenamente de las tradiciones de su estatus social. Siempre con la duda de si encontrará el amor, Belle se enamora de un joven idealista, hijo de un pastor, empeñado en el cambio. Juntos intentarán cambiar el papel de Lord Mansfield, Presidente de la Corte Suprema, para acabar con la esclavitud en Inglaterra en el siglo XVIII.
Criada como una mujer aristócrata, Dido Elizabeth Belle (Gugu Mbatha-Raw), la hija ilegítima mestiza de un almirante de la Royal Navy del siglo XVIII, lleva una vida poco corriente, desconocida para otras como ella. Belle es una animada joven envuelta en el juego del matrimonio y el estatus social de la época y, a la vez, una forastera, cuya identidad le impide ser tratada como una igual en la sociedad. Pero cuando se enamora del fogoso joven aprendiz de derecho John Davinier (Sam Reid), en medio del histórico juicio de Gongship –que pone a la esclavitud en el centro del huracán– Dido tiene que tomar decisiones poco comunes para una mujer de su época. Por un lado, están los deseos del corazón y, por otro, los prejuicios de la sociedad y las clases sociales contra su autoestima. Mientras tanto, inspira a las personas que están a su alrededor para que puedan imaginar un mundo más libre. A la directora Amma Asante le apasionaba la idea de darle una vuelta de tuerca más al sentido y sensibilidades de una película romántica de época, añadiendo a la mezcla de atracción, relaciones maritales, clases sociales y sexos una serie de preguntas provocadoras acerca de la raza, los prejuicios y la justicia. “Nunca he visto una película sobre los elementos que tan bien conocemos de Jane Austen–el mercado del matrimonio, las niñas convirtiéndose en damas de la sociedad, el afán de romances– combinado con una historia sobre el final de la esclavitud”, asegura Asante. La historia de amor de BELLE junta a dos personas que tienen todo en contra y cambia la percepción del mundo de Dido Belle por completo. “Dido pasa de ser una niña que dice ‘Como usted desee, señor’ a una mujer que dice ‘Como yo desee, esto es lo que necesito, esto es lo que es importante para mí’”, afirma Asante. “Pero no lo hace por ser una joven privilegiada que quiere más, sino porque es una mujer que dice: quiero igualdad en mi casa y en el mundo”.
La chispa de BELLE prendió en un lugar inusual: un cuadro, que atrajo la atención del productor Damian Jones. Un cuadro de 1779, sin firma, que los historiadores atribuyen a Zoffany, un famoso retratista de la realeza y la alta sociedad británica. Esta inusual obra representa a dos mujeres hermosamente vestidas, una negra, otra blanca, aparentemente disfrutando del tiempo libre juntas. Las dos dirigen su mirada hacia el espectador; la chica negra luce una sonrisa pícara con una mano en su mejilla, mientras la otra, descansa de su libro y sin pensarlo agarra el brazo de su compañera. “Di con el cuadro en una visita a Kenwood House en el norte de Londres”, explica Jones. “Me quedé pasmado cuando vi este retrato tan ambiguo de dos mujeres deslumbrantes, una negra y otra blanca. ¿Eran amigas?, ¿eran hermanas?, ¿una era sirvienta? No se sabía. Se están tocando, tienen una sonrisa irónica… es fascinante. En la mayoría de los retratos de la época no aparecían personas negras, a no ser que fueran sirvientes o esclavos, claro. Ésa es la razón por la que quería seguir investigando”. Más tarde, Jones iba a descubrir que esa mujer que sonreía coquetamente en el cuadro era Dido Elizabeth Belle, quizás el único ejemplo de una dama mestiza en la sociedad de la Inglaterra georgiana y de una mujer que tuvo que luchar para encontrar su sitio en un mundo donde fue una pionera en todos los aspectos de la vida. Después de todo, en 1779, la economía del Imperio británico se basaba en el mercado de esclavos –menos de un tercio de la población negra de Londres era libre– a pesar de todas las voces que clamaban en contra.
Notas de producción:
Criada como una mujer aristócrata, Dido Elizabeth Belle (Gugu Mbatha-Raw), la hija ilegítima mestiza de un almirante de la Royal Navy del siglo XVIII, lleva una vida poco corriente, desconocida para otras como ella. Belle es una animada joven envuelta en el juego del matrimonio y el estatus social de la época y, a la vez, una forastera, cuya identidad le impide ser tratada como una igual en la sociedad. Pero cuando se enamora del fogoso joven aprendiz de derecho John Davinier (Sam Reid), en medio del histórico juicio de Gongship –que pone a la esclavitud en el centro del huracán– Dido tiene que tomar decisiones poco comunes para una mujer de su época. Por un lado, están los deseos del corazón y, por otro, los prejuicios de la sociedad y las clases sociales contra su autoestima. Mientras tanto, inspira a las personas que están a su alrededor para que puedan imaginar un mundo más libre. A la directora Amma Asante le apasionaba la idea de darle una vuelta de tuerca más al sentido y sensibilidades de una película romántica de época, añadiendo a la mezcla de atracción, relaciones maritales, clases sociales y sexos una serie de preguntas provocadoras acerca de la raza, los prejuicios y la justicia. “Nunca he visto una película sobre los elementos que tan bien conocemos de Jane Austen–el mercado del matrimonio, las niñas convirtiéndose en damas de la sociedad, el afán de romances– combinado con una historia sobre el final de la esclavitud”, asegura Asante. La historia de amor de BELLE junta a dos personas que tienen todo en contra y cambia la percepción del mundo de Dido Belle por completo. “Dido pasa de ser una niña que dice ‘Como usted desee, señor’ a una mujer que dice ‘Como yo desee, esto es lo que necesito, esto es lo que es importante para mí’”, afirma Asante. “Pero no lo hace por ser una joven privilegiada que quiere más, sino porque es una mujer que dice: quiero igualdad en mi casa y en el mundo”.
De la pintura a la pantalla.
La chispa de BELLE prendió en un lugar inusual: un cuadro, que atrajo la atención del productor Damian Jones. Un cuadro de 1779, sin firma, que los historiadores atribuyen a Zoffany, un famoso retratista de la realeza y la alta sociedad británica. Esta inusual obra representa a dos mujeres hermosamente vestidas, una negra, otra blanca, aparentemente disfrutando del tiempo libre juntas. Las dos dirigen su mirada hacia el espectador; la chica negra luce una sonrisa pícara con una mano en su mejilla, mientras la otra, descansa de su libro y sin pensarlo agarra el brazo de su compañera. “Di con el cuadro en una visita a Kenwood House en el norte de Londres”, explica Jones. “Me quedé pasmado cuando vi este retrato tan ambiguo de dos mujeres deslumbrantes, una negra y otra blanca. ¿Eran amigas?, ¿eran hermanas?, ¿una era sirvienta? No se sabía. Se están tocando, tienen una sonrisa irónica… es fascinante. En la mayoría de los retratos de la época no aparecían personas negras, a no ser que fueran sirvientes o esclavos, claro. Ésa es la razón por la que quería seguir investigando”. Más tarde, Jones iba a descubrir que esa mujer que sonreía coquetamente en el cuadro era Dido Elizabeth Belle, quizás el único ejemplo de una dama mestiza en la sociedad de la Inglaterra georgiana y de una mujer que tuvo que luchar para encontrar su sitio en un mundo donde fue una pionera en todos los aspectos de la vida. Después de todo, en 1779, la economía del Imperio británico se basaba en el mercado de esclavos –menos de un tercio de la población negra de Londres era libre– a pesar de todas las voces que clamaban en contra.
El nacimiento de Dido Belle estuvo envuelto en controversia, ya que era la hija ilegítima de John Lindsay, almirante de la Royal Navy y una mujer africana, que seguramente fuera esclava en las Indias Occidentales (aunque lo poco que se sabe de ella es que se llamaba Maria Belle). En vez de ignorar a su hija bastarda, el marino Lindsay acude a su tío abuelo, el mismísimo Lord Mansfield, famoso genio de las leyes y Presidente de la Corte Suprema y a su mujer para que eduquen a Dido en el palacio de Kenwood House, su casa de campo. Allí, se hace inseparable de su prima lejana Lady Elizabeth Murray, a quien su padre también dejó a cargo de Lord y Lady Mansfield después de que su madre muriera.
Así pues, las dos excluidas crecen juntas en Kenwood y se presentan en sociedad en el momento en que crece en Londres un movimiento para abolir el comercio de esclavos del país para siempre.
La historia era realmente cautivadora y cuanto más leía Jones sobre Dido, más convencido estaba de que era un personaje histórico que el público tenía que conocer. “La historia de Dido trata de clases sociales, raza, dinero, matrimonio; todos ellos elementos muy relevantes aún en la sociedad actual”, apunta.
Involucró a la guionista Misan Sagay, que había adaptado la novela de Zora Neale Hurston Their Eyes Were Watching God a la televisión, para seguir investigando sobre la vida de Dido. “Gracias a los diarios empecé a hacerme una idea de quién era quién en Kenwood House y lo que estaba claro es que Dido no era una esclava. Era miembro de la unidad familiar”, explica la escritora.
Aun así, pudimos recuperar muy pocos datos sobre el día a día de la vida de Dido hasta que se hizo mayor y se casó con un hombre llamado John Davinier.
La identidad de Dido es muy compleja; es una combinación de negra y blanca, de ser rica y tener unos orígenes muy pobres. Una niña que se convierte en mujer enamorándose y, al mismo tiempo, encontrando el amor descubre lo que necesita saber para convertirse en una mujer”, explica la directora. “En su viaje con John, se da cuenta de quién es, cuál es su lugar, lo que quiere de la vida… es una bonita historia de dos amantes que se encuentran el uno en el otro”.
Pero el amor no es un asunto sencillo en el mundo de Dido, especialmente cuando se hace pública su condición de heredera. Esto ocasiona que reciba una oferta de matrimonio de un terrateniente que Lord y Lady Mansfield encuentran irresistible. A Asante le pareció fascinante e irónico a la vez que fuera Dido y no su pariente blanca –aparentemente más privilegiada– Lady Elizabeth Murray la que terminara con una riqueza que la convirtiera en una mujer deseada para casarse. Aunque Dido da gracias por la seguridad que le ofrece su herencia, lo que realmente persigue es ser igual que los demás ante la sociedad, la justicia y sus seres queridos. Cuando se enamora de John Davinier, se involucra en su círculo de abolicionistas que trabajan para poner fin a la carga de la esclavitud; y así despierta una parte de sí misma que siempre había estado escondida.
Mientras la historia de amor de Dido brota principalmente de su imaginación, se desarrolla uno de los juicios más impactantes de la historia de la humanidad, el del barco de esclavos Zong, en el que Lord Mansfield tiene el poder de ratificar su actividad o, por el contrario, de acometer un golpe fatal contra el mercado de esclavos británico.
Para Asante, la forma en la que el melancólico romance de Dido colisiona con los desafíos del mundo real es lo que permite que BELLE pueda tener un gran impacto en nuestra época, incluso entre los flirteos y banalidades de un drama de época.
Es fundamentada e ingeniosa, pero no te golpea la cabeza con política. La confecciona con un toque hábil y sutil, con un ritmo emocional real”, explica. “Habla de la familia, enamorarse por primera vez y encontrar tu identidad en el mundo. Son temas muy razonables y contemporáneos”, apunta la actriz.
Para Mbatha-Raw estaba claro que a Dido no sólo le atraía la química de John Davinier, sino también su atrevida disposición para levantarse por lo que cree correcto. “Creo que no sólo la mueve el amor por él, sino también la política que puede aprender de él y cómo esto la afecta directamente, cómo le ayuda a ver la procedencia de su madre”, explica.
Las escenas de cortejo entre los dos, especialmente, los momentos ocultos cuando se les prohíbe verse el uno al otro, fueron muy emocionantes para ella.
Lord Mansfield y el juicio del barco Zong .
Entre Dido Belle y sus deseos –tanto en el amor como en el cambio de leyes contra la esclavitud– se encuentra el hombre que la crió: su tío abuelo Lord Mansfield, una figura de mucha influencia que se encuentra en lo más alto de la lucha contra la esclavitud británica. Por un lado, es un hombre que se debe a la Ley, el orden y al estado británico. Pero por otro lado, es un hombre cariñoso, que siente el impulso de tratar a Dido como trataría a cualquiera de su familia, aunque ello signifique controlar con quién se casa. , Lord Mansfield amaba a su mujer y a toda su familia”.
En el mismo momento en el que Dido se prepara para su presentación en sociedad, Lord Mansfield se ve envuelto en un caso que iba a alterar el curso de la historia y de la búsqueda de Dido de su propia identidad. El caso comienza con lo que se conoce como la masacre del Zong: el asesinato en masa de 142 africanos, que fueron arrojados por la borda por la tripulación del barco negrero Zong, propiedad de Liverpool. Cuando la aseguradora del barco se negó a pagar 30 libras por cada uno de los esclavos muertos (entonces considerados únicamente propiedad), los dueños del barco les llevaron a juicio.
La situación se convirtió en un polvorín, con los abolicionistas por un lado, que lo veían como una oportunidad de oro para darle una estocada de muerte al mercado de esclavos y los tradicionalistas por otro, que alegaban que el caso podía resultar devastador para la economía británica y privar a muchos de su sustento.
A Mansfield ya se le consideraba que estaba en el lado abolicionista, sobre todo después de haber sugerido algunas ideas antiabolicionistas en el famoso caso Somersett en 1772, cuando se liberaron 45.000 esclavos británicos, cuando Dido tenía sólo 7 años.
Alentado por el veredicto final a favor de las aseguradoras y en contra de los esclavistas, el movimiento abolicionista se expandió, dando como resultado el cese del mercado de esclavos británico en 1807. (Aunque no se ilegalizó oficialmente hasta 1833).
¿Tuvo Dido Belle alguna influencia en la decisión de Lord Mansfield? La decisión de Mansfield depende por un lado de Dido, a quien ama, hija de una madre esclava y que, de algún modo, representa a los esclavos que se ahogaron por culpa de los dueños del barco. Por otro lado, si da un paso al frente y tiene el coraje de decir ‘esto está mal’, sabe que podría destruir el sustento de muchas personas si falla contra los esclavistas.
El amor de Dido: John Davinier,
Cuando Dido Belle conoce al aprendiz de derecho John Davinier, no se siente atraída lo más mínimo a causa de su poco refinado comportamiento, pero ese desinterés pronto se convierte en una pasión profunda que le cambia la vida. Para representar al vivaz Davinier en todo su ferviente idealismo, los directores eligieron a un joven actor llamado Sam Reid, que tuvo hace poco un papel en la galardonada miniserie de Tolbert McCoy Hatfields&McCoys . La única evidencia de su existencia era el certificado de boda con Dido Belle. “Crearon a John como una especie de activista de los derechos humanos”, apunta el actor.
También le gusta que, aunque Davinier va tras Dido, al mismo tiempo intenta impresionar a su ídolo Lord Mansfield, pero el lord es más pragmático. John quiere cambiar el mundo, pero es muy sensible y no tiene mucha idea de cómo usar las leyes para conseguir lo que quiere, algo que Mansfield sí que sabe”, explica Reid.
Pero al final, los dos chocan, tanto por el caso del barco Zong como por Dido. La chica empieza a entrar en el mundo de John, un mundo de intelectuales y revolucionarios, de gente que quiere cambiar el mundo”.
Asante afirma que quería poner énfasis en las similitudes entre las personalidades de estos dos hombres. “Para mí era muy importante que John quedara representado como la imagen especular de Lord Mansfield”, explica la directora. “En realidad, John Davinier le recuerda a Lord Mansfield cómo era él mismo antes de formar parte del sistema. Tienen muchas cosas en común; por eso los dos quieren a Dido y por eso Dido los quiere a los dos”.
La casa de los Mansfield.
Lady Mandfield y Elizabeth (la compañera de Dido en el cuadro) jugarán un papel importante en la aceptación primero, y la integració, después, de Dido. Es una historia de amor pero también de lo que es ser una mujer en esa época, ya sea una mujer mestiza o blanca pero pobre como Elizabeth. La relación existente entre ella es energético y emocional, según la actriz que interpreta a Elizabeth., una joven que comienza teniendo el típico nerviosismo de una joven, su aire inocente y la esperanza de cara al futuro, que descubre, al fin, el papel tan grande que desempeña el dinero a la hora de conseguir un esposo.
Otra pieza clave de la familia es Lady Mary Murray, la hermana soltera de Lord Mansfield, que se convierte en la institutriz de Dido Belle y Lady Elizabeth Murray, papel que interpreta Penelope Wilton, cuyos últimos trabajos incluyen la exitosa serie Downton Abbey y 'El exótico Hotel Marigold'.
“Lady Mary es una mujer muy cariñosa, pero tiene que mantener el decoro de la casa, por lo que tiene un lado que puede ser severo, pero también romántico y quiere que las niñas vivan su propia vida y que no tengan la que vivió ella. Sir John Lindsay, (Matthew Goode) saca a Dido de los suburbios del puerto y la lleva junto a Lord Mansfield. “Dido ha tenido un gran impacto en mi personaje”, asegura Goode.
La familia Ashford.
La pija familia Ashford está encabezada por la poderosa y social Lady Ashford (Miranda Richardson), una dama de la alta sociedad del siglo XVIII con una misión en la vida. Tiene dos hijos que necesitan casarse. Su principal objetivo es casarlos con alguien que les permita llegar más lejos que la generación anterior; en la alta sociedad, eso tiene mucho que ver con la tierra y el dinero, explica Richardson.
Cuando conoce a Dido y a Elizabeth, Lady Ashford da por hecho que Elizbeth es la que tendrá una dote mayor y desestima a Dido por completo. Pero cuando sale la verdad a la luz, vuelve a pensar su decisión. Dido es refinada, hermosa, muy cumplida y acaba de recibir una gran fortuna, así que Lady Ashford se tiene que convencer de que Dido es lo suficientemente blanca como para casarse con su hijo. Y no le cuesta mucho cambiar de opinión, ya que ve todas las ventajas que conlleva el emparejamiento.
Los dos hijos de Lady Ashford, James y Oliver, están representados por Tom Felton y James Norton, al que veremos este año en la película RUSH del director Ron Howard. De los dos hermanos James se muestra hostil y se siente ofendido por su mera presencia en la casa Mansfield, representa el statu quo de la época”, reflexiona Felton.
El romanticismo y la realidad de la época:
Para preparar la entrada de Dido Belle al mundo del siglo XVIII –lleno de lujosas casas de campo, jardines enormes y vestidos bordados junto a las crecientes cruzadas para acabar con la esclavitud y evolucionar en la justicia social– los directores recurrieron a la chispa que encendió todo: el cuadro de Dido y Elizabeth. De una sola imagen se iba a construir la vida completa de Dido, desde la elegante casa Mansfield donde creció hasta el juzgado donde el juicio del Zong cambió el curso de la historia de Inglaterra acabando con la esclavitud. “Para nosotros era muy importante colocar a este personaje tan inesperado en un mundo real”, explica Asante. “Así que no le dimos muchas vueltas al aspecto. Lo realmente importante es que Dido existió en el mundo clásico de Jane Austen y no queríamos cambiar esa percepción de la audiencia. Por eso buscamos siempre acercarnos a lo clásico en todos los aspectos. Para todos los que se involucraron en la película sólo existía una palabra: belleza, belleza, belleza”.
En el diseño de producción, Bowles también se centró en las tradiciones georgianas. Uno de sus principales desafíos fue el de crear los grumosos muelles de Bristol, un puerto medieval usado frecuentemente por los mercaderes de esclavos, lleno de comerciantes y gente recién llegada de todas las nacionalidades.
“Queríamos trasladar a la audiencia con Dido desde la suciedad y la mugre de los muelles al contraste de la casa de campo de Kenwood de Lord y Lady Mansfield”, explica Bowles.
La gama de colores es muy diferente en las dos casas. “Creo que era importante que los colores en Kenwood tuvieran un tono pastel, colores de inocencia”, apunta Asante. “Pero en Londres, empiezan a madurar y tenemos que encontrar colores más sofisticados, ya que estamos ante personajes más complejos. Entonces los colores se vuelven rojizos, verde esmeralda, entre maderas oscuras y exuberantes”.
Asante estaba muy emocionada con la idea del diseño. “Fue fantástico ver a Dido en su ambiente. Nunca antes se había podido ver a un personaje mestizo en este tipo de escenarios, con ese fondo, esas estatuas, techos, suelos y paredes gigantes.
Vistiendo el reparto de Belle.
Los vestidos de BELLE también reflejan el inusual viaje de Dido Belle a través de la moderna sociedad inglesa. La tarea se le encomendó a la diseñadora de vestuario Anushia Nieradzik, quien quiso darle una gran autenticidad a la película, permitiendo a los personajes moverse como lo habrían hecho en el siglo XVIII.
Como el resto del equipo, el punto de partida y lo más importante para Nieradzik fue el cuadro. En el campo las jóvenes vestían con algodón y ropas más ligeras y menos formales; cuando van a Londres y entran en el mercado matrimonial y se produce una segunda apariencia más ostentosa y elegante”.
Aunque los vestidos en el siglo XVIII podían llegar a ser de una belleza espectacular, también podían ser incómodos y apretados. Pero Nieradzik piensa que nuestra concepción de la era puede estar mal influenciada por los vestidos erróneos de otras películas. “Normalmente, cuando ves otras películas de la época, las personas llevan tejidos de mobiliario, usados para cortinas y tapizados; por eso son tan pesados y molestos y es la razón por la que no quiero usarlos. En cambio, las telas que usamos –seda, tafetán y muselina– son bastante ligeras”.
Por supuesto, los vestidos seguían incluyendo corsés ajustados a la cintura y las faldas con miriñaques. Los hombres, por el contrario, eran elegantes en aquella época. “Los hombres tenían menos tela que arrastrar”, afirma Nieradzik, “pero aun así tienen un perfil muy distinto al que tienen en otros periodos. En particular con los sombreros, ya que no había una gran variedad entre los que pudieras elegir por aquel entonces; en realidad sólo estaba el sombrero tricornio. Incluso la clase trabajadora llevaba el tricornio también”.
El legado de Dido Belle.
Amma Asante espera que la audiencia perciba que el fin de la esclavitud no dependió de ninguna persona en concreto. Las batallas legales fueron vitales y las figuras progresistas como Mansfield, dispuestas a tomar decisiones atrevidas y controvertidas, fueron clave, pero también lo fue la lucha de muchos cuyas historias se perdieron y quedaron en el anonimato, como casi hizo la de Dido Elizabeth Belle.
“Espero que todos entiendan que la esclavitud no terminó sólo porque la mayoría blanca dijera que no. Me gusta Belle porque ella también dijo no, y creo que es muy importante que las personas negras alzaran su voz”, explica la directora.
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