La dama de hierro. Phyllida Lloyd.




Ficha técnica:


Título original: The Iron Lady.
País: Reino Unido:
Año: 2011.
Duración: 106 minuto.

Dirección: Phyllida  Lloyd.
Guión:  Abi Morgan.
Producción: Damian Jones.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Elliot Davis.
Edición: Justine Wright.

Diseño de producción: Simon Elliot.
Vestuario: Consolata Boyle.
Compañía  distribuidora: Wanda Visión; Productoras: Pathe/ Film4.







Intérpretes:



Meryl Streep :Margaret Thatcher,
Jim Broadbent :Denis Thatcher,
Richard E. Grant :Michael Heseltine,
Iain Glen :Alfred Roberts,
Anthony Head :Geoffrey Howe,
Roger Allam :Gordon Reece,
Alexandra Roach :Margaret Thatcher joven,
Harry Lloyd :Denis Thatcher joven.


Sinopsis:


Una Margareth Thatcher octogenaria, recuerda el pasado con su marido Denis Thatcher, al que ha hecho famoso por su tarea al frente del gobierno británico, que dirigió con puño de hierro. Ahora Phyllida (Mamma mia) Lloyd nos la presenta en el lado más humano, en el que los miembros de su familia sienten temor por u salud mental a causa de la  preocupante confusión que manifiesta entre el pasado y el presente.




Phyllida Lloyd

Comentario.


Una mujer aborda el retrato de otra, lo que no necesariamente significa algo. Phyllida Lloyd lleva a cabo un proyecto inasequible a sus aptitudes creativas (Antonio José Navarro. Dirigido por...enero 2012), más que una biografía, un biopic descafeinado.que ha dado pie a algunos críticos para arremeter contra la clase política en general, y la vertiente feminista en particular. Hablar de una mujer que se ha abierto camino en un mundo de hombres no supone en absoluto hacer un planteamiento de género, y  las ruinas que dejó a su paso la Atila moderna han quedado plasmadas en el cine de  tantos y tantos directores británicos,  como Mike Leigh en películas  como Todo o nada, una crónica del empobrecimiento del pueblo británico durante el reinado de la 'dama'. Todo el mundo tiene su corazoncito y no sé si merece la pena hacer una película en la que se muestra a una mujer a la que no le tembló el pulso para tomar decisiones draconianas, temblando a su vez ante el recuerdo de un marido al que orilló en vida.

Antonio José Navarro utiliza el término hagiografía (vidas de los santos), en su versión secular aduladora e incondicional, y para que nos hagamos una idea de quién fue el personaje y qué representó el thatcherismo conservador de la que fuera primera ministra entre 1975 y 1990 reproducimos el análisis del crítico: "Defensora a ultranza de las teorías del economista neoliberal Milton Friedman (1912-2006), la Primera Dama afirmaba que los fondos destinados a programas sociales debían suprimirse, privatizándose al mismo tiempo todos los sectores económicos y estructurales clave de la sociedad, exceptuando el ejército y la justicia". Se embarcó en guerras coloniales con Argentina por la soberanía sobre las Islas Malvinas (1982),que le dieron la mayoría absoluta,  provocó con sus medidas antisociales un enfrentamiento con el Sindicato Nacional de Mineros, reprimiendo las huelgas con medidas absolutamente ilegales (Billy Elliot de Stephen Daldry), se alió con  Reagan y Busch en la guerra fría. "Odiada por una amplia masa de ciudadanos, los años de Thatcher son recordados como años de destrucción:  destrucción de la industria británica, de los servicios públicos, de la vivienda pública, del concepto de una sociedad solidaria, compasiva, destrucción de la decencia en la vida pública..."

Constantemente se repite que hizo lo que debía de hacer, expresión demasiado familiar para los ciudadanos del mundo de ahora, comparándola con  el personaje de Dickens de Cuentos de Navidad, Ebenezer Scrooge. Pero una se pregunta para qué era necesario tanto sufrimiento de su pueblo ¿Es preciso de nuevo ahora, tan solo veinte años después?. Para contrarrestar tanta dureza,  la guionista nos la presenta anciana, afectada de  altheimer, preocupada por  el precio de la leche (¿mala conciencia?) y recordando a un marido al que no hizo caso mientras vivía, y que se despidió de ella asegurando que no lo echaría en falta, pues había aprendido a vivir sola, sin ataduras sentimentales.  Aunque no obvia del todo su mal carácter, presenta a sus opositores políticos, a los manifestantes de la calle, como una sucia y peligrosa turba de exaltados que no entienden a largo plazo las bondades de su política.


La frase con la que termina el trailer, "Señores! ¿Nos reunimos con las señoras?", es muy significativa. De las críticas que recoge Filmaffinity, me quedo con la de Carlos Boyero de 'El País':  "Aclarado mi admirativo pasmo ante la protagonista de La Dama de Hierro, el entusiasmo se limita a eso. El resto es indiferencia ante una historia y unos personajes cuyos problemas no logran implicarme."

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