El cementerio viviente. Mary Lambert.
Ficha técnica:
Título original: Pet Sematari
País: Estados Unidos.
Año: 1989.
Duración: 103 minutos.
Dirección: Mary Lambert.
Guión: Stephen King, basado en su novela homónima.
Casting: Fern Champion y Pamela Basker, C.S.A.
Música: Ellio Goldenthal.
Dirección de Fotografía: Peter Stein.
Edición: Michael Hill y Daniel Hanley.
Director artístico: Dins Danielsen.
Decorador del set: Katharin Briggs
Storyboard: AAndrea Dietrich.
Efectos especiales de maquillaje. Diseño: Lance Anderson; efectos: David Anderson.
Efectos especiales visuales: Fantasy Film Effects, Inc.
Vestuario: M.Stewart.
Producción: Richard P.Rubinstein.
Co-Productor: Mitchell Galin.
Productor ejecutivo: Tim Zinnemann.
Productores asociados: Ralph S.Singleton.
Diseño de Producción: Michael Z. Hanan.
Paramount, Gulf -Western Company,
Intérpretes:
Dale Midkiff: Louis Creed,
Fred Gwynne: Jud Grandall,
Denise Crosby: Rachel Creed,
Brad Greenquist: Victor Pascow,
Michael Lombard: Irwin Goldman.
Miki Hughes: Gage Creed,
Blaze Berdahl: Elli Creed,
Susan Blommaert: Missy Dandridge,
Mara Clark: Marcy Charlton,
Kavi Raz: Steve Masterton.
Premio Razzie a la peor canción de 1989.
Sinopsis:
Para la mayoría de las familias un traslado de residencia significa un nuevo comienzo, pero para los Creed ese traslado puede ser el principio del fin. En la nueva casa muere reprentinamente su gato, Winston Churchill, y cuando procede a su entierro el doctor Creed (Dale Midkiff) descubre un tremendo secreto. El anciano Señor Grandall (Fred Gwynne) lo conduce más allá del viejo cementerio de animales, 'el lugar donde los muertos hablan', a un misterioso cementerio indio, 'el lugar donde los muertos andan'. Al regresar a casa se encuentra con una terrorífica sorpresa: el gato ha vuelto, una especie de muerto viviente animal, dotado de los peores instintos y una crueldad sin límites. Ese es el secreto que esconde el gran cementerio indio y el prólogo del film que introduce.
Comentario
El relato de Stephen king que se conierte en guión del film de Mary Lambert, es una revisión del cuento macabro La pata del mono de W.W.Jacobs, una reflexión sobre la muerte y la no aceptación del hecho por los familiares más próximos, dispuestos a resucitar al fallecido a cualquier precio. El novelista americano aporta una característica singular de la cultura norteamericana: la profanación de los cementerios indios por el hombre blanco y la maldición que recaía sobre él si osaba hollarlo; la disposición de las tumbas recuerda el diseño de los cazadores de sueños, que atrapan las pesadillas de los hombres.
El doctor Louis Creed llega a una pequeña población para ejercer la medicina, acompañado de su mujer, con la creencia de que su vida discurrirá con tranquilidad en un núcleo reducido de población, pero el primer día debe atender a un accidentado en la carretera, Victor Pascow (Brad Greenquist), que se convertirá en su fantasma-protector, un espíritu bueno enviado para protegerlo a él y a su familia. Pronto descubre que el lugar elegido para vivir no sólo no es un remanso de paz y tranquilidad, sino que la carretera que cruza por delante de su casa es transitada frecuentemente por grandes camiones-cisterna que transportan productos de un yacimiento y pertenecen a una gran empresa, Orinco. Este tránsito continuo y peligroso que viola la tranquilidad de el lugar antes sagrado para los indios, produce gran cantidad de muertes de personas y animales, por lo que cercanos a la casa hay dos cementerios, uno de mascotas y el antiguo de los Micmac.
Mary Lambert es una mujer, lo que se traduce visualmente en un cambio de los roles masculino y femenino, la creación de tensión mediante los movimientos de las cámaras (travellings frontales y laterales y otros que originan planos subjetivos, zooms ...) elipsis de las imágenes más cruentas, sonidos en off visual, etc. La madre es muy andrógina y fría, mientras el hombre es sensible, inconformista y emocional, lo que le lleva a cometer graves errores y producir una de las secuencias de terror infantil más conmovedora de la historia del cine. Se ha dicho que la imagen es muy ochentera, como no puede ser de otra forma, a lo que contribuye todo el atrezzo, el vestuario, maquillaje y la música de Los Ramones (utilizada en La Ola de Dennis Gansel), y prueba que se puede hacer un film de culto elegante, terrorífico e inquietante rompiendo tópicos y cambiando la dimensión de la mirada. El resultado es uno de los filmes más estremecedores y memorables de la historia del cine, cuyas imágenes se incorporan con facilidad en el imaginario del espectador que se acerca a ellas. Tim Burton había realizado en 1984 su memorable Frankenweenie, de temática muy parecida y guión de Leonard Ripps; aquí incorpora el protagonismo de un niño, muchos más inquietante, incluso cuando sólo vemos su sombra.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!