El río de la vida. Robert Redford





Ficha técnica:


Título original: A river runs throught it
País: Estados Unidos
Año: 1992
Duración: 118 minutos

Dirección: Robert Redford
Guión: Richard Friendenberg, basado en la novela de Norman MacLean
Casting: Elisabeth Leustig, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Philippe Rousselot, a.f.c.
Música: Mark Isham
Montaje: Lynzee Klingman,a.c.e.,  Robert Estrin, a.c.e.
Dirección artística: Walter P. Martishius
Decorados: Jon Hutman
Puesta en escena: Richard Friedenberg
Decorador del set: Gretchen Rau
Efectos especiales: Richard Stusman, Mark Yuricich

Diseño de Vestuario: Bernie Pollack y Kathy O'Rear
Maquillaje: Jean Ann Black

Productor: Patrick Markey, Amalia Mato y Robert Redford
Productor ejecutivo: Jake Eberts
Co-productores: Annick Smith, William Kittedge y Barbara Maltby
Diseño de producción: Jon Hutman
Compañías: Columbia Pictures, Allied Filmmakers; distribución: Vértice Cine


Intérpretes:


Brad Pitt: Paul MacLean
Craig Sheffer: Norman MacLean
Tom Skerrit: Reverendo MacLean
Emily lloyd: Jessie Burns
Eddie McClurg: Señora Burns
Stephen Shellen: Neal Burns
Van Gravage: Joven Paul
Nicole Burdette: Mabel
Susan Traylor: Rawhide
Michael Guldlitz: Chub
Rob Cox: Conroy
Buck Simmonds: Humph
Fred Oakland: Sr. Burns
David Greamer: Ken Burns

Sinopsis


Los dos hermanos MacLean mantienen una relación cómplice, aunque son totalmente diferentes. Norman, el mayor, ha mostrado siempre una actitud responsable y ordenada, mientras que Paul es un individuo de vida disoluta, para quien lo más importante del mundo es la libertad, poder seguir disponiendo de su vida tal como él la quiera vivir, a espaldas de lo socialmente aceptable. El Reverendo MacLean, el padre de ambos, es una figura eminente de la comunidad y el comportamiento de su díscolo hijo lo saca de sus casillas. Los MacLean son una familia rota. Sin embargo hay una cosa que les une: la pesca con mosca, un arte en el que Paul se eleva por encima de los mortales, como si estuviera tocado por la gracia de Dios.


Comentario:


Robert Redford, desde una perspectiva casi de socialismo utópico, nos cuenta la romántica historia de una familia en la que apenas había separación entre la religión y la pesca con mosca, que habitaba en la confluencia de grandes ríos trucheros en Missoula,  Montana, donde los indios aún vivían en las tierras vírgenes y acudían a los burdeles  y a los cafetines de Front Street . Un relato que huele a inocencia, escrito por un miembro de la familia. Así comienza la narración un voz en off visual, apoyada en fotografías tintadas de color sepia, que evocan tiempos pasados que amarillean los recuerdos.

Un pescador con mosca y pastor presbiteriano, el Reverendo Maclean, encontraba la paz, entre oficio y oficio a lo largo del río Blackfoot, donde enseñó a sus hijos la práctica de la lealtad; eran otros tiempos, y grandes hombres de la historia fueron hijos de pastores protestantes, y 'protestaron' contra ellos, entre otros algunos tan célebres como el propio Friedrich Nietzsche,. Y ésto es lo que hace Paul. El pastor presbiteriano creía que el hombre era un desastre por naturaleza y que sólo sintonizando los ritmos divinos podíamos recuperar el poder y la belleza; todo lo bueno, tanto las truchas como la salvación eterna se conseguía con una cierta 'gracia', la elegancia a través del arte, en el sentido de 'adiestramiento'. A nadie que no supiera pescar un pez, se le debía permitir hacerlo humillándolo. Estas y otras enseñanzas impartía el reverendo a sus hijos, entre ellas una no baladí: el arte de la escritura radica en la economía, aunque les dejaba tiempo libre para aprender el lado natural del orden divino. Robert Redford, introduce este preámbulo  mientras desfilan los títulos de crédito sobre una sucesión de fotos fijas que pretenden representar fielmente el espíritu de la época.

Este es el marco en el que el realizador,  que impulsó el Festival de Sundance, construye una de las más hermosas metáforas sobre 'el rio de la vida', en cuyas aguas nunca nos bañaremos dos veces, como nos recordaba Heráclito de Efeso, por lo que, al no disponer de moviola, no podemos rectificar el pasado. Desde el primer momento vemos al prudente Norman, no sólo obedeciendo al padre en todo y siguiendo fielmente las convenciones sociales, sino pescando en la orilla del río, resguardado y protegido frente a las adversidades,  mientras Paul, interpreteado por Brad Pitt se debate en el centro de la vorágine, casi arrastrado por el agua del río y, ya mayor, convertido en un periodista honesto y valiente, que frecuenta las salas de juego y los prostíbulos, se juega la vida en pro de la defensa de su honestidad. Sólo uno de los dos sobrevivió para contar esta bella historia, que simboliza, como pocas, las diferentes actitudes del hombre ante la vida, la distancia que existe entre quien se compromete y  se la juega para proporcionar a la sociedad un cadáver joven, aunque ilustre, y quien es recompensado por la sociedad por someterse a sus reglas. Una buddy movie, cuyo espíritu intentará rescata Edward Zwick en 'Leyendas de pasión', de nuevo con Brad Pitt, un 'rebelde sin causa' que evoca los melodramas de  James Dean. Un auténtico poema que nadie debiera ignorar, en el que Robert Redford da rienda suelta a su fe en el individuo, su creencia en el que el mundo no puede mejorar si cada uno de nosotros no lo hace a la par, arte en el que Paul destaca por encima de los demás.



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