Diamante de sangre.Edward Zwick.
El film de Edward Zwick Diamante de sangre tiene una gran virtud que minimiza los fallos que algunos quieren ver en la película: es un producto blockbuster, construido para llenar los cines por su forma actual de hacer, que formula una gran denuncia sobre el comercio de diamantes arrancados a la tierra con el sacrificio de vidas humanas. Son las nuevas ofrendas al gran dios: el dinero.
Después del film ya nada será igual. A nadie se le oculta que el comercio seguirá y que los diamantes ensangrentados adornarán muchas gargantas, pero su exhibición se deberá limitar a círculos más restringidos; actrices y modelos, como Naomi Campbell, han sido acusadas de recibir este regalo de líderes de Liberia y han tenido que pasar por la evidencia de mostrar ignorancia ante su público. El film contiene lo que Gonzalo de Lucas reclama para el buen cine: que sus imágenes persistan en la memoria y nos acompañen en nuestras experiencias cotidianas para abrirnos a nuevas interpretaciones sobre el mundo.
En un contexto de guerra civil en Sierra Leona (1999), Danny Archer (Leonardo DiCaprio), un ex – mercenario de Zimbabwe, y Solomon Vandy (Djimon Hounsou), un pescador Mende, protagonizan una historia, en la que ambos hombres, el primero traficante de piedras preciosas sin escrúpulos, el segundo convertido en esclavo y separado de su familia para obtener con su sudor un poderoso valor de cambio, unos diamantes cuya venta sirve para financiar rebeliones, la piratería y el terrorismo, entran en contacto accidentalmente en una prisión. En un lado los que masacran a su propio pueblo para obtener de la tierra su preciado don, de otro los carentes de escrúpulos con la etiqueta de 'civilizados', que proporcionan armas a un continente que se desangra, matando dos pájaros de un tiro.
Solomon encuentra una piedra de gran tamaño, que esconde con el riesgo de perder la vida, con el fin de reunir de nuevo a su familia y rescatar a su hijo Dia secuestrado por los guerrilleros, adoctrinado contra su propio padre y convertido en niño-soldado, al que deberá reeducar. Una serie de circunstancias unirán a ambos y a una periodista que busca pruebas contra este negocio ilegal y criminal, Maddy (Jennifer Connelly); en su travesía Archer perderá la vida pero encontrará la regeneración. Solomon logrará mucho más de lo que podía esperar: denunciar ante las Naciones Unidas el sangriento negocio. Impresionante imagen de Djimon Hounsou entrando en la sede del organismo internacional, enfundado en un traje digno, abandonados sus harapos de esclavo; bajo esa aparente piel se esconde el cuerpo de un héroe.
Después del film ya nada será igual. A nadie se le oculta que el comercio seguirá y que los diamantes ensangrentados adornarán muchas gargantas, pero su exhibición se deberá limitar a círculos más restringidos; actrices y modelos, como Naomi Campbell, han sido acusadas de recibir este regalo de líderes de Liberia y han tenido que pasar por la evidencia de mostrar ignorancia ante su público. El film contiene lo que Gonzalo de Lucas reclama para el buen cine: que sus imágenes persistan en la memoria y nos acompañen en nuestras experiencias cotidianas para abrirnos a nuevas interpretaciones sobre el mundo.
En un contexto de guerra civil en Sierra Leona (1999), Danny Archer (Leonardo DiCaprio), un ex – mercenario de Zimbabwe, y Solomon Vandy (Djimon Hounsou), un pescador Mende, protagonizan una historia, en la que ambos hombres, el primero traficante de piedras preciosas sin escrúpulos, el segundo convertido en esclavo y separado de su familia para obtener con su sudor un poderoso valor de cambio, unos diamantes cuya venta sirve para financiar rebeliones, la piratería y el terrorismo, entran en contacto accidentalmente en una prisión. En un lado los que masacran a su propio pueblo para obtener de la tierra su preciado don, de otro los carentes de escrúpulos con la etiqueta de 'civilizados', que proporcionan armas a un continente que se desangra, matando dos pájaros de un tiro.
Solomon encuentra una piedra de gran tamaño, que esconde con el riesgo de perder la vida, con el fin de reunir de nuevo a su familia y rescatar a su hijo Dia secuestrado por los guerrilleros, adoctrinado contra su propio padre y convertido en niño-soldado, al que deberá reeducar. Una serie de circunstancias unirán a ambos y a una periodista que busca pruebas contra este negocio ilegal y criminal, Maddy (Jennifer Connelly); en su travesía Archer perderá la vida pero encontrará la regeneración. Solomon logrará mucho más de lo que podía esperar: denunciar ante las Naciones Unidas el sangriento negocio. Impresionante imagen de Djimon Hounsou entrando en la sede del organismo internacional, enfundado en un traje digno, abandonados sus harapos de esclavo; bajo esa aparente piel se esconde el cuerpo de un héroe.
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ResponderEliminarSe ha eliminado por error el comentario de estrella 503, con el que estábamos totalmente de acuerdo. Lo sentimos.
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