Tiempos modernos. Charles Chaplin.









Ficha técnica:

Título  original: Modern Times.
País: Estados Unidos.
Año: 1935.
Duración: 85 minutos.
Dirección: Carles Chaplin.
Argumento y Guión: Carles Chaplin.
Producción: Charles Chaplin.
Dirección de Fotografía: Rollie H. Totheroh e Ira Morgan. Blanco y negro.
Música: Charles Chaplin y Alfred Newman.
Decorados: Charles D.Hall y J.Russell Spencer.
Montaje: Charles Chaplin.
Compañías: United Artists.


Carteles:




Intérpretes:

Charles Chaplin: Charlot, el obrero,
Paulette Goddard: Gamine, la chica,
Henry Bergman: Dueño del café.
Chester Conklin: Mecánico,
Stanley Blystone: Sheriff Couler,
Allan García: Jefe de la Compañia,
Sam Stein: Capataz,
Joyd Ingraham: Gobernador, Juana Suton: mujer,
Hank Mann y Louis Natheaux: ladrones,
Stanley J.Sanford, Wilfred Lucas, Edward Kimball y Edward LeSaint: obreros.





Sinopsis:

Estados Unidos, años 30. Charlot es un  obrero maduro que sufre diversas desventuras  con la producción en cadena. Es despedido y no logra otro trabajo. Detenido por la policía al encontrarse por casualidad a frente de una manifestación,  en el coche celular conoce a la jovencísima Gamine, acusada de robar pan para poder comer. Encerrado en una celda, es puesto en libertad al impedir la fuga de unos ladrones. Se reencuentra con Gamine, y ambos deciden luchar juntos para subsistir. Pero una serie de visicitudes, les obligarán a abandonar su nuevo trabajo y a encaminarse en busca de un futuro mejor. 

Comentario:

Charles Chaplin nos ha legado las imágenes más icónicas de la historia del  cine, y en Tiempos modernos  supo captar visualmente la influencia del maquinismo en la pérdida de empleos, situación agravada por la Gran Depresión originada por la caída de la Bolsa de Wall Street. Actualmente se dan circunstancias muy parecidas  y nos falta un Charles Chaplin que emblematice el momento que estamos viviendo de crisis económica y revolución tecnológica, de perfiles bien diferentes, aunque de consecuencias humanas trágicas, y que transmita al futuro una imagen de una plasticidad semejante a las producidas por el actor, director, guionista, producto y montador de sus películas.




Charlot opta por la tragicomedia, por la simbiosis del lirismo y el gag cómico para  realizar su crítica social, el estudio de las mentalidades y la sátira del capitalismo, crítica anunciada con una leyenda que abre el film: Una historia sobre la industria, la iniciativa individual, la cruzada de la humanidad en la búsqueda de la felicidad".

Edmon Orts ve  la película  como una crítica afilada contra la sociedad industrial y, más en concreto, contra la  utilización  del  obrero como una simple pieza de un engranaje. Por debajo de su apariencia simpática, que no desaprovecha la ocasión para elaborar antológicos  gags visuales, late en la película una contundente virulencia, una aguda mordacidad (El libro de oro del cine mundial. Las películas. Barcelona Ediciones B. 1994, pp.236/237).

No sólo regímenes totalitarios como el franquista censuraron escenas de esta cinta, entre las que se encuentra  la comparación de los obreros que llegan a las fabricas con ovejas conducidas al matadero, o  la secuencia en que el actor/director  se pone al frente de la manifestación con una bandera roja, que había caído de un camión, sino que años después tuvo que rendir cuentas ante el Comité de Actividades Antiamericanas, en el contexto de la Caza de Brujas que inició el Senador MacCarthy



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