Lo imposible. Juan Antonio Bayona
Ficha técnica:
Título original: The impossible.
País: España y USA.
Año: 2011.
Duración:
Dirección: Juan Antonio Bayona.
Guión: Sergio S. Sánchez,basado en un argumento de María Belón.
Casting: Shaheen Baig.
Música: Fernando Velázquez.
Dirección de Fotografía: Óscar Faura. Montaje: Elena Ruíz y Bernat Vilaplana.
Diseñador de sonido : Oriol Tarragó; sonido director: Peter Glossop.
Supervisor efectos digitales: Félix Bergés.
Supervisor de efectos especiales: Pau Costa.
Diseño efectos especiales de maquillaje: David Martí y Montse Ribé..
Producción: Belén Atienza, Álvaro Augustín y Enrique López Lavigne y Chislain Barrois.
Productores ejecutivos: Sandra Hermida y Javier Ugarte.
Productor delegado: Jaime Ortíz de Artiñano.
Diseño de producción: Eugenio Caballero.
Diseño de Vestuario: Sparka Lee Hall, Amnna Bingemann y María Reyes.
Diseño de maquillaje y peluquería: Alessandro Bertolazzi; peluquería: Sarah Love.
Compañías. Producción: Apaches Entertainment y Telecinco Cinema. Distribución: Warner Bros Pictures International España.
Intérpretes:
Ewan McGregor: Henry,
Naomi Watts: María,
Geraldine Chaplin: Mujer mayor,
Marta Etura: Simones,
Tom Holland: Lucas,
Samuel Joslin: Thomas,
Oaklee Pendergast: Simón,
Sönke Möhring: Karl,
...
Sinopsis:
Un matrimonio de turistas, María (Naomi Watts) y Henry (Ewan McGregor) y sus hijos, Lucas, Thomas y Simon, comienzan sus vacaciones de invierno en Tailandia. En la mañana del 26 de diciembre, la familia se relaja en la piscina del hotel, cuando el mar, convertido en un enorme y violento muro de agua negra, invade el recinto hotelero. María es engullida por el agua y finalmente emerge en medio de un mar embravecido, convencida de que ha perdido a toda su familia, excepto a su hijo mayor, Lucas (Tom Holland), que está junto a ella. Toda la familia es víctima del tsunami que arrasó las costas de Tailandia en el año 2004, y emprenderán una lucha titánica por la la supervivencia.
Comentario.
Si en época temprana los norteamericanos tuvieron visión de futuro y crearon Universidades de Cinematografía de prestigio, como la USC o la UCLA, de la que salieron cineastas como George Lucas, Ron Howard o Coppola entre otros, y en la que también se formó el joven catalán Jaume Cullet Serra (La huérfana, Sin identidad...), Cataluña se ha puesto al frente de la renovación del cine español y de sus Universidades, Escola Superior de Cinema i Audiovisuales de Cataluña (ESCAC) o el Centre d'Estudis Cinematográfics de Catalunya (CECC), han salidos generaciones de cineastas que están siendo financiados por las grandes compañías norteamericanas y están ocupando un lugar destacado en la industria del cine, como Juan Antonio Bayona, Jaume Balagueró, Jaume Cullet Serra, Guillem Morales o Alex y David Pastor, entre otros. El Festival Internacional de Sitges se ha convertido en un foro en el que se consagran nuevas generaciones de realizadores.
Ahora nos llega una nueva producción de Juan Antonio Bayona que cuenta con un reparto internacional encabezado por Ewan McGregor y Naomi Wats. Su opción estilística y de género es de un terror realista, más cercano a su público, ya que reconstruye la historia de un matrimonio de turistas que fue arrastrado por el tsunami de Tailandia, y acabaron separados, cada uno con uno o dos de sus hijos (Dirigido por...Julio/agosto 2012).
No se trata tan solo de una historia de supervivencia, sino que además plantea para quién quieres sobrevivir y de qué manera. Hay algo poderosísimo en esta historia que trasciende la tragedia para hablar de la condición humana, algo que emociona profundamente a todo el que la escucha, afirma el guionista Sergio S.Sánchez. Pero hay además algo que no quiero pasar por alto, antes de entrar a analizar el film, y es la emoción que transmite el joven director, que ha conseguido integrar en su proyecto a los actores más cotizados, y no sólo económicamente, del momento, cuando grita entusiasmado: ¡Chicos, ésto se puede hacer en España! . Nos trae a al memoria la clase que da el profesor universitario de la Facultad de Comuniación Audiovisual en la película de uno de nuestros mejores cineastas, Alejandro Amenabar: Tesis. Algunos están aprendiendo la lección.
Tras esta amplísima introducción, en la que nos felicitamos de la evolución positiva del cine en algunas zonas de España, que está favoreciendo el surgimiento de nuevos talentos, centrándonos en la película concreta, Lo imposible, no se puede decir que haya defraudado, porque se ajusta a lo que esperábamos de ella. Clint Eastwood se enfrentó a la tragedia desde una perspectiva espiritual, mística, contemplando la naturaleza como un sinónimo de Dios, desde una perspectiva filosófica panteista, que hace plantearse a los supervivientes qué hay más allá de la vida; Juan Antonio Bayona no se preocupa del tsunami, sino de sus consecuencias en la vida de los individuos,la lucha a muerte con los elementos desbocados, la dispersión accidental de las familias, la búsqueda por las distintas morgues y hospitales del ser querido, y finalmente el reencuentro. En este trayecto, un cineasta que ha despuntado en el género de terror, sabe generar tensión y lo hace, dilatando las situaciones hasta exasperar al espectador, como ese momento en que el padre y sus tres hijos, deambulan por el mismo lugar sin encontrarse. Un maquillaje terrorífico convierte a Naomi Wats en una auténtica pesadilla, mientras el deambular errático de Ewan McGregor por campos arrasados por las fuerzas de la naturaleza y sembrados de todo tipo de residuos urbanos , contribuye a crear una diégesis del espanto, el pánico y el horror. La explosión de las emociones provocan que el film derive hacia el melodrama y busque la lágrima fácil del público, especialmente cuando vemos al protagonista estallar en sollozos.
Juan Antonio Bayona ha pretendido reconstruir la tragedia de una familia real, que ha asesorado al equipo durante el rodaje. El castigo de la naturaleza desbocada y salvaje ha caido como una plaga bíblica sobre un colectivo poco acostumbrado a estos desastres, naturales o inducidos por el hombre; familias que se pueden permitir pasasr sus vacaciones de Navidad en lugares paradisiacos de Tailandia. Los medios de comunicación nos ha acostumbrado a calibrar y medir el sufrimiento en función del lugar de la Tierra en el que se produce y los grupos a los que afecta; es terrible, para un observador de nuestro mundo, ver a hombres blancos en hospitales sórdidos, amontonados, vomitando en las sábanas, en lugares donde ya solo queda la ruina y la destrucción. ¿Era ésto lo que esperábamos ver? Pues sí. Y el realizador catalán puede estar satisfecho, pues ha sabido llevar a cabo su proyecto con maestría. La próxima vez esperamos que no se limite a demostrar que podemos hacer cine como los americanos, sino que de un paso más y se comprometa con la sociedad de la que forma parte, como hacen los cineastas que tanto admira.
No se trata tan solo de una historia de supervivencia, sino que además plantea para quién quieres sobrevivir y de qué manera. Hay algo poderosísimo en esta historia que trasciende la tragedia para hablar de la condición humana, algo que emociona profundamente a todo el que la escucha, afirma el guionista Sergio S.Sánchez. Pero hay además algo que no quiero pasar por alto, antes de entrar a analizar el film, y es la emoción que transmite el joven director, que ha conseguido integrar en su proyecto a los actores más cotizados, y no sólo económicamente, del momento, cuando grita entusiasmado: ¡Chicos, ésto se puede hacer en España! . Nos trae a al memoria la clase que da el profesor universitario de la Facultad de Comuniación Audiovisual en la película de uno de nuestros mejores cineastas, Alejandro Amenabar: Tesis. Algunos están aprendiendo la lección.
Tras esta amplísima introducción, en la que nos felicitamos de la evolución positiva del cine en algunas zonas de España, que está favoreciendo el surgimiento de nuevos talentos, centrándonos en la película concreta, Lo imposible, no se puede decir que haya defraudado, porque se ajusta a lo que esperábamos de ella. Clint Eastwood se enfrentó a la tragedia desde una perspectiva espiritual, mística, contemplando la naturaleza como un sinónimo de Dios, desde una perspectiva filosófica panteista, que hace plantearse a los supervivientes qué hay más allá de la vida; Juan Antonio Bayona no se preocupa del tsunami, sino de sus consecuencias en la vida de los individuos,la lucha a muerte con los elementos desbocados, la dispersión accidental de las familias, la búsqueda por las distintas morgues y hospitales del ser querido, y finalmente el reencuentro. En este trayecto, un cineasta que ha despuntado en el género de terror, sabe generar tensión y lo hace, dilatando las situaciones hasta exasperar al espectador, como ese momento en que el padre y sus tres hijos, deambulan por el mismo lugar sin encontrarse. Un maquillaje terrorífico convierte a Naomi Wats en una auténtica pesadilla, mientras el deambular errático de Ewan McGregor por campos arrasados por las fuerzas de la naturaleza y sembrados de todo tipo de residuos urbanos , contribuye a crear una diégesis del espanto, el pánico y el horror. La explosión de las emociones provocan que el film derive hacia el melodrama y busque la lágrima fácil del público, especialmente cuando vemos al protagonista estallar en sollozos.
Juan Antonio Bayona ha pretendido reconstruir la tragedia de una familia real, que ha asesorado al equipo durante el rodaje. El castigo de la naturaleza desbocada y salvaje ha caido como una plaga bíblica sobre un colectivo poco acostumbrado a estos desastres, naturales o inducidos por el hombre; familias que se pueden permitir pasasr sus vacaciones de Navidad en lugares paradisiacos de Tailandia. Los medios de comunicación nos ha acostumbrado a calibrar y medir el sufrimiento en función del lugar de la Tierra en el que se produce y los grupos a los que afecta; es terrible, para un observador de nuestro mundo, ver a hombres blancos en hospitales sórdidos, amontonados, vomitando en las sábanas, en lugares donde ya solo queda la ruina y la destrucción. ¿Era ésto lo que esperábamos ver? Pues sí. Y el realizador catalán puede estar satisfecho, pues ha sabido llevar a cabo su proyecto con maestría. La próxima vez esperamos que no se limite a demostrar que podemos hacer cine como los americanos, sino que de un paso más y se comprometa con la sociedad de la que forma parte, como hacen los cineastas que tanto admira.
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